Son conocidos los nudos esenciales de la contrarreforma laboral aprobada en el Parlamento español el pasado 29 de julio con los votos del PSOE y las abstenciones pactadas de CiU y PNV [1]: las empresas podrán despedir por “causas objetivas” –veinte días de indemnización- si tiene pérdidas, prevé incurrir en ellas o por una caída persistente de ingresos que puedan afectar a su futuro o a su capacidad de mantener el volumen de empleo; el Estado, es decir, el conjunto de la ciudadanía, pagará parte de la indemnización (ocho días de salario por año trabajado) en el caso de las extinciones de los contratos indefinidos, ordinarios o de fomento del empleo; se amplia el terreno en el que pueden actuar las ETT, esas conocidas agencias de la explotación insaciable; se reduce el umbral medio que
justifica el despido por absentismo,… Dejémoslo aquí.
No es un mínimo absoluto: se anuncian nuevas reformas, la contrarrevolución neoliberal no se detiene, es una contrarrevolución ininterrumpida. Su objetivo: la liquidación de todos los derechos conquistados por las clases obreras en Occidente. No es broma, no es exageración sin fundamento.
Día negro para los trabajadores, comentó Gaspar Llamazares el día de la votación en el congreso. Acertó una vez más. El real decreto de 16 de junio, ha señalado el colectivo Ronda, supone “el ataque más grande que ha sufrido jamás el derecho laboral” en nuestro país. No les falta razón y tampoco les sobra indignación. Toda la que podamos sentir e imaginar es necesaria.
Si las movilizaciones, cada día más urgentes e imprescindibles no sólo para oponernos a esta infamia aléfica sino para decirnos abiertamente a nosotros mismos que contamos cívicamente, que podemos estar unidos, que somos capaces de resistir este atropello abisal, que seguimos aquí en pie de rebeldía y dignidad y dispuestos a no dejarnos aplastar fácilmente, si las movilizaciones y luchas, decía, no le ponen remedio, cuando dentro de 20 o 25 años los historiadores no cegados den cuenta de este período no tan distinto ni distante de lo ocurrido con la primera contrarreforma laboral de los años noventa dirigida por Felipe González [2] y los hooligans neoliberales de CiU, hablarán de un enorme y multdimensional ataque planificado contra los derechos conquistados por los ciudadanos trabajadores tras décadas de lucha, resistencia y heroísmo.
Que ese ataque, que esa claudicación sin límites a los deseos insatisfacibles de los mercados desalmados, de ese puñado de multinacionales, grandes bancos y fondos de inversión que dirigen el mundo, sea dirigida y realizada por un partido que dice ser socialista, de un partido que habla de equidad y justicia, cuyo presidente aconseja a los sindicatos que esperen temperadamente, que sean pacientes, que vean las consecuencias sociales de la nueva norma, es un testimonio más del derrumbe político, cultural, histórico, ideológico, social, de lo que inapropiadamente seguimos llamando ámbito político socialista o socialdemócrata.
Cuando se recuerda el no “nos falles” que la ciudadanía, sobre todo la más joven, gritó a aquel presidente que se presentaba con ropajes de honestidad y justicia social la voz tiembla, la vergüenza adquiere dimensiones jupiterinas y la rabia corre despabilada por venas, arterias. A corazón abierto.
SALVADOR LÓPEZ ARNAL
Rebelión
NOTAS:
[1] Público, 30 de julio de 2010, pp. 2 y 3.
[2] La vuelta al ruedo político directo del asesor de Carlos Slim acaso haya dejado huella en algunos vértices o en la orientación del texto definitivo.
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18 COMENTARIOS:
El supracapitalismo neoliberal este es una TIRANIA.
lo que sabemos en el club republicano.org, es que CCOO y UGT defienden las Pensiones Privadas; es por éllo que se fundara CGT, para denunciarlo.
http://ciudadanosenlared.foroactivo.com/foro-libre-todo-lo-demas-f21/pasado-presente-futurodesde-1775-t69.htm
La contrarrevolución permanente.
Resumen de charla en el Ateneo Libertario de Villablino, 1-8-2010
-El mundo se haya gripado en una crisis sin precedentes y de consecuencias transcendentales. El más elemental de los problemas humanos, la comida diaria, es ahora mismo una inquietante incógnita para cientos de millones de personas. No hace falta que esas multitudes sean conscientes de la encrucijada, acabarán siéndolo a medida que se acerque la oscura perspectiva y se incremente el malestar público desde cualquier punto de vista. En esa conciencia se encuentra la garantía alimenticia futura entre otras principales cuestiones, aunque según indica la historia, la forma masiva de ese conocimiento no se adquiere hasta haberse iniciado más graves hostilidades político sociales.
