Como el mundo lo controlan los maleantes, y los peores son los banqueros, no debe extrañarnos que, en la Conferencia Monetaria Internacional que se ha clausurado este martes en Barcelona, el presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet; el presidente de la junta de gobernadores de la Reserva Federal estadounidense, Ben Bernanke; y el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, hayan lanzado el mensaje común de que la inflación mundial está incontrolada, y que tienen el objetivo de ahormarla, estabilizarla, reducirla, equilibrarla en un plazo de entre 18 meses y dos años. Lo más chocante de todo es que, sin embargo, han dicho que no tienen instrumentos para evitar que la inflación siga disparada a corto plazo por culpa del precio del crudo y de los precios de los alimentos; y que "la inflación se notará en los bolsillos de los consumidores" de forma inmediata (El futuro "notará" sobra, porque es presente desde hace meses para muchísimas familias españolas, que YA "lo notan"). Ninguno ha reconocido que la inflación, causante de los ciclos económicos, que tanto asfixia a la humanidad, es consecuencia —como demostraron los premios Nobel Von Hayek y Von Misses— de la cabalgante creación de dinero ficticio por parte de la Banca, en general, y de las reservas de los bancos nacionales —FED y BCE—. Todos ellos están en el ajo.
Desde el punto de vista de la creación monetaria, existen dos tipos de dinero: el primario (emitido por la autoridad financiera en forma de billetes) y el secundario (inyectado por los bancos a través del poder adquisitivo generado por los préstamos). Las entidades financieras tienen facultad de dar créditos hasta un determinado porcentaje de los depósitos captados. La autoridad monetaria establece una reserva obligatoria (efectivo mínimo o encaje, que significa "dejar en caja"); el resto puede ser afectado a operaciones de crédito. Y así es como paren los banqueros el dinero a su antojo, sin garantías de ninguna clase; y prestan de forma abusiva, disparatada, dinero que no tienen, porque es inventado, se crea mediante meros apuntes contables en papeles o memorias de ordenadores. La magia del llamado “coeficiente de caja” o “encaje bancario” es en Europa toda, gracias a una directiva del BCE de 1998, el 2% de sus pasivos computables: depósitos a la vista, depósitos a plazo y otros instrumentos del mercado monetario. Es decir, que el resto, el 98% del montante de todos esos conceptos, puede ser prestado a empresas y particulares en forma de créditos.
Cualquiera que sea mínimamente leído y escribido, sabe lo que es la velocidad de circulación del dinero, que permite que la cantidad de dinero efectivo sea mucho menor que el valor de los bienes transaccionados: cuando alguien mueve un euro en moneda que ha ganado con el sudor de su frente, éste pasa de mano en mano en diversas transacciones hasta dar, aproximadamente, unas cinco o seis vueltas al año, en sucesivas compra-ventas. ¡De ahí viene la gilipollez de que es bueno gastar, porque genera riqueza! Pues el dinero inventado por la Banca también circula, y tiene su propio velocidad, su ciclo. El efecto, que se conoce como multiplicador del dinero, determina la inflación y el volumen de endeudamiento. Y ese apabullante volumen se infla y se infla hasta alcanzar la friolera de 50 veces el dinero realmente ahorrado (50 es la inversa del 2%, ¿captáis la idea?). Esto significa que la Banca —la puta Banca— rompe a conciencia el teorema económico de que AHORRO = INVERSIÓN, sustituyéndolo por un gracioso ENDEUDAMIENTO=50 veces el AHORRO. Por si fueran pocas las desgracias, el dinero crediticio, al ser prácticamente inagotable, lo destina la Banca a proyectos de inversión cada vez peores hasta que, al final, estalla la burbuja del sector tomado al ataque —puntocom, ladrillo o, más actualmente, alimentos. Y las consecuencias son la recesión y la ruina de empresas y, sobre todo, de trabajadores, a veces endeudados de por vida, que pierden su empleo.
Y uno, en su sencillez, se pregunta: Si estos personajes que dirigen los bancos centrales tienen la desfachatez de ponerse de perfil ante la crisis —cuando son los causantes—, y de echarle la culpa y pasarle la factura a la parte de la humanidad trabajadora, la que suda y crea riqueza efectiva, ¿está legitimada ésta, que es la molla de la propia Sociedad, para defenderse y reinstaurar, por ejemplo, la pena de muerte para todos los que arruinan a conciencia a la Humanidad entera, para los que prestan ahora mismo dinero inexistente, aunque ilimitado, a los especuladores para que acaparen alimentos (adquieran futuros sobre alimentos, dicen ellos), sólo porque el incremento de precio que van a provocar con su delictivo acto supere anualmente en diez o veinte veces el interés del pseudo-dinero tomado en préstamo? ¿Debemos engrasar los garrotes viles, rehabilitar las horcas y encalar de nuevo los paredones, para dar buena cuenta de los que, en su miserable beneficio, causan tanto sufrimiento?
