¿DÍA NEGRO? NO. SÓLO UNO MÁS

Ayer fue un día tormentoso para la Economía española. Martinsa-Fadesa, la sociedad de Fernando Martín —¡pero qué listo fue Manuel Jové, saliéndose del mercado inmobiliario en 2006!—, se esclafó como un huevo en la Bolsa, con una pérdida del 33% de su ya exiguo valor y deberá hacer frente a un concurso de acreedores sonado, dada su insolvencia total, tras no llegar a un acuerdo de refinanciación con la caterva de bancos acreedores que esperan repartirse sus pedazos.

El mercado de la vivienda ha desaparecido. Por lo tanto, no sólo Martinsa-Fadesa, sino el resto de las grandes empresas inmobiliarias, tremendamente endeudadas con los bancos, van a ir a la ruina. De hecho, ya están en ruina, porque los compradores están prefiriendo perder las pagas y señales que comprar. ¿Os acordáis de que hace tan sólo seis meses esta banda de impresentables se negaban a admitir que hubiera siquiera una burbuja inmobiliaria? ¿Tenéis memoria?

La Gran Banca, a la que sirve Solbes, tampoco anda bien, con pérdidas del BBVA del 3% en un solo día. Necesitan optimismo y éste se lo tiene que suministrar sus propios servicios de estudios. Como bien dijo Churchill, hay mentiras, grandes mentiras y estadísticas. Así que el Servicio de Estudios del BBVA —al grito de Francisco González, su Presidente, de “¡Dadme buenas noticias!”— se ha sacado de la manga una recuperación económica en 2009 con el mínimo a mediados de 2008 que nadie puede creerse, porque para sostenerla, tienen que engañarse con una inflación a finales de 2008 en sólo el 3,7% —Increíble—, y tienen también que aplicar una curva de ajuste de resultados de grado 6, absolutamente ad-hoc, en vez de la que ha aplicado Ácratas, de grado inferior y mejor ajuste, y que ha tenido en cuenta la evolución mensual del PIB, no sólo las anuales; es decir: el Servicio de Estudios del BBVA obvia la coyuntura, cierra los ojos y usa las Matemáticas de forma torticera. En todo caso, hablan de 2009 y necesitan dos imposibles: una inflación a final de 2008 del 3,7% y un PIB a finales de 2008 del 1,9% (¡JUAJUAJUAJUA...! ¡Pero si estamos ya por debajo del 2%, según ellos mismos —el 1,75%, en realidad—, y vamos cayendo por un precipicio!)

En este ambiente, Solbes, patético, sin política económica ni ideas, siguió ayer disertando sobre Semántica, mientras, como consecuencia del incremento desaforado del IPC —ya en el 5%, cifra que no se veía desde 1995, mucho antes de entrar en la moneda única; y con previsiones de 5,7% para agosto—, el BCE se plantea endurecer aún más los créditos, porque dice que es su obligación —en realidad, su interés— frenar la inflación. Discute Solbes si, para reconocer la estanflación, hay que padecerla durante seis meses primero. ¿De verdad es lo único que puede aportar ese inútil? Pues, en efecto, no puede aportar nada más. ¿Es que la gente no recuerda ya la anterior desgraciada gestión de la economía española en el último gobierno de González?

Con un mercado de trabajo cautivo de sus deudas, la solución empresarial para aumentar la productividad será la fácil: la bajada de los sueldos, en vez de la inversión para aumentar la producción; que es justo lo que necesita un padre de familia para sacar adelante a los suyos: que le suban la hipoteca y le bajen el sueldo. Está claro: El coste de la crisis —a pesar de las promesas de Zapatero— lo van a pagar íntegro los trabajadores.