LOS CUATRO ELEMENTOS

Los ministros/as de la “res económica”, nos hablan de subir los impuestos a los ricos. Las clases medias y los currantes españolitos de infantería con sueldos, salarios y emolumentos varios, sin posibilidad de “camuflaje”, podemos echarnos a temblar. Nos van a crujir dura y despiadadamente en nuestros bolsillos, mucho más de lo que ya lo hacen. Como siempre; desde hace siglos o milenios, todos los gobiernos antes absolutos, ora diz que democráticos y las iglesias, han venido haciéndolo con
tributos, impuestos, tasas, cánones, gabelas, diezmos primicias y cualesquiera otra denominación, apretando y aún estrujando desde siempre al sufrido comerciante, artesano o menestral y ahora al proletario currante, profesional y autónomo venido a menos (y si aún no ha venido, ya vendrá, cuando sea vilmente esquilmado y aun sangrado como nuestros hipertensos abuelos con salutíferas sanguijuelas).

Pero lo mas jodido, es que las modernas sanguijuelas, ministros/as de los reales del vellón actual, quieren hacernos creer, ¡serán cabritos!, que oran et laboran a favor de las clases populares.¡Sean anatema, y véanse arrojados a las sulfurosas llamas del dantesco averno por pecar tan gravemente contra el octavo mandamiento de las mosaicas tablas de la Ley! Y es que a los ricos, riquísimos, no pueden-quieren-saben crujirlos ni despiadada ni adecuadamente. Ellos, -los riquísimos-, están a salvo, pues no en vano, los políticos que debieran hacerlo, están a su servicio y en “nómina”. Los parlamentos ya ni siquiera son coaccionados para legislar a su favor, les sale mas económico comprarlos con variopintas corrupciones. Presumen nuestros sedicentes socialdemócratas de progresividad y otras zarandajas, y luego elevan hasta las nubes los regresivos, feudales y facilones impuestos indirectos. Y a poco que nos descuidemos, harán como aquel Emperador bizantino Miguel Paleólogo, del que se dice que cobró o quiso hacerlo, no estoy seguro, por el aire que respiraban sus súbditos. ¡Idea....!

Si, siglos ha, que por algunos de los cuatro elementos arquetípicos clásicos, (tierra, agua, fuego y aire), los poderes terrenales y aún divinos, vienen cobrando y abusando de la sufrida infantería patria –y no me refiero con ello a una de las Armas del ejército-. La tierra nunca fue del que la trabajaba y a sus trabajadores-poseedores, los propietarios, señores, reyes y otros titulares de variado linaje y pelaje, ejercían el pillaje sobre los sufridos campesinos a que venían obligados a entregar una parte a veces desmesurada de sus frutos y trabajo. El agua, tan abundante hasta hace poco en apariencia barata cuando no gratuita, vemos como además del precio que pagamos por ella, en muchas ciudades y pueblos, nos cobran más de la mitad en cánones, en definitiva impuestos, con que nos esquilman los ayuntamientos y distintas administraciones.

Quedan el sol y el aire. Y se me viene a la mente una maravillosa idea: sugiero a los Ministros/as de la cosa turística, económica o cualquiera competente, -es un decir-, que unos buenos impuestos indirectos, ahora que se ha descubierto que incluso estos pueden ser progresistas, podían ser el cobro de canon tasa, o como diablos quieran definir o tipificar, por hora, día, semana o mes de sol disfrutado en nuestros miles de kilómetros de playas Si los millones de españolitos, que en estival vagancia, tuestan su panza al sol, pagaran dos euros por día de sol disfrutado, o diez semanales o treinta mensuales, (a título de ejemplo, podía ser incluso más), ello supondría una magnífica “mina” recaudatoria.

No menos eficaz la que podría derivarse de un nuevo impuesto sobre el aire. Ahora que puede determinarse técnicamente la calidad del que respiramos, midiendo las PPM (partes por millón) de partículas nocivas que lo hacen mas o menos puro, cuando se establezcan estándares de calidad en ciudades, pueblos o lugares en que nuestros beneméritos gobiernos (ya sabemos que hay muchos), consigan la calificación de “aire puro respirable”, los residentes en esos sitios, deben ser gravados con el consiguiente impuesto. ¡El que quiera respirar aire puro que lo pague!. Es lo justo y necesario.

Naturalmente quedarían excluidos los turistas extranjeros que nos visitan no sea que tales impuestos, tasas o cánones les resulten disuasorios para elegir España como destino turístico. Incluso deberían quedar exentos aquellos personajes que por su relevancia política, económica, social, cultural o cualquier otra que los haga relevantes, el Gobierno, les extienda la tarjeta de V.I.Ps. Y como ya os veo venir demagogos del carajo, esto no afectaría para nada al principio de igualdad que tan admirablemente defiende nuestra Ministra de la ïdem, y que constitucionalmente ampara a todos los españoles, pues como he dicho alguna vez, tal principio significa tanto que se deben tratar de forma igual las situaciones iguales, como de forma desigual las desiguales. Y las situaciones de, por ejemplo, la ministra de Igualdad, que también debería serlo de libertad y de fraternidad, y un peón/a de albañil en paro, son notoriamente desiguales. Y como resultado y corolario, deben tratarse desigualmente. ¿o no ?.

Ahora que con la crisis en que nos han metido los malvados financieros, banqueros y especuladores internacionales (los de aquí siempre han sido buenos, justos y benéficos), se hace muy difícil recaudar los suficientes fondos para poder seguir pagando las nóminas de los millones de miembros y miembras del Gobierno, Secretarios de Estado, subsecretarios, Directores generales, Subdirectores; los sinnúmeros asesores que les asesoran, diputados y senadores, internacionales, -europeos-, nacionales, autonómicos, –mas de un millar-, alcaldes, concejales, y asesores, (muchos, muchos asesores de todos ellos), ¸funcionarios de los poderes ejecutivo, legislativo, judicial. Funcionarios de la Administración del Estado, de las distintas Taifas, (léase Comunidades Autónomas)., pseudo-funcionarios contratados “digitales” para puestos de confianza o directamente como asesores, ¡otra vez mas asesores!; pseudo-funcionarios sindicales, que cobran del Sindicato y éste a su vez del Estado... y así hasta completar los tres millones largos cuyos sueldos y emolumentos han de salir de las arcas de papá Estado y por ende, de los sufridos bolsillos de los españoles de infantería. (y aclaro de nuevo que no me refiero al Arma de nuestros gloriosos ejércitos).

Ahora digo, estos dos nuevos impuestos que se proponen, (¡sol y aire de España, casi na!), podían completar y redondear el ciclo impositivo sobre los cuatro elementos tradicionales y fundamentales, (tierra, agua, aire y fuego) y ser, ahora si, un auténtico “brote verde” para las arcas del Gobierno presidido por nuestro Excelentísimo Sr. Presidente, don José Luís Rodríguez Zapatero. ¡De nada, Sr. presidente!

PATALETE