MÁS CORNADAS DA EL HAMBRE

No me gustan los toros. Pero aún menos que los toros me gustan la demagogia y el falso buenismo de los manifestantes antitaurinos catalanes —parlamentarios y mimados nenes de ERC, de la CUP— cuando fingen preocuparse por los animales torturados y lloriquean huecos. La atávica fiesta de los toros es cruel, desde luego. Pero no sólo porque mueran o se martirice a los pobres animales, sino por cosas mucho más importantes. Cosas como la cogida del torero Julio Aparicio en la Plaza de Las Ventas en la Feria de San Isidro el pasado viernes. Eso es lo sustancial, esa es la atrocidad: la cantidad de toreros, subalternos, banderilleros y picadores muertos o torturados desde que la fiesta existe(1). Cualquiera que olvide esa parte del salvajismo en sus críticas (que son todos los que critican la Fiesta Nacional desde el barretinazgo y les mongetes amb botifarra), cualquiera que no le dé a la cogida de un torero una importancia un millón de veces mayor que la suerte de los astados, es un falsario.

Una vez enfocado convenientemente el asunto, que vale más un solo hombre que un millón de toros, y que, por lo tanto, un torero cogido o muerto debe levantar más protestas que todos los toros descuartizados del mundo, preguntémonos por qué no oímos a los activistas antitaurinos catalanes llorar por eso. Por qué no gritan que no quieren que ningún ser humano muera en las plazas de toros de su tierra(2). Tanto en el Parlament como en la calle, la barbarie para ellos la constituyen siempre los indefensos toros torturados(3). Pero, como desgraciadamente comprobamos con demasiada frecuencia, los toros no están completamente indefensos, sino que causan estragos en los toreros como los provocados por esa asta que entró por la barbilla y salió por la boca de Julio Aparicio este 21 de mayo, y que lo tiene a un paso de la muerte.

Si los antitaurinos catalanes no protestan desde el punto de vista que debieran, tiene que ser por algo. Quizás, porque la suerte del pobre Julio Aparicio, destrozado por un bravo, no es interesante para ellos. Quizás porque, si valorasen la cuestión con raciocinio, si dejaran entrever que comprenden que es infinitamente más importante la suerte del torero que la del toro, no cumplirían con sus verdaderos objetivos. Si plantearan la cuestión correctamente, habrían de aceptar inmediatamente después que no son competentes para juzgar sobre tales hechos. Que un hombre (que es lo que cuenta) que decide libremente salir a una plaza a jugarse la vida ante un mihura de 500 kilos, hurtándose de sus cuernos detrás de un trapo rojo, tiene derecho a hacerlo; que lo hace por los mismos motivos por los que un boxeador se deja destrozar en un ring hasta la embolia cerebral; por los mismos motivos por los que un piloto de Fórmula Uno se mata a 350 kilómetros por hora en un adelantamiento peligroso: por dinero, por afición y por gónadas; porque da un espectáculo público en el que los espectadores y los anunciantes de productos diversos pagan; y, sobre todo, porque más cornadas da el hambre(4).

Si a los catalanes antitaurinos ni Julio Aparicio ni Paquirri ni el mismísimo Manolete les importan un ardite, tampoco puede importarles el sufrimiento de los animales. Cuando se sublevan, entonces, no es bajo los efectos de un ataque de humanitarismo. Es por otra causa evidente. Lo que les importa es que en su tierra no se celebre ni un solo evento que pueda ser llamado Fiesta Nacional Española. Lo que los independentistas y nacionalistas catalanes quieren erradicar de "su mundo" es a España. Así, de pronto, todo encaja.

MESS


NOTAS DEL EDITOR:


(1) Hay 55 toreros fallecidos a consecuencia de lesiones y cornadas producidas por un toro en la lidia. Aquí tenéis la lista. No existe una relación documentada de banderilleros, subalternos y picadores corneados. Ni tampoco lista de cornadas graves, aunque no mortales, sufridas por profesionales del toreo.

(2) Domingo del Campo Álvarez murió a consecuencia de la cornada de un Mihura en la Plaza de Barcelona, el 7 de octubre de 1900.

(3) El psicoanálisis básico lo deja claro: Cambiando torero por español y toro por catalán, la transferencia se hace evidente. "Pobres catalanes torturados por los españoles". Pero la neurótica sinrazón es obvia. El toro, de vez en cuando, se carga  a un torero; mientras que los independentistas catalanes son mansos: les encanta comer verde y sabrosa alfalfa española, aunque luego se quejen mucho de su precio.

(4) La Generalitat de Catalunya debiera ofrecer a los toreros catalanes (hay unos cuantos) algún cargo para cuando les obliguen a dejar el toreo. A Juan Serrano Pineda, de Sabadell; a Rubén Marín Laguna, de Tarragona; a Alfonso Casado Campos, de L'Hospitalet; a Miguel Ángel Marchal Barba, de Badalona; a Mamerto López Díaz, de Vilanova y la Geltrú; a Andrés Palacios Martínez, de Lleida; a Serafín Serrano Marín, de Montcada i Reixac o a Enrique Guilleń García, de Badalona. Por lo menos, darles una buena subvención (de esas politicas) para que, en vez de la Fiesta Nacional Española, practiquen la Festa Nacional Catalana, y se reciclen de castellers.

