ECOSISTEMAS POLÍTICOS

Dice garcía-Trevijano en los comentarios a su artículo "Reino de la Falsedad".

"Sin embargo, lo que sí he tenido presente en mi teoría, destructiva de la partitocracia y constructiva de la democracia, han sido las ideas de entropía física y de negantropía orgánica, pues la partitocracia se puede llamar entrópica y la democracia, negantrópica. Pero no le deis mas valor que el de una bella metáfora."

Resulta inspirador el comentario sobre la negantropía del señor García-Trevijano, así que insistiré en él.

Supongamos aplicable el concepto y todo el desarrollo anterior en el ámbito del estudio de los ecosistemas a los sistemas políticos. Al aplicar la fórmula de Prigogine, dS = deS + diS, a la Ecuación de Límites del Ecosistema aparecen dos singularidades o estados últimos de la evolución, en función de que el balance entre entropía y negantropía haya sido persistentemente negativo o positivo: son la monoespecie y la diversidad máxima. La primera situación límite es la metáfora de la dictadura de ideología única. La segunda, la de la democracia directa (o quizá, siendo rigurosos, también pudiera conducirnos a otra cosa parecida, como la Arcadia libertaria que preconizaron los sistemas políticos extremos en su evolución: el anarco-liberalismo y el comunismo libertario). No hay caso: Otra consecuencia inesperada es que ambos límites son inalcanzables, según la Ciencia, por lo que cualquier partido político que predique la anarquía final, miente. Tampoco sería posible la democracia directa absoluta.

Descarto el caso particular de que el balance entropía-negantropía sea nulo a lo largo de toda la evolución del sistema político, porque no es posible en los organismos vivos. Significa la muerte.
Seguiré el consejo de García-Trevijano, aunque sé que me va a costar esfuerzo: No le daré más valor que el de una bella metáfora.

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