Nadie lo comenta, ningún periodista del Régimen. ¡Qué raro! ¡Nadie dice ni pío! Pero si resulta evidente... Acaba de manifestarse de forma palmaria. Así, dicho a las claras: Dejar al liberalismo actuar a sus anchas conduce al caos económico. A las pruebas hay que remitirse. Y no es eso lo peor, sino que, encima, para reconducir dicho caos debe acudirse al Estado, para que socialice las pérdidas ocasionadas por los abanderados del liberalismo económico.
Se dice que, en el futuro (para garantizar que pueda existir ese futuro), deben regularse más las actuaciones de la Banca: Otro Acuerdo de Basilea (el III), quizá; más controles de los bancos centrales, etc. ¿Es eso liberalismo? ¿Exigir más regulaciones es liberalismo? ¿Pues no se regulaban solos los mercados? ¿Pues no debía, en la práctica, ser cada vez menor y menos relevante la influencia del Estado?
¡Es una derrota en toda regla! Es, como dice el bueno de Pepiño Blanco, un acontecimiento equivalente a la caída del Muro de Berlín, que condujo a la extinción de los regímenes comunistas. ¡Pepiño ha dicho algo pertinente! ¡Acierta!
La Teoría Liberal es, como casi todas las teorías político-economicistas, impecable. También lo es el Marxismo. ¿O acaso es discutible el que, ante una problemática común para la supervivencia, los seres humanos colaboren en conjunto y planifiquen su actuación? ¡Pero si es lo que hacen todas las empresas para sobrevivir! Pues eso era la planificación quinquenal comunista: Diseñar lo que había de hacer cada uno de los ciudadanos para contribuir al bien común. Pero, explican los liberales que defienden fieramente la planificación empresarial, el comunismo adolece de un gran error conceptual; y es que la naturaleza humana no está a la altura de tan grandes ideales y, en el comunismo, induce a la corrupción y al haraganeo generalizado. Y si toca, como les tocó a los soviéticos, disputar la hegemonía del mundo con un imperio como el norteamericano, se acaba por perder la liza en 75 años. Por eso lo mejor es un sistema que dé rienda suelta al egoísmo humano y al individualismo pertinaz. El Estado debe desaparecer del mundo económico, porque los mercados son Dios; y permitir el enriquecimiento desaforado de algunos para que las migas que caigan de sus manteles alimenten al resto de la humanidad. Pero ahora el liberalismo ha demostrado que adolece del mismo defecto que el comunismo: La naturaleza humana no sabe autorregularse. ¿Qué debiéramos hacer, por lo tanto?
Necesariamente debe emerger de un nuevo modelo económico-social distinto al liberal, opino yo; ni siquiera es necesario que sea un modelo socialista, pero sí racional. Un modelo que acabe, en primer lugar, con lo más absurdo:¿Para qué se le entrega la capacidad de crear papel-moneda y dinero financiero a un grupo de bancos que financian con ellos a los especuladores? ¿Por qué les dejamos acumular tanto dinero y poder para que, valiéndose del chantaje, la manipulación mediante los medios de su propiedad, comprando parlamentos, redactando leyes, financiando partidos y gobiernos, logren lo que se les antoje?
EEUU necesitó la II Guerra Mundial para salir de la gran crisis del 29. Después de trece años de ruina, aprendió bien la lección: la democracia es anti-americana. Y, como única vencedora cuyas infraestructuras industriales no habían sido destruidas, lideró la conversión de Europa entera a la partitocracia, porque se trataba del único régimen perfectamente manipulable desde el exterior, a golpe de maletines de billetes verdes. Los regímenes necesarios para instalar bases militares y lanzaderas de misiles donde y cuando les pareciera bien. Tan sólo Francia escapó de tal cataclismo anti-democrático, gracias al Presidente De Gaulle, General con orgullo nacional, que barrió a los americanos y a su influencia de su territorio nacional. Posteriormente, para enfrentarse al dólar, moneda especulativa, sin respaldo de la Economía real, que se ha emitido en cantidades tales que ha dejado arruinados bosques completos del planeta Tierra, Francia lideró la creación de la Unión Monetaria Europea y la implementación del Euro. ¡Ah, la grandeur de la France! Por eso la odia tanto el antiguo régimen que aún manda en la España neofranquista: Banca, Iglesia, nobleza y Ejército. Es el odio primigenio que levantó a los cafres españoles en armas contra la Ilustración, desde púlpitos y cuarteles, en 1808.
Lo malo —para sacar adelante todo esto que pienso— es que es lo mismo que dice que piensa Hugo Chávez. Y así, casi con mis palabras (lo del nuevo sistema, ni liberalismo ni socialismo real), se lo ha propuesto hace poco al neoliberal Sarkozy, en su Palacio del Elíseo. Y, en sugiriéndolo Hugo, ya no hay nada que hacer. Se acabó la discusión —"Gorila Rojo, ¿Por qué no te callas?"—. Por eso, justamente, lo ha venido a decir él.Y sus palabras sí que las airean todos los medios de comunicación hasta la náusea. Son la mejor vacuna para que nada cambie. ¿A que sí, Hugo?