Recapaciten bien la respuesta todos los españoles, porque se lo juegan todo. Mientras lo piensan, ahí va un dato: desde que pinchó hace seis meses la última burbuja, que los banqueros, escurriendo el bulto, llaman inmobiliaria, tres millones de billetes de 500 euros han desaparecido de la vista en España. Es una mínima parte de la magia de la que es capaz la Banca de estos grandísimos hijos de puta.
NOTA DE ÚLTIMA HORA:
Solbes, siguiendo las pautas marcadas por la OCDE, propone, como único modo de salir de la crisis, que los sueldos de los trabajadores por cuenta ajena no suban al ritmo de la inflación; que ya más adelante habrá tiempo para recuperar el poder adquisitivo... Así es como se consigue pasar la factura de toda la bacanal especulativa a la clase trabajadora. Pero bueno, ¿merece alguien aquí salvarse del paredón?
PARA CURIOSOS:
Para los curiosos que quieran saber cómo es posible que la inyección de dinero crediticio altere los precios e incremente el IPC, sepan que el fenómeno obedece a la ley cuantitativa del dinero de Fisher: M.V=P.Q. Es decir, que la producción de mercancías, bienes y servicios por su precio ha de ser igual a la masa monetaria por su velocidad de circulación. Como la velocidad de circulación es una constante (de hecho, no lo es, sino que aumenta algo en periodos expansivos y se reduce en los restrictivos), el incremento de masa monetaria, o bien incrementa la producción de bienes (que es lo que dice la Banca que pretende) o aumenta el precio de las cosas. De hecho, al principio de la burbuja sólo incrementa el precio, porque la producción de bienes como la vivienda tiene una gran inercia. Luego, cuando aumenta la producción de viviendas, los precios caen en picado. Hay exceso de oferta, y el dinero busca otros bienes con los que especular. En todo caso, otros bienes diferentes deben valer más para equilibrar la ecuación. Esos bienes a veces, como sucede ahora, están en la cesta de la compra y aumenta la inflación.
Desde el punto de vista de la creación monetaria, existen dos tipos de dinero: el primario (emitido por la autoridad financiera en forma de billetes) y el secundario (inyectado por los bancos a través del poder adquisitivo generado por los préstamos). Las entidades financieras tienen facultad de dar créditos hasta un determinado porcentaje de los depósitos captados. La autoridad monetaria establece una reserva obligatoria (efectivo mínimo o encaje, que significa "dejar en caja"); el resto puede ser afectado a operaciones de crédito. Y así es como paren los banqueros el dinero a su antojo, sin garantías de ninguna clase; y prestan de forma abusiva, disparatada, dinero que no tienen, porque es inventado, se crea mediante meros apuntes contables en papeles o memorias de ordenadores. La magia del llamado “coeficiente de caja” o “encaje bancario” es en Europa toda, gracias a una directiva del BCE de 1998, el 2% de sus pasivos computables: depósitos a la vista, depósitos a plazo y otros instrumentos del mercado monetario. Es decir, que el resto, el 98% del montante de todos esos conceptos, puede ser prestado a empresas y particulares en forma de créditos.
Cualquiera que sea mínimamente leído y escribido, sabe lo que es la velocidad de circulación del dinero, que permite que la cantidad de dinero efectivo sea mucho menor que el valor de los bienes transaccionados: cuando alguien mueve un euro en moneda que ha ganado con el sudor de su frente, éste pasa de mano en mano en diversas transacciones hasta dar, aproximadamente, unas cinco o seis vueltas al año, en sucesivas compra-ventas. ¡De ahí viene la gilipollez de que es bueno gastar, porque genera riqueza! Pues el dinero inventado por la Banca también circula, y tiene su propio velocidad, su ciclo. El efecto, que se conoce como multiplicador del dinero, determina la inflación y el volumen de endeudamiento. Y ese apabullante volumen se infla y se infla hasta alcanzar la friolera de 50 veces el dinero realmente ahorrado (50 es la inversa del 2%, ¿captáis la idea?). Esto significa que la Banca —la puta Banca— rompe a conciencia el teorema económico de que AHORRO = INVERSIÓN, sustituyéndolo por un gracioso ENDEUDAMIENTO=50 veces el AHORRO. Por si fueran pocas las desgracias, el dinero crediticio, al ser prácticamente inagotable, lo destina la Banca a proyectos de inversión cada vez peores hasta que, al final, estalla la burbuja del sector tomado al ataque —puntocom, ladrillo o, más actualmente, alimentos. Y las consecuencias son la recesión y la ruina de empresas y, sobre todo, de trabajadores, a veces endeudados de por vida, que pierden su empleo.
