SINDICATOS CONTRA GOBIERNOS CORRUPTOS


No podía haber ocurrido en España, donde gobierno, patronal y sindicatos son las tres cabezas del mismo Estado. Ha pasado en Africa del Sur, donde aún no ha llegado la patriótica prédica de un buenrollista Rodríguez-Zapatero y todos nuestros demócratas.

La historia es conmovedora por lo simple: había un barquito chino (el An Yue Jiang) que "apatrullaba" la costa africana ejerciendo uno de los negocios, junto a la prostitución, más lucrativos, el tráfico de armas, sin que nadie se inmutara; bien al contrario, el motivo para consentirlo era patriótico: las relaciones entre los gobiernos de Sudafrica y Zimbaue no se podían poner en peligro parando el desembarque del cargamento del material militar con destino a este último país. Así lo decía el Zapatero africano, el bueno de Thabo Mbei, que tenía como amigo al dictador Robert Mugabe, en un marco incomparable de Alianza de Civilizaciones africanas.

Todo iba bien hasta que unos antipatriotas sindicatos nacionales, al margen de sus gobiernos, decidieron pasar a la acción y llamar a las cosas por su nombre: el barco de la vergüenza. Así que el Cosatu, el sindicato mayoritario de Sudáfrica, con dos millones de afiliados que lo sufragan a tocateja (fíjense, igualito que nuestros UGT y CCOO) se opusieron al gobierno y bloquearon el puerto de Ciudad de el Cabo, para que los chinitos dejarán de hacer "guarreridas". Pero claro, fueron a más y unieron fuerzas con los otros sindicatos de los paises vecinos con costa: se les unió el de Namibia, que cerró Natau; luego el de Angola, que hizo lo propio con el puerto de Lobito. Resultado: los gobierno tuvieron que entrar en razón y el barquito de la vergüenza regresar a China con el cargamento a bordo.

¿Se imaginan una cosa parecida en España, pongamos, con la vivienda de la vergüenza? ¿Quién decía que África empezaba al sur de los Pirineos?

0 COMENTARIOS:

Artículos anteriores

Clásicos más leídos de todos los tiempos