ÁCRATAS
Se dice que, en el futuro (para garantizar que pueda existir ese futuro), deben regularse más las actuaciones de la Banca: Otro Acuerdo de Basilea (el III), quizá; más controles de los bancos centrales, etc. ¿Es eso liberalismo? ¿Exigir más regulaciones es liberalismo? ¿Pues no se regulaban solos los mercados? ¿Pues no debía, en la práctica, ser cada vez menor y menos relevante la influencia del Estado?
¡Es una derrota en toda regla! Es, como dice el bueno de Pepiño Blanco, un acontecimiento equivalente a la caída del Muro de Berlín, que condujo a la extinción de los regímenes comunistas. ¡Pepiño ha dicho algo pertinente! ¡Acierta!
La Teoría Liberal es, como casi todas las teorías político-economicistas, impecable. También lo es el Marxismo. ¿O acaso es discutible el que, ante una problemática común para la supervivencia, los seres humanos colaboren en conjunto y planifiquen su actuación? ¡Pero si es lo que hacen todas las empresas para sobrevivir! Pues eso era la planificación quinquenal comunista: Diseñar lo que había de hacer cada uno de los ciudadanos para contribuir al bien común. Pero, explican los liberales que defienden fieramente la planificación empresarial, el comunismo adolece de un gran error conceptual; y es que la naturaleza humana no está a la altura de tan grandes ideales y, en el comunismo, induce a la corrupción y al haraganeo generalizado. Y si toca, como les tocó a los soviéticos, disputar la hegemonía del mundo con un imperio como el norteamericano, se acaba por perder la liza en 75 años. Por eso lo mejor es un sistema que dé rienda suelta al egoísmo humano y al individualismo pertinaz. El Estado debe desaparecer del mundo económico, porque los mercados son Dios; y permitir el enriquecimiento desaforado de algunos para que las migas que caigan de sus manteles alimenten al resto de la humanidad. Pero ahora el liberalismo ha demostrado que adolece del mismo defecto que el comunismo: La naturaleza humana no sabe autorregularse. ¿Qué debiéramos hacer, por lo tanto?
Necesariamente debe emerger de un nuevo modelo económico-social distinto al liberal, opino yo; ni siquiera es necesario que sea un modelo socialista, pero sí racional. Un modelo que acabe, en primer lugar, con lo más absurdo:¿Para qué se le entrega la capacidad de crear papel-moneda y dinero financiero a un grupo de bancos que financian con ellos a los especuladores? ¿Por qué les dejamos acumular tanto dinero y poder para que, valiéndose del chantaje, la manipulación mediante los medios de su propiedad, comprando parlamentos, redactando leyes, financiando partidos y gobiernos, logren lo que se les antoje?
EEUU necesitó la II Guerra Mundial para salir de la gran crisis del 29. Después de trece años de ruina, aprendió bien la lección: la democracia es anti-americana. Y, como única vencedora cuyas infraestructuras industriales no habían sido destruidas, lideró la conversión de Europa entera a la partitocracia, porque se trataba del único régimen perfectamente manipulable desde el exterior, a golpe de maletines de billetes verdes. Los regímenes necesarios para instalar bases militares y lanzaderas de misiles donde y cuando les pareciera bien. Tan sólo Francia escapó de tal cataclismo anti-democrático, gracias al Presidente De Gaulle, General con orgullo nacional, que barrió a los americanos y a su influencia de su territorio nacional. Posteriormente, para enfrentarse al dólar, moneda especulativa, sin respaldo de la Economía real, que se ha emitido en cantidades tales que ha dejado arruinados bosques completos del planeta Tierra, Francia lideró la creación de la Unión Monetaria Europea y la implementación del Euro. ¡Ah, la grandeur de la France! Por eso la odia tanto el antiguo régimen que aún manda en la España neofranquista: Banca, Iglesia, nobleza y Ejército. Es el odio primigenio que levantó a los cafres españoles en armas contra la Ilustración, desde púlpitos y cuarteles, en 1808.
Lo malo —para sacar adelante todo esto que pienso— es que es lo mismo que dice que piensa Hugo Chávez. Y así, casi con mis palabras (lo del nuevo sistema, ni liberalismo ni socialismo real), se lo ha propuesto hace poco al neoliberal Sarkozy, en su Palacio del Elíseo. Y, en sugiriéndolo Hugo, ya no hay nada que hacer. Se acabó la discusión —"Gorila Rojo, ¿Por qué no te callas?"—. Por eso, justamente, lo ha venido a decir él.Y sus palabras sí que las airean todos los medios de comunicación hasta la náusea. Son la mejor vacuna para que nada cambie. ¿A que sí, Hugo?
