RODRÍGUEZ ZP VUELVE A REUNIRSE CON ETA

La derecha, como buena parte de la izquierda, está indignada; el centro, si es que ese concepto tiene algún sentido aparte de la abulia mental, no sabe ni contesta. Todos se preguntan cómo es posible que sucedan estos nuevos encuentros si, como es palmario, la mayoría de los españoles está en contra. Y yo exclamo a grito pelado:

¡ RODRÍGUEZ ZP NO PODRÍA REUNIRSE CON ETA SI, EN VEZ DE UNA MONARQUÍA COCOTERA, TUVIÉRAMOS EN ESPAÑA UNA DEMOCRACIA !

La democracia se caracteriza inexcusablemente por la independencia de poderes. No por la separación. Eso ya lo teníamos con Franco.

El Jefe del Ejecutivo, sea Presidente de la República o Primer Ministro de una Monarquía (no cocotera), debe ser elegido por todos los españoles a dos vueltas. De ese modo, no le deberá nada a la panda de partidos bisagra nacionalistas que ahora necesita para que lo invistan. Y esta es la razón de todo el federalismo que corroe España.

Y los diputados tienen que deberse a quien los vota, no al mandamás de su partido que lo puso en la lista electoral. Eso se hace con circunscripciones unipersonales, ¿sabéis? Y también a dos vueltas.

Y al Judicial, que es un cuerpo de funcionarios, hay que dejarlo que en paz se rija a sí mismo. ¿O es que elegimos a los ingenieros de caminos del Estado? Para eso están las oposiciones y las elecciones internas entre todos los que ejercen como jueces. ¡Y basta ya de cuartos turnos y de enchufes de jueces de partidos de uno y otro bando, sin oposiciones!

Si hubiera Democracia en España, Rodríguez ZP habría sido investido presidente con el voto de la mayoría absoluta (siempre es así cuando se elige a dos vueltas) de todos los españoles. Y para hablar con ETA habría tenido, además, que recibir el consentimiento del Parlamento. Pero éste habría estado formado por diputados deudores de ciega obediencia a los electores de sus circunscripciones unitarias, donde una Comisión de Seguimiento garantizaría que no desatienden ni traicionan las esperanzas de sus votantes.

O sea, que el Parlamento le habría dicho a Rodríguez ZP que no podía hablar con ETA, porque eso es lo que deseaban la mayor parte de los españoles.

Pero la Democracia hay que exigirla y antes, merecerla. El primer paso para merecerla es saber lo que es y lo que no es. Los ignorantes sólo se merecen que los unzan a un yugo y tirar del carro como bueyes.

¿Cuándo vamos los españoles a hablar de todo esto? ¿Cuándo, Dios mío, cuándo?

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