EL GALOPE DE LA DEVALUACIÓN CAMUFLADA

En efecto, Ácratas, molestando más que una mosca en un velatorio, predijo todo esto a tiempo: con más de dos años de antelación. Si el Gobierno nos hubiera hecho caso, otro gallo nos cantaría a todos los españoles, y no éste pollo descabezado que desafina más que los bronquios de un tísico. Y si por lo menos, a nivel particular, nos hubieseis
hecho caso vosotros, los lectores de Ácratas, mejor estaríais hoy de lo que estáis. Ahora ya sabéis con absoluta certeza que nuestros estudios, nuestras gráficas y nuestros pronósticos son certeros como la polla del Rey, que dicen que entraba sin tocar pelo. Bueno. Pues en estos cruciales momentos, vamos a contaros algo más de lo que viene llegando y sabemos que, ¡ahora sí!, seréis unos nervios ópticos.

Se trata de una cantinela que os sonará: ya predijimos que las monedas fuertes establecerían una carrera devaluadora a tumba abierta: el dólar y el euro, a toda velocidad uno contra otro, arrastrando a la libra y al yen; pero el yuán, que no es manejado por gilipollas, sino por unos chinos taimados, les sigue cuesta abajo pegado a ellos como una calcomanía, aún a costa de que China compre dólares y euros como yonkis caballo, porque quiere seguir vendiendo sus productos en Occidente, y una apreciación relativa de su moneda no les conviene nada.

Como no nos tenéis ninguna fe, a pesar de nuestros palmarios y asombrosos aciertos, sé que pensaréis: "Si todos devalúan al unísono, si relativamente se quedan como estaban, ¿cómo puede saber Ácratas que están devaluando realmente(1)? Y os lo voy a decir, pequeños saltamontes, que sé que estáis más expectantes que un condón en bolsillo de un cura: nos ha bastado con tomar como referencia las monedas de los países a los que la crisis económica internacional no les ha afectado. De esos en los que la Banca no ha entrado a saco, prestando dinero y vendiendo luego derivados de hipotecas basura. ¿Existen esos países? Pues sí. Hay muchos. Pero la mayor parte de ellos son tercermundistas, africanos, y no tienen una moneda mínimamente sólida. Pero hay algunos que sí que la tienen... Por ejemplo, Uruguay.

Uruguay es un país de sólo 3.355.000 habitantes, de superficie un tercio de la española, que ha sido poco interesante para la reciente especulación internacional por una excesiva lejanía a Europa y EEUU para desarrollar el turismo. Si en Uruguay no hay crisis financiera, ¿cómo ha evolucionado su moneda, el Peso Uruguayo, respecto al Euro? Pues exactamente como mostramos en la gráfica que acompaña a este artículo. Y cerrad esas bocas de asombro, que se os van a llenar de moscas.

Esa gráfica evidencia que el Euro se está devaluando a toda marcha. Lo ha hecho respecto al Peso Uruguayo un 27% en los últimos nueve meses y medio; y el dólar se ha devaluado aún más. Una vez demostrado esto, ¿qué utilidad tiene en cuanto a nuestras predicciones de futuro? Pues nada menos que anticipar algo que va a suceder, de lo que ya os hemos avisado en diversas ocasiones, que es gravísimo, pero  más fácil de entender que el mecanismo de un botijo:

Cuando una moneda se devalúa relativamente respecto a otras es a causa de su superabundancia. Y, como consecuencia inexorable, se desencadena tras la devaluación la inflación correspondiente hasta alcanzarse un equilibrio estable entre dinero y bienes. Por lo tanto, la abundancia de euros y dólares devaluados (acompañados por el yen y la libra esterlina, y vigilados por el yuán) conducirá a una inflación desbocada en breve, como reconocimiento de que el montante de moneda fuerte no se corresponde con el PIB mundial, sino que lo supera en diez a uno. Esto sucederá en España concretamente al menor síntoma real de haber tocado fondo en la crisis (los brotes verdes de doña Elena Salgado son más ficticios que el orgasmo de una puta) y empezar a levantar cabeza. Y será el remache de los clavos del ataúd para las clases más desfavorecidas de la sociedad, parados y gente con los sueldos mermados, funcionarios incluidos, que la pobreza es más contagiosa que el bostezo de perro. Y, como es obvio, al pobre de solemnidad sólo se le puede esquilmar  acaparando alimentos y especulando con su precio. Ése será el siguiente Misterio de Dolor.

España debió haber salido del Euro, con prisas de cuatrero, a principios de 2009, tal como hemos venido explicando, con un corralito a la felipegonzala, de aquellos de decretazo en domingo. Tras ello, debimos haber devaluado de inmediato la Neo-Peseta. A primeros del año pasado, hubiera bastado con una devaluación del 20%, y se habría mantenido el empleo a costa de desencadenarse una inflación del 7-8% durante tres años, hasta la recuperación económica y el reequilibrio de precios y sueldos; las exportaciones habrían aumentado de manera considerable y el trabajo no habría faltado nunca en España. Pero el zapaterismo, a las órdenes de Botín el sátrapa, ha preferido mantener el poder adquisitivo del dinero amontonado por los multimillonarios (escogiendo la senda suicida del reequilibrio a base de bajadas de precios y de sueldos), que quien arrea burros no lleva la carga. Y es a costa de un inmenso paro, del sufrimiento y del hambre física de las clases más desfavorecidas.

Esta caterva de sinvergüenzas que constituye nuestra clase política ha vendido nuestros pellejos al Gran Capital. La situación será tan grave en España en los próximos años que, caso de ser los españoles hombres con atributos, y no una piara de cerdos capones, el levantamiento popular y la revolución sangrienta estarían cantados. Lamentablemente, nuestra predicción al respecto es que, aun cagados como el palo de un gallinero, los españoles se peinarán los pelos del culo para no incomodar a quienes los sodomicen.

MALDITO HIJO DE PERRA


NOTA (1) Ya razonamos lo mismo con el oro, moneda de curso legal, que sigue su carrera ascendente, aunque muy controlado por los financieros judíos, que acaparan el grueso del stock estabilizando su precio frente al dólar mediante la manipulación de sus cotizaciones.