ESPAÑA PROFUNDA DE CUERNOS Y NAVAJAS

En España, las mujeres siguen muriendo a manos de sus parejas: 17 en lo que va de año, 285 en la legislatura que fine ahora, 4 sólo en el día de ayer. Todo ello a pesar de la nueva Ley Integral de Medidas de Protección contra la Violencia Doméstica y los nuevos Juzgados de Violencia de Género. Un fracaso espectacular de este socialismo que todo lo quiere regular.

Sólo hay una política posible para acabar con la violencia de género: primero, educar a la ciudadanía para que vea a los agresores como hombres no solo que delinquen, sino que son patéticos no-hombres; segundo, no dar morbosa publicidad a tales crímenes, que es lo mismo que no poner ideas en las obtusas cabezas de los asesinos; y tercero, controlar la inmigración, que es la parte de la sociedad que mata a sus parejas en un mayor porcentaje.

Como puede verse, las tres medidas tienen que ver con la educación de una u otra manera. Por lo tanto, no esperemos esta clase de soluciones de la izquierda, empeñada en ineducar y sobrevalorar al votante hasta el babeo. Aunque puede que tampoco debamos esperarlas de la derecha, en este país en el que menos de un 2% de los ciudadanos sabe que el régimen español es una democracia incompleta.

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