-El círculo oficial de pensadores o comentaristas voltea una rueda sin solución de continuidad cuando trata de describir el paisaje social y político. Los más atrevidos y van más allá en el razonamiento, no alcanzan a ver la verdadera cuestión que tenemos ante los ojos, a saber: que una fracción de los mandamases actuales mantiene pensamiento y aplica políticas basadas en la pretensión de exterminio para gran parte de la población occidental. Gasear o fusilar seres humanos es costoso, lento, difícil (y muy mal visto); e imposible una guerra carnicera entre naciones occidentales en nombre de la nada. El método seleccionado por parte de los amos mundiales para esta salida histórica es el “como sea”, táctica descubierta por el venenoso Zapatero para sorpresa y asombro del universo. Desde la buena fe, se objetará que es paranoia, pero los hechos son tan patentes y sangrantes que no precisan añadidos ni comentarios.
mas...
-En ese programa de acoso y derribo, destructivo y delirante revelado mundialmente en España hace unos años por medio del zapaterismo -cómplicemente servido por la oposición- se incluye como factor importante la exaltación de los instintos más sórdidos de las personas, pero no solamente en un sentido histórico o cultural, sino paleolítico y aún animalesco. Nada tiene de extraño que toda esta situación política y sus explicaciones oficiales, sepa a pesadilla de cine y suene a cuento oriental. Y es por esto que la neotiranía en que ha devenido la “democracia”, no tenga más remedio que retroceder permanentemente en la evolución humana para encontrar los supuestos elementos que faciliten sus planes y sus inviables designios. En este sentido y dado que lo principal es siempre lo primero, toda esta mugre de políticos constituyen una charlotada de la historia y un pestilente eructo para los ciudadanos mundiales.
-A ese proyecto de radicalidad inédita y extrema, se opone -además de la civilización democrática en su conjunto- el grueso de los mandamases aunque sólo en cuanto a la “idea”, pero en la práctica diaria dejan hacer a los terroristas políticos como los zapateristas. En todo caso, los intereses en juego son de dimensiones tan gigantestescas y decisorias para la humanidad, que las peleas de todos contra todos son y serán el obligado tributo del presente panorama bélico. Por el contrario, las poblaciones nacionales caminan apresuradamente hacia una “unidad” en la desesperación, la furia y la imperiosa necesidad de bienestar apartando del camino cualquier obstáculo.
“En sólo unos años, el ser humano deberá poner Orden, Ley, Paz, Comida…donde sólo reina caos, delitos, guerras, miseria…y es seguro que lo conseguirá.”
(Octavio Maroto)
La descomposición en directo. Esto se cae. ¿Cuantos Psoe hay en estos momentos?
http://especiales.libertaddigital.com/ministros-a-la-calle/
No puedo estar más en desacuerdo con el artículo. He trabajado por cuenta propia y ajena y conozco la realidad desde las dos vertientes. Soy un convencido defensor del despido libre por varias razones:
La primera, es que no hay ninguna justificación para indemnizar a un empleado a quien se le ha pagado íntegramente el salario de su trabajo.
Me indemniza él a mí si su productividad baja notablemente?
La segunda, es que se crea una jerarquía de trabajadores, donde los novatos se ven obligados muchas veces a hacer el trabajo que no quieren los veteranos, porque saben que contra ellos es difícil actuar. Tengo que añadir aquí que los mayores hijos de puta los he encontrado siempre entre los propios compañeros, no entre los jefes.
La tercera, es la injusticia que supone despedir a trabajadores con contratos más recientes, sólo porque resulta más barato, sin tener en cuenta los méritos profesionales.
La cuarta es que se desincentiva la productividad laboral a medida que se cumplen años en la empresa, recayendo la mayor parte del peso del trabajo en el resto de empleados, lo que nos conecta de nuevo a la segunda razón expuesta.
Soy autónomo, trabajo sesenta horas a la semana, más las que dedico a aspectos de gestión, pero a nadie le he oído decir nada respecto a mis derechos. Debe ser que no soy considerado trabajador. Para pagar la nómina de un empleado mío que se cortó con un cuchillo jamonero en su casa y ha estado tres meses de baja, he tenido que renunciar a mis vacaciones este año, y así contratar a otra persona que le sustituya, mientras él las disfruta a mi salud.
Soy de la opinión de que los derechos hay que conquistarlos. Una generación de trabajadores a quienes se los han regalado y es incapaz de defenderlos, creo que no los merece. Ahora llamadme fascista.
Salu2, Álex.
La pena es que se cortase en la mano o en otro punto sin importancia.Lo suyo hubiese sido que se hubiese cortado la yugular,de ésta forma y con él en el cementerio ud tendría libertad para contratar a otro obrero.Verdad?
Despojo... Digo... Señor Álex: ¿usted es capaz de pensar alguna vez en alguien que no sea usted mismo?