Y uno, en su sencillez, se pregunta: Si estos personajes que dirigen los bancos centrales tienen la desfachatez de ponerse de perfil ante la crisis —cuando son los causantes—, y de echarle la culpa y pasarle la factura a la parte de la humanidad trabajadora, la que suda y crea riqueza efectiva, ¿está legitimada ésta, que es la molla de la propia Sociedad, para defenderse y reinstaurar, por ejemplo, la pena de muerte para todos los que arruinan a conciencia a la Humanidad entera, para los que prestan ahora mismo dinero inexistente, aunque ilimitado, a los especuladores para que acaparen alimentos (adquieran futuros sobre alimentos, dicen ellos), sólo porque el incremento de precio que van a provocar con su delictivo acto supere anualmente en diez o veinte veces el interés del pseudo-dinero tomado en préstamo? ¿Debemos engrasar los garrotes viles, rehabilitar las horcas y encalar de nuevo los paredones, para dar buena cuenta de los que, en su miserable beneficio, causan tanto sufrimiento?
Recapaciten bien la respuesta todos los españoles, porque se lo juegan todo. Mientras lo piensan, ahí va un dato: desde que pinchó hace seis meses la última burbuja, que los banqueros, escurriendo el bulto, llaman inmobiliaria, tres millones de billetes de 500 euros han desaparecido de la vista en España. Es una mínima parte de la magia de la que es capaz la Banca de estos grandísimos hijos de puta.
NOTA DE ÚLTIMA HORA:
Solbes, siguiendo las pautas marcadas por la OCDE, propone, como único modo de salir de la crisis, que los sueldos de los trabajadores por cuenta ajena no suban al ritmo de la inflación; que ya más adelante habrá tiempo para recuperar el poder adquisitivo... Así es como se consigue pasar la factura de toda la bacanal especulativa a la clase trabajadora. Pero bueno, ¿merece alguien aquí salvarse del paredón?
PARA CURIOSOS:
Para los curiosos que quieran saber cómo es posible que la inyección de dinero crediticio altere los precios e incremente el IPC, sepan que el fenómeno obedece a la ley cuantitativa del dinero de Fisher: M.V=P.Q. Es decir, que la producción de mercancías, bienes y servicios por su precio ha de ser igual a la masa monetaria por su velocidad de circulación. Como la velocidad de circulación es una constante (de hecho, no lo es, sino que aumenta algo en periodos expansivos y se reduce en los restrictivos), el incremento de masa monetaria, o bien incrementa la producción de bienes (que es lo que dice la Banca que pretende) o aumenta el precio de las cosas. De hecho, al principio de la burbuja sólo incrementa el precio, porque la producción de bienes como la vivienda tiene una gran inercia. Luego, cuando aumenta la producción de viviendas, los precios caen en picado. Hay exceso de oferta, y el dinero busca otros bienes con los que especular. En todo caso, otros bienes diferentes deben valer más para equilibrar la ecuación. Esos bienes a veces, como sucede ahora, están en la cesta de la compra y aumenta la inflación.
18 COMENTARIOS:
Después de leer esto, yo que no se casi nada sobre economía, solo puedo describir mi impresión con dos palabras, como dijo el filósofo aquel:
IM- PRESIONANTE.
¿Que hacemos? pues de momento difundir el artículo. Lo voy a remitir a toda mi lista de direcciones, ahora mismo.
Eso es exactamente lo que dice un tal Lyndon Larouche en estados unidos, que dicen que es un fascista. Pero el diagnostico me parece acertado. Para mi la razón de que suban los alimentos y el petroleo es que todo el dinero que había en la especulación inmobiliaria mas el que se sigue creando ahora se dedica a comprar alimentos, petroleo y oro. Antes y ahora especulan con los articulos de primera necesidad.
Sabéis que tanto el facismo como el comunismo son "nefastos" para la filosofía, -si es que la tiene-, del actual capitalismo.
También es cierto que del facismo se tarda en salir muy poco y del comunismo a la URSS le ha costado 70 años.
En el siglo XX los capitalistas usaron el facismo para combatir a sus más fieros enemigos.
