LA ESPOSA INFIEL.

Acabo de recibir una carta del Presidente de la Generalitat de Cataluña. Me he puesto algo nervioso, también expectante: “¿Qué querrá de mí el Molt Honorable?” –me he dicho- "¿Me requerirá para cubrir alguno de los 300 cargos de libre elección que han quedado vacantes tras la salida de Esquerra del Govern?".

La he abierto ávido. Está escrita en castellano por una cara y en catalán por la otra. Bastante contento por la recuperación del bilingüismo oficial en Cataluña, he elegido mi versión y he leído:


“Estimado conciudadano,

Ha llegado la hora de la verdad para el Estatut de Catalunya. Tras dos años de intenso trabajo y de superar los trámites parlamentarios, el próximo mes de junio, los ciudadanos y ciudadanas de Catalunya vamos a tener la oportunidad de decidir sobre el Estatut en referéndum. No ha sido fácil, pero ahora toca demostrar que merecía la pena el esfuerzo llevado a cabo.

Los estatutos de 1932 y 1979 marcaron el inicio de períodos creativos en nuestro país. El Estatut de 2006 también lo va a suponer. Más aún, si cabe. Y va a representar el mayor reconocimiento jamás obtenido de nuestra personalidad y de nuestra identidad.
El nuevo Estatut proclama y garantiza los derechos y deberes de la ciudadanía catalana; asegura competencias más amplias para la Generalitat y establece las bases para que Catalunya disponga de más recursos para su crecimiento y progreso. Es un Estatut para el futuro. De ahora en adelante se convertirá en la herramienta básica para nuestro autogobierno. En breve recibirá un texto completo en su domicilio.

El Estatut ha llegado hasta aquí gracias al trabajo de muchas instituciones y fuerzas políticas, a las que quiero agradecer el esfuerzo realizado. Y también gracias a la exigencia de la sociedad catalana. Es un éxito colectivo.

Ahora ha llegado el momento de ejercer su derecho a conocer y valorar el nuevo Estatut. Es el momento de tomar la palabra.

Le pido que el 18 de junio acuda a votar en el referéndum para el Estatut.

Un cordial saludo.

Pasqual Maragall, Barcelona, 12 de mayo de 2006”

Con alguna decepción, la he copiado en:

http://www.CiutadansLiures.com

y un compañero de foro –observador y listo como el hambre- me ha señalado que la versión catalana de la otra cara es algo distinta. Concretamente, señala, hay una frase: "I suposarà el més gran reconeixement de la nostra personalitat i la nostra identitat, des de fa segles", uno de cuyos componentes -el resaltado en negrita- no aparece en el texto castellano.

Jamás me hubiera figurado que la Generalitat fuera capaz de hacer una doble versión que no fuera fruto, simplemente, de la cabal traducción al castellano. Porque lo omitido tiene un exacto paralelo, es directamente traducible, es un mero: ”desde hace siglos”. Y si no se ha transcrito, debe de ser por algún motivo.

En la carta de Maragall, el cambio parece intencionado: Cuando en castellano habla del “reconocimiento de nuestra identidad”, se trata de un simple adorno dialéctico, de un concepto lo bastante confuso como para no significar nada, o incluir hasta la Feria de Abril de San Adrián del Besós. Pero ese añadido es, claramente, una referencia a la secular opresión española (no creo que se refiera a la romana o la visigótica).

Pongamos un ejemplo aclarador de lo que puede llegar a trastornar esa coletilla el significado de una frase. Supongamos, para ello, que la situación se diera en un matrimonio cuya esposa tiene un amante, y que ésta pronunciara la frase en una doble versión. La pareja acaba de fornicar y se tumba boca arriba.

-"Es el mejor orgasmo que he tenido” -le dice ella a su marido castellano, que sonríe y se siente un héroe.

-“Es el millor orgasme que he tingut des de fa segles” -le dice ella a su amante catalán, que sonríe y piensa que el marido es un inútil, además de cornudo.

¡Qué diferente es la segunda versión! Porque los engaños de una esposa, el sostén de la ilusión fuera de toda lógica, se ampara en que no podemos oírle más que la versión que nos dedica. Si sucede que se oyen las dos, como en este caso, la ilusión se desvanece. ¿Suponéis lo que haría el marido si supiese lo que le dice su esposa al amante? Tramitar el divorcio con urgencia, imagino.

Pues nosotros, los castellanos de Cataluña, somos el marido cuya mujer puta es la Generalitat, que nos pone los cuernos cada vez que puede con su verdadero amor, los catalanes de verdad, que es con los que se corre a gusto, aunque folle con nosotros por obligación marital “des de fa segles”. Y urge un divorcio, que se case con el amante, y que la mantenga él.

La carta de la infiel demuestra, una vez más, el doble lenguaje del Gobierno catalán, de la clase política catalana toda; del PSC miserable, mercader de las pieles de sus afiliados, simpatizantes y votantes; de Maragall, a la sazón, presidente del PSC, que es el que firma esa doble carta, no lo olvidemos. Y la Generalitat nos pone los cuernos impunemente, contando con que la separación de las dos Cataluñas es tal, que hasta pueden ponerse ambas cartas en la misma hoja de papel, contando con que los castellanos no volveremos la hoja para leerla también en la otra lengua.

Ésa es la Cataluña en la que vivimos. Y éstos son los cuernos que llevamos.

0 COMENTARIOS:

Artículos anteriores

Clásicos más leídos de todos los tiempos