BONUS, CAESAR DEO GRATIAS

El ex ministro de Defensa, Bono (de BONUS-BONA-BONUM, bueno), ha prorrogado eventualmente sus funciones patrocinando a González y deplorando los insultos de éste a Rajoy. Y ha certificado que el interfecto está, por su acto, pesaroso, contrito, lloroso y penitente.

A José Bono no le convencen los insultos, ni siquiera si los profiere el genialísimo monologuista Felipe González, que desacredita como quien hace aguas menores a pilila suelta, contra pared o chumbera, es decir: repartiendo.

Felipe deshonró, envileció e infamó a Rajoy tildándolo de imbécil, que significa alelado, escaso de razón; y embistió también a los periodistas Jiménez Losantos y Pedro J. Ramírez provocando algún desperfecto en sus ternos por rasguño de asta de toro.

¡Qué gran César hubiera sido Bonus, de no haber mal calculado en aquel congreso del PSOE, dejando funesto paso al kamikaze de León!

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