La pérfida Inglaterra reconoció a Franco mucho antes de acabar la Guerra Civil.
Hay que trabajar en la más absoluta clandestinidad, cosa que es imposible hoy para mucho de nosotros.
En España no hay más fascismo que el del fascio banquero y especulador, amiguetes de JuanCa incluidos.
Ácratas busca la máxima libertad en lo personal y la democracia perfecta en lo colectivo.
Bien explicado, es para matarlos desde luego..... Pero por que se ponen a especular con los alimentos en vez de con otra cosa? Gracias por tu respuesta.
Buena pregunta, anónimo. Y la respuesta es muy sencilla: han arruinado de tal manera el planeta con las dos últimas movidas, las puntocom y el ladrillo, han endudado de talmodo a las familias, que ya sólo pueden especular con lo más básico: el combustible y los alimentos. Cualquier otra cosa, en el estado en que se encuentran las finanzas familiares, sería inútil. ¡No van a ponerse a acaparar automóviles o pantallas de plasma!
Saludos.
especular con articulos que no son de primera necesidad como la vivienda o los alimentos no es tan facil, si las teles suben mucho de precio pues no cambias la que tienes o dejas de verla y ya esta pero hay que vivir en algun sitio y comer todos los dias.
Ahí duele, anónimo. Exacto.
Muy ilistrativa la ley cunatitativa de Fisher. Pero la producción de bienes que pretende la banca implica crecimiento y consumos de energía, lo cual es insostenible con el cénit de la producción del petroleo (y del gas, y del carbón, y del...) y hasta el día de hoy las energías alternativas son sólo una gota en el océano que no tienen posibilidades de sustituir la creciente demanda. Corolario: subida del precio de todos los bienes.
Por supuesto, anónimo. En realidad, esa Ley es un sumatorio de cada producto por su precio medio... Y la banca, que tiene préstamos con un saldo vivo de DOS PIB's, elige los productos para cuya compra presta, que son siempre los que pueden aumentar de precio de forma especulativa muy por encima del interés del préstamo concedido, claro. Los que tienen "garantía de devolución".
Para cagarse...
(En el comentario anterior me refiero a la Banca española, claro. Y dos PIBs equivalen, poco más o menos, a 2 billones de euros: un billón en préstamos hipotecarios a particulares; otro billón, a empresas, de los que unos 350.000 millones de euros son a empresas inmobiliarias...)
¿quien ha dicho que la banca pretende aumentar la producción de bienes? no habre sido yo, la banca especula con los que hay, no necesita aumentar la produccion para ganar dinero (robar).Ojala pretendiera eso, si hay problemas de energia aparte de los puramente expeculativos se debe gastar en ivestigación de nuevas fuentes, si lo que se pretende es aunmentar la producción, que es lo que hay que hacer.
pero la banca no ha financiado la inversion (entendida como la adquisición de capital que permita aunmentar la producción de bienes), si hubiera hecho eso no habría problema ya que los creditos se podrian devolver con el aumento de producción y ese mismo aumento de producción permitiría el equilibrio entre masa monetaria y bienes de consumo sin producir inflación,
"los que pueden aumentar de precio de forma especulativa muy por encima del interés del préstamo concedido, claro. Los que tienen "garantía de devolución".
Precisamente por que el incremento de valor es especulativo esos creditos no tienen garantía de devolución, el ejemplo mas claro lo estamos comprobando ya casi y lo sufriremos en breve. Las viviendas que especulativamente "valian" 10 y grantizaban un credito de 8 (teoricamente), cuando pasen a valer 7 ya no garantizarán el credito concedido ni su devolución.
Cierto, anónimo. Estás relacionando los errores cometidos por la banca... Pero ¿son verdaderamente errores? ¿O es algo intencionado? Es imposible que se equivoquen en lo que hasta yo sabía hace año y medio... Imposible.
Estoy de acuerdo contigo en que es intencionado y que los responsables de esta situación son criminales genocidas, los primeros los de la foto del articulo y detras todos los politicos de este pais desde el presidente del gobierno (este y los anteriores) a todos los concejales de urbanismo. No olvidemos que si en España lo que se ha producido es la ruina de muchas familias y del pais, en los paises mas pobres lo que se producen son muertes por hambre.
Oye, súper-anónimo:si te animas, envíanos algún artículo sobre Economía (o sobre lo que quieras, claro; ya sabes que lo nuestro es la denuncia). Seguro que te lo publicaremos.
Recomiendo vívamente el enlace http://www.crisisenergetica.org/
que encontré siguiendo el comentario de cuervoingenuo en RC.
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