Había una época no muy lejana, digamos hasta bien entrado el siglo XX en la que el porcentaje de población que en España pasaba de los 45 años no llegaba ni al 15%, era un milagro pasar de los 40. La bendita revolución industrial empeoró las condiciones de vida del pueblo hasta el punto que un europeo artesano miembro de algún gremio de burgo mediano, alcanzaba mayor longevidad y tenía una serie de privilegios impensables para su sucesor el proletario varios siglos después.
El diablo revolucionario rápidamente se infiltró en las fábricas y se le combatió con las ideas fabricadas por la monarquía parlamentaria europea: enrolando al proletariado en el ejército, desplazándolo a las nuevas colonias africanas y asiáticas, abriendo la puerta de la emigración a la población sobrante y practicando el paternalismo estatal de un Bismarck y el empresarial de un Alfred Krupp que construía barrios obreros de reducido alquiler para sus trabajadores.
Claro está que aquello no funcionó, y condujo a las dos guerras mundiales después de las cuales se impusieron las ideas democráticas, si quieren, partitocráticas y de economía keynesiana que originó la próspera clase media europea que hoy en día se vuelve a "proletarizar" a toda velocidad. Y es que el capital cuando no encuentra resistencia de aquellos a los que explota tiende a la sangría total, como ya demostrara David Ricardo en el siglo XIX, hasta que los salarios alcancen el nivel de supervivencia. Y esto esta pasando en España y en el resto de Europa, el capital busca pues camorra y se jacta de ello. Se vale de la burocratización sindical y de la financiación de los gobiernos elegidos en función de sus intereses para imponer la ausencia de derecho como derecho laboral y la globalización como arma última de desmoralización a los residuos de proletariado combativo.
Es jodido vivir en el sistema del capitalismo corporativo y global del siglo XXI, donde tenemos que pasarnos la mayor parte de nuestra vida trabajando como cabrones para conseguir un techito bajo el que cobijarnos y algo de comida basura, mientras los capitalistas de siempre siguen acumulando y amasando sus fortunas con la especulación de nuestras necesidades. En el tercer mundo, el espejo de Europa y los EEUU en el futuro, no disponen ya ni de esa oportunidad, allí la especulación de alimentos, a mayor beneficio del mercado financiero, los condena a un genocidio necesario, al lado del cual el de los nazis es una travesura de aprendices.
Cada época tiene sus propias preguntas: Los romanos se interesaron por el Poder y el Derecho, los de la Edad Media por la distinción entre Saber y Creencia, los iluministas del Siglo XVIII, por la relación entre el hombre, la naturaleza y Dios, la época de la industrialización por la igualdad del pueblo y el estado de bienestar, y la actual, por la simple y llana manipulación de la información para mantener aborregada a la población mientras se la esquila con todos los medios posibles. El fin de la historia, y de las revoluciones? ya veremos.
3 COMENTARIOS:
De Javier: Querimo amigo Pepe, tu articulo es de sobresaliente.
Si me permites lo publicaré en mi blog a toda prisa.
Necesitamos un chat para hablar a diario, seguro que podemos encontrar uno gratis y sin que nos molesten.
Un saludo. Ah hechale un vistazo a estos blog en los que estoy avanzando:
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NO problema Javier. Enhorabuena por tus artículos!!
Excelente, Pepe.
Salud.
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