EL RIGODÓN PARTITOCRÁTICO

Se empeña la derecha (o sea, el nacional-católico PP) en propalar que, a partir del 1-M, día de Elecciones Autonómicas en Galicia y País Vasco, en este 2009, los españoles veremos, al fin, un modelo de hacer política bien distinto. ¡Menuda chorrada! ¡Qué va a ser distinto! Será el mismo modelo de siempre, con matices tan nimios que no merece la pena ni destacarlos. Más de lo mismo: oscurantismo democrático, pactos postelectorales, interdependencia de poderes y plutocracia en la sombra. O sea, que van a comportarse igual que el fascista de Zapatero, que es más malo que el que se tiró el pedo en la manguera del buzo.

La derecha, demostrando la desubicación de una taza de váter en el comedor, ha perdido una gran oportunidad, en estos cinco años zapateros, de proponer un cambio de modelo democrático antes de la Elecciones Europeas. La ocasión de exigir la independencia de poderes del Estado a través de las urnas independientes para Ejecutivo, Legislativo y Judicial; la representatividad de los diputados
mediante las circunscripciones unipersonales; la doble vuelta para la elección de cargos. En fin: la democracia completa, no este infecundo coitus interruptus con una puta gonorreica, que sale tan cara como tirarse a una modelo de ropa interior de la Pasarela Cibeles.

El PP no ha movido pieza. Pues vale. Con el antiguo modelo, el de siempre, va a tener más problemas que una bizca haciendo encaje de bolillos. Serán, probablemente, tres años más de zapaterismo, porque este pavo, sin una bomba en el culo, no va a dejar el poder. ¡Los socialistas van a robar hasta el papel higiénico, no van a dejar en España títere con cabeza! Ayer mismo, la Bolsa Española continuó cayendo libremente como un grave en el vacío y ya es un 30% lo perdido en los dos meses que llevamos de año: los inversores, después de agotar los dodotis de todos los supermercados, empezaron a descontar el más que probable pacto de los socialistas con el PNV, porque Artur Mas ha dejado claro que ZP necesita los apoyos de nacionalistas catalanes y vascos para aprobar los Presupuestos en Madrid. Y que si echa a los vascos de la Lehendakaritza, se queda sin dinero. En fin, que los inversores saben bien que la destrucción de riqueza no ha hecho más que empezar. ¡Que esto va a ser la rehostia!

España no es responsable de la deslealtad de sus políticos, pero los españoles que los votan, sí. Es suicida creer que la política no nos atañe, que lo único que importa es que nos den algo gratis, que nos llegue en el reparto aunque sea la pedrea, sin ver que nos van a pasar la cuenta entera. Que los garantes de las acciones de nuestros políticos somos nosotros, los ciudadanos. Y que también somos los avalistas últimos de sus crímenes: La corrupción la pagamos con nuestros impuestos, y hasta los muertos ocasionados por sus desvaríos independentistas los ponemos nosotros.

Ahora os diré algo que es más fácil de entender que el mecanismo de un supositorio: Ya es demasiado tarde. Ya no podemos apoyarnos en los políticos para reformar el Régimen. Y tendremos que echarlos, aunque nos cueste más que cagar tres docenas de higos de pala. Porque están sordos, afanados en saquear su parte del banquete, antes de que se acabe el festín partitocrático, como las hormigas que desmigajan un cadáver. Tendremos que ser nosotros, los ciudadanos, los que habremos de empeñarnos en que la clase política no siga degradándonos con el propio poder que le otorgamos.¡Y no estamos solos! Cada vez son más las organizaciones cívicas que, hartas de ser expoliadas, reclaman la democracia como herramienta imprescindible para la convivencia de todos los españoles, como Plataforma Cívica para la Modificación del Articulo 99 de la Constitución, el Movimiento Ciudadano hacia la República Constitucional o la Plataforma de las Clases Medias (esta última con un programa en Radio Intereconomía); y cientos de blogs. Tanta es la presión, que hasta los periódicos digitales -será porque no reciben subvenciones para comprar papel y financiación bancaria para linotipias- hablan de la partitocracia española, y la ponen como modelo de lo que no se debe hacer.

¿Y los partidos? Pues nada, ellos bailando el rigodón partitocrático, como decía esta misma mañana en la radio Iñaki Anasagasti, del PNV, con total descaro... ¿No han pensado que un buen día, hartos y desesperados, vamos a echarnos todos a la calle, armados con mazas, como el “descompensado” de Lazkao, y los vamos a correr a palos hasta Bayona?

MALDITO HIJO DE PERRA