EL SUICIDIO DEL SISTEMA

El Sistema sigue suicidándose, galopando en disparatada e irreflexiva fuga hacia el totalitarismo. El escándalo del Juez Garzón, con su acoso ejemplarizante a los peritos de la Policía Científica que, defendiendo su trabajo bien hecho, osaron enfrentarse con sus jefes corruptos al servicio del Poder, muestra con qué materiales está construido el Estado Partitocrático, y es otro nuevo barreno benéfico para su demolición. Ya sólo los partidarios de carné y los ignorantes siguen creyendo que España es un Estado de Derecho. Los ejemplos de persecución a los ciudadanos en sus partes integrantes (Cataluña y el País Vasco, especialmente), siguen la pauta de intolerancia y homogeneización ideológica emprendida por el Gobierno con los pocos seres libres que subsisten alzados en intelectuales armas.

Se acabaron la tolerancia y el talante. El verdadero rostro sectario de la Izquierda es ahora evidente y sobrecogedor (el aire nacional-católico-explotador de la Derecha ya lo conocíamos desde 1939, y no ha cambiado). Ahora ya sabemos que ambas –Izquierda y Derecha- son capaces de lo peor en lo mismo, y que los perdedores y los aniquilados en el proceso seremos nosotros, los ciudadanos libres.

La regeneración democrática debe arrancar de las bases populares. Ninguno de los partidos actuales merece nuestro respeto ni nuestro voto, porque sólo pretenden proyectar su falta de democracia interna en todo lo que manosean, en el ámbito del Estado entero, si es que se lo permitimos. La verdadera Democracia debe constituirse, organizarse e instaurarse siguiendo los criterios de separación escrupulosa de poderes y de mandato directo, unipersonal y revocable. Habremos de ser hercúleos y pertinaces en nuestro esfuerzo de no apoyar al poder ilegítimamente establecido. Sólo la República Constitucional nos salvará de ser esclavos del Estado los próximos cien años. Si no la ensayamos, nos estaremos suicidando todos, juntamente con el Sistema.

MessageInOut, "Ciutadans Lliures"
(Autorizada su reproducción íntegra)

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