Alex, no eres fascista, estoy prácticamente de acuerdo contigo, lo único que discrepo es que pasa si es el jefe el que por inseguridad/incompetencia te quiere despedir? al menos la indemnización actúa como freno a los desmanes autoritarios. Igualmente creo que es un mal menor, muchas cosas mejorarían si lo que se premiara fuera el mérito...
Alex tiene razón, todos tendriamos que ser autónomos y trabajar por cuenta propia. Abajo los jefecillos!
Alex, más que fascista, eres un neoesclavo; un ejemplo que ilustra el contenido del artículo: autónomo, 60 horas semanales, sin vacaciones...
Y lo peor de todo es que lo ignoras.
JJ.
Si es que el trabajador se ha malacostumbrado y ha cojido malos vicios como el comer jamón,y luego vienen los accidentes.
Págueles menos, que se entretengan con la mortadela en rodajas,y si puede, contrate al chino que curra por la cara y por un plato de arroz al día y si le va bien le tira al suelo un par de euros ,que los recoja y sepa quien es el jefe.
Es inadmisible que un honesto empresario se tenga que quedar sin vacaciones por un desgraciado que se corta un dedo por querer comer jamón.
Yo creo que lo que no habeis querido entender de la historia de Álex es que su empleado se cortó voluntariamente para no ir a trabajar. No es la primera vez que oigo de un empleador que alguien se le ha lesionado, o incluso mutilado, para no ir a trabajar.
En una ocasión estaba yo delante: probablemente el chaval más trabajador del turno coge un cúter a lo bestia y se corta el tendon entre el índice y el pulgar. Le tuvieron que hacer cirugía y estuvo a punto de quedarle la mano jodida. Pues desupés de ello me dice a mi textualmente su empleador "es que este es de un pueblo donde son muy burros, fue capaz de hacerlo voluntariamente para quedar de baja".
El empresario dice que su obrero se ha autolesionado en su casa.Que lo sabe con seguridad.Pero cortarse con un cuchillo jamonero es muy sencillo.Pueden existir dudas.
Sin embargo cortarse una mano a propósito para no currar es como mínimo síntoma de que ni sueldo ni tiempo de faena debe de ser muy halagüeno.
Muchos presos se autolesionan para salir a los hospitales y darse un paseo,incluso algunos deciden irse definitivamente de éste mundo antes de penar en su celda.
Asegurénse de que sus empleados estén bien pagados y sus lugares de trabajo no sean mazmorras de esclavos.
No puedo evitar ponerme al lado del trabajador,aunque ciertamente suceden hechos como el que cuenta Alex de autolesión de su trabajador.
S.Bocanegra
Me gusta alimentar un debate, pero detesto crear polémicas. Como excepción y por alusiones voy a contestar una vez. En ningún momento he dudado de la honestidad de mi trabajador y no cuestiono en absoluto un sistema de protección social, como derecho, que ampare las bajas laborales.
El contenido de mi mensaje era una reflexión sobre lo desiguales que resultan ciertos derechos, como la indemnización por despido, que se consideran inalienables y que perjudican en gran medida a la propia plantilla de una empresa. A la vez, invito a reflexionar sobre qué se considera trabajador. Un empresario es también un currito. El frutero de la esquina, el del estanco... Para ellos no hay convenios, ni gaitas. Por el contrario, los empresarios y autónomos somos vistos como seres crueles y sedientos de la sangre de nuestros empleados.
Respeto todas las críticas, pero agradecería un poco más de argumentación y menos demagogia.
Salu2, Álex.
Los supuestos derechos de los que habla este señor ¿quien los garantiza?, ¿El estado? ¿Quien es el estado? Los ciudadanos. Osea que si soy yo quien me garantizo mis derechos ¿para qué necesito el estado? ¿Qué importancia tiene que se reduzca la indemnización por desempleo? Ninguna. Como soy yo quien pago para que luego se me indemnice estoy encantado con pagar menos, ya decido yo donde meto el dinero que no pago para si me quedo en el paro no tener que estar a expensas de una banda de buenos comedores y mejores bebedores.
A mi estos izquierdosos de boquilla y amantes de la subvencion me repatean bastante.
No quiero subvenciones, es suficiente con que no me quiten lo que es mio.
El egoísmo que sarcocha la mentalidad del siglo XXI no os deja ver el fondo de la cuestión. En general, los trabajadores por cuenta ajena no controlan el sistema productivo en el que están inmersos. No saben nada de crisis de mercado. Algunos de ellos (los menos preparados de nuestros compatriotas), si son despedidos al cabo de años de trabajo, quedan moralmente arruinados y económicamente indefensos. Y recordad que el sistema les prometió la felicidad si, trabajando por cuenta ajena, enriquecían a su patrón.
Salud.
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