CORRUPCIÓN Y RENTA

Se hacen eco hoy algunos diarios de la reciente publicación de la encuesta de Transparency International, coalición global contra la corrupción, que refleja el Índice de Percepción de Corrupción por parte de los ciudadanos de casi todos los países del mundo. Las fuentes para dicha evaluación son diversas, no el simple resultado de una encuesta de opinión entre la ciudadanía. Evaluados entre cero y diez, sólo hay siete países con calificación de sobresaliente (9 o más puntos), que son Finlandia, Islandia, Nueva Zelanda, Dinamarca, Singapur, Suecia y Suiza. Entre dichos países, hay tres monarquías , una confederación, una República Parlamentaria, una República Constitucional y hasta un régimen demo-autoritario. Si bien en cuanto a renta per cápita, esos mismos siete países están entre los veinticuatro primeros del mundo, y en paridad por poder adquisitivo, entre los veintinueve primeros (números 12, 5, 29, 9, 18, 16 y 7), parece no existir correlación significativa entre bienestar y transparencia de un régimen. Tampoco los motivos parecen religiosos o étnicos.

No siendo la transparencia cosa ni del tipo de régimen político
ni del nivel de vida absoluto o relativo, ¿de qué puede depender? Existe un concepto -evaluado, entre otros estamentos, por la CIA norteamericana- que valora la equidad de distribución de la renta y que se denomina Índice de Gini. Ordenando en abscisas a todos los habitantes de un país por renta de menor a mayor y en ordenadas dicha renta acumulada, es el cociente entre dos áreas: el área numerador la integral de la curva de Lorenz de esas rentas; y el área denominador, la del triángulo de la distribución perfecta de rentas. Pues bien, parece existir, en efecto, una relación inversa entre el Índice de Percepción de Corrupción y el Índice de Gini.

La conclusión sería entonces que, independientemente del sistema político que adopten, las sociedades con altos niveles de renta per cápita, y distribuciones muy equilibradas de ésta, son las menos corruptas. El estudio sitúa a Italia (con su tangentópolis) como el primer país que no “aprueba”, es decir, que no llega a cinco puntos. España, como es obvio, tampoco cumple demasiado bien dichas condiciones, aunque no acaba tan mal parada, teniendo en cuenta que aparece en el número 23 del mundo, justamente detrás de los EEUU.

(Artículo para el Diario Español de la República Constitucional. No publicado.)

(ADENDA:

—¡Tres monarquías entre los siete países menos corruptos del mundo! —exclamó MessageInOut, que era un repúblico irredento— ¡Maldita sea! Pero la verdad es tozuda. No tienen nada que ver régimen monárquico y corrupción...
—Bueno, estadísticamente no —respondió el de los pies ligeros—. Pero, cuando no existía la Estadística, había gente que sí lo pensaba. Entre ellos Montesquieu.)

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