208 COMENTARIOS:

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el conde mor .

"Mentar al trasnochado Psicoanálisis resta puntos a cualquier texto"
psicoanalisis trasnochado si, anda que tú también vas a llegar muy lejos chato

Francisco Alegre .

La vida de un solo toro vale más que la de mil nacionalistas catalanes (y mil nacionalistas españoles, de propina).

Propuesta: Hay que abrir las plazas de toros de toda España y lidiar a los nacionalistas de todo signo. "Hoy, en las Ventas, lidia de seis nacionalistas catalanes, seis." Mañana, Feria de San Isisdoro: Lidia de seis nacionalistas vascos y rejoneo de dos gallegos".

Iría a los toros a gusto.

El lobo estepario .

Mentar al trasnochado Psicoanálisis resta puntos a cualquier texto. Señores, hay una Psicología Científica, dejemonos de "curanderos".

David dixit.

No tengo intención de polemizar sobre asuntos paralelos a aquellos que nos reúnen habitualmente aquí, pero tamaña afirmación hace que se me pongan rígidos los músculos de la cara.

La moda de llamar "curandero" a Freud tiene su origen en la voluntad de robotizar a los seres humanos de nuestro apestoso mundo actual. Resulta ahora que todos los males psicológicos son fruto de malformaciones que supuestamente podemos corregir apretando algunas tuercas o recetando todo tipo de venenos. Ésta es la opinión mayoritaria entre los matasanos de la psiquiatría actual, postrada ante a los pies del Gran Capital, de modo que no se cuestiona el mundo, la sociedad, etc., sino que se dictamina siempre el "defecto individual", casi de fábrica, de los inadaptados. Así todos los papagayos docentes repiten la misma consigna, que luego cacarean sus discípulos (que por supuesto no han leído nunca a Freud, porque están demasiado ocupados pasando apuntes a limpio o empinando el codo el fin de semana).

La humildad, en mi idioma, consiste en hablar siempre por uno mismo, después de haber rumiado nuestras propias impresiones a partir de nuestras propias experiencias, y no en repetir las opiniones de otros, acogiéndose a argumentos de autoridad, a la opinión mayoritaria en un momendo dado, lo que apenas impresiona a los dóciles, a los indoctos y a los clones.

Unabomber .

Ahi las dau pero donde mas le duele tanto a taurinos como antitaurinos, que son todos unos hipócritas. Los unos por decidir lo que está bien para un toro, los otros por decidir lo está bien para una persona.

Es una pena que no se den cuenta, que lo que tienen que empezar a hacer es decidir para ellos mismos y que el resto no es cosa suya. Pero estoy seguro que también en ese caso, otro toro cantaría.

Lo que hace falta en este mundo son más bombas

Unabomber .

De todas formas, los toros en su día, osease en la epoca de Carlos III, fueron en vuestra adorada España o Catalunya el equivalente en Francia a la Revolucion Francesa. Por primera vez en siglos, el pueblo se levantó contra los monarcas por el mero hecho de que estos quisieron prohibir la "fiesta " de los toros. Fue algo bello y digno de admiracion por el simple hecho de que el pueblo despertó de su letargo y me da absolutamente igual cual fuera el causante de semejante proeza.
A mi plin si prohiben o no los toros. Eso si, puedo ver con mis propios ojos que es una salvajada lo que les pueden llegar a hacer a esos animales por el mero hecho de que unos cuantos pasen una "buena" tarde. Por otro lado, también soy consciente de que esos son mis propios ojos y no los del toro. A lo mejor el toro también piensa que la salvajada es que un tío vestido de payaso se ponga en frente suyo con un trozo de tela rosa. Y aún así, me preocupa bastante más el inconcebible grado de oligofrenia en el que se encuentra sumergida nuestra sociedad actual y el como se tragan sin rechistar esas mismas personas todas las falsas ilusiones que les venden los gobernantes y banqueros.

Soy tu padre .

Mess ¿te han quitado ya las costillas para la autofelación?

Anónimo .

Supongo que editor también estará totalmente de acuerdo con los jóvenes malageños que mataron a una vaquilla a ostia limpia, ¿verdad?, no hay espectáculo más Español y bonito que cuarenta jóvenes apaleando a una vaca indefensa, por no hablar de los moñas con 'traje de oro y grana', que solo torean a los animales si antes les han pinchado y desangrado convenientemente, y luego hay algún comentario que dice que es una lucha entre iguales, desde luego, porque en el ruedo no se distingue quien es el animal.

Anónimo .

Los taurinos, no tenemos la culpa de que muchos de ustedes, no se corran de gusto ante la metafisica lorquiana del "Llanto por la muerte de Ignacio Sanchez Mejías", o ante una faena retrospectiva del faraón de Camas (curro Romero).

La Fiesta, no tiene color ni ideología por fortuna; la Fiesta es ácrata; Manolete, fue faccioso, pero Lorca fué asesinado entre dos banderilleros anarquistas. Así se escribe la historia.

Y que los aficionados nos alegramos de que el maestro se halla repuesto totalmente de la fatal corná y deseamos verle pronto en los ruedos.

Salud


by Pakirrín.

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