ÁCRATAS
10 COMENTARIOS:
Sería interesante y hasta pertinente definir ese régimen o sistema político, si ello fuera posible.
Es el momento de las síntesis, tras las tesis y las antítesis de los sistemas comunista y liberal (no, no le llamemos neoliberal, porque eso es falso. Es lo que inyentan los liberales, que no se note que es el liberalismo el que falla).
Para eso hace falta mucha imaginación y muchos conocimientos técnicos. pero sería de agradecer que lo intentárais, ácratas. No se pierde nada, ¿no?
Su texto me parece muy amargo, penoso e irritante. Lo diga Hugo Chávez o su porquero,la verdad es la verdad. ¿Acaso insinúa usted que Hugo Chávez juega como comparsa disuasoria en el tablero de ajedrez mundial? ¿O es un agente de la CIA disfrazado de revolucionario?
Otra cosa es la faraónica campaña mediática contra la República Bolivariana de Venezuela. Eso, y el Rey de España, payaso inconmensurable, han conseguido desprestigiar la imagen pública del Presidente de Venezuela. Pero la imagen pública no es nada, porque el público no tiene criterio válido. Debiera usted de saberlo si es alumno de García-Trevijano, ese grandísimo elitista.
http://es.youtube.com/watch?v=d7MH8nExOhY
No eres el primero que me viene con eso del elitismo de Antonio García-Trevijano. ¿Qué significa?
Sé que una elite (o élite) es una minoría selecta y destacada en un ámbito social o en una actividad, la que sea. Fernando Alonso pertenece a la elite d la Fórmula I, por ejemplo. Tambien sé que se califica como elitista un lugar donde sólo admiten a gente de especial relevancia: adinerada, o culta o lo que sea.
Pero un elitista es otra cosa... ¿Me lo puedes explicar? Porque no veo yo el elitismo de un personaje que pretende conseguir la verdadera democracia PARA TODOS LOS ESPAÑOLES, y acabar con lo que hay. Que es una mierda partitocrática.
En fin, tú dirás...
http://es.youtube.com/watch?v=z-C3Ni_ASJs
Hace días que no leía el blog. He recorrido la cornisa cantábrica desde Ainsa hasta El Ferrol y vuelta por Santiago, Monforte, Astorga, Burgos-Zaragoza-Lérida y Viladecans.
Le he tomado el pulso a la gente y vuelvo más ateo, republicano y socialistoide que antes de marcharme.
Y el asco al SISTEMA es tan grande que perdería el 90 % de mis bienes para verlo arder por todos los flancos.
Ahora me encuentro con la noticia del rechazo por parte del Congreso americano al plan de Bush para rescatar a las hienas del sistema financiero.
No tendré esa alegría de ver hundido el imperio y arder occidente desde Finisterre hasta el Volga.
Ácratas
me cago en la hostia
gritais la verdad siempre
denunciad a todos lo shijos de puta
socialismo o muerte!
con dos cojones
Perdonad que me meta en cuestiones de economía, donde soy rematadamente lego, pero que sepáis, desde el punto de vista de las ideas políticas, que es lo que a mí más me interesa, pero también relacionado con la economía, que entre liberalismo atroz y comunismo obsoleto, hay una tercera vía, que se dice, y no me refiero ni a Anthony Giddens ni al republicanismo de Philip Pettit, que es el que era gurú ideológico de Zapatero (por cierto ¿cómo es que no lo sacan ahora a este Pettit a ver lo que dice de la crisis actual?)
Y me refiero concretamente a Antoni Domenech y toda la cuadri de republicanistas que tenéis principalmente por las universidades catalanas:
- Félix Ovejero Lucas
- Daniel Raventós, que es especialista en renta básica, etc.
Os recomiendo dos referencias al respecto:
* el nº 33 de la revista Isegoría, dedicado al Republicanismo
* el libro: Republicanismo y democracia, de la editorial Miño y Dávila que es argentina pero yo lo conseguí fácil en Bilbao.
Por cierto a., o ., o como sea que ahora tengas por bien denominarte:
Que no tengo forma de entrar al blog Acratas que me remitiste como invitación. Te he contestado a tu e-mail diciéndote esto, que no puedo, ay, que no puedo. Me dí de alta en el sistema y en mi blog La identidad maketa aparece ahora la entrada de Acratas, pero desde ahí no puedo entrar a crear ningún post nuevo en Acratas. Algo habré hecho mal, seguro.
La única tercera vía posible: la Banca Nacional. Y punto.
El resto es paisaje.
mess, a., .,
Creo que he empezado a solucionar mis problemas para crear entradas en Acratas. Temblad.
Saludos maketos.
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