HISTORIAS PLANETARIAS

Primera parte: EL CUARTO PLANETA

I

En el principio de aquel tiempo, aquellos seres evolucionados durante Eras, o períodos inmensos y dilatados en el abismo espacio-temporal, viajaron por el “Multiverso”. “Saltaban” de un Universo a otro, sin las limitaciones que la Física relativista o mecanicista impone. Ellos
habían superado todas las barreras y limitaciones hacía mucho tiempo. Eran como dioses o ángeles desde una perspectiva humana. Y sin embargo, no eran en realidad ni una cosa ni otra, sino “unicamente”, seres vivos. Como los hombres, como los pájaros, como las hormigas o las bacterias. Eran parte del Todo, que solo tiene sentido si hay Vida que lo llene, que lo posea, que lo contemple y en última instancia que lo dirija a su fin......aunque nada ni nadie sabe, cual sea éste.

... Y luego, llegaron a nuestro Universo local. Visitaron Galaxias y múltiples sistemas estelares del mismo, observando, escrutando y analizando sus posibilidades para la Vida. Encontraron un sistema, alrededor de cuya estrella principal giraban ocho planetas y algunos planetoides más, varios de ellos con su cohorte de satélites. Sus mediciones y análisis, determinaron que en dos de ellos, era posible la Vida tal y como ellos sabían que debía ser la vida. La distancia, a la estrella, el tamaño, la variación de temperatura, o mejor, la temperatura que en un futuro muy lejano llegarían a tener, los elementos presentes en su composición, la sucesión de los períodos de luz y oscuridad.... los parámetros en fin, que consideraban suficientes, les llevaron a la determinación de “sembrar” los componentes prebióticos que luego de incontables millones de años de oscura maduración en el caldo primordial, en el Océano único de los dos planetas elegidos, darían lugar al surgimiento de las primeras y rudimentarias manifestaciones vitales.

II

Ellos no tenían prisa. Se sabían casi inmortales y podrían contemplar si quisieran hacerlo, el surgimiento y evolución de su obra. Pues también sabían que eso era la Vida: rudimentaria en su comienzo, pero dotada de posibilidades casi infinitas en su evolución también “casi” infinita, si antes no se truncaba. Lo sabían porque ellos mismos habían comenzado así en su lejano mundo de otro Universo local en que ni siquiera regían las mismas leyes físicas que en el nuestro. Pero en el que también existían “otras” leyes que les limitaron durante milenios, hasta que un día, su explosión de inteligencia evolutiva, les enseñó que podían dominar, resolver e incluso soslayar las limitaciones de la física y la materia, .... prescindiendo incluso de sus envolturas materiales.

También sabían que en el planeta mas pequeño y alejado de su estrella, de entre los dos elegidos, la “gestación” y evolución de la Vida, sería más rápida. Así podían ver su obra en distintos y dilatados períodos sucesivos. Si es que quisieran verla, pues no era nada seguro que volvieran a aquellos minúsculos y alejados mundos tan distintos y distantes del suyo propio.

Así pues, sembraron y.... siguieron su camino en busca de nuevos mundos que conocer, explorar y eventualmente, “biologizar” . Y se perdieron en la inmensidad del único y gran Multiverso que engloba en su Ser y existir, los infinitos Universos locales. Uno de ellos precisamente, el que contiene nuestra Galaxia, la Vía Láctea y en ésta, el Sistema Solar. Y en éste, dos planetas, Tierra y Marte, uno de ellos apto y actualmente, lleno de vida. El otro, Marte, quizá lo fuera en un lejano pasado. ¿Serían estos los dos planetas “sembrados” por aquellos visitantes?

Si, lo fueron.

Durante millones de años, las ciegas, ¿ciegas?, fuerzas de la Naturaleza cósmica siguieron actuando en ambos planetas. Marte, mas pequeño y alejado de su estrella, se fue enfriando y “normalizando” para los estándares vitales con mayor rapidez. Sus elementos se combinaron finalmente en la manera prevista por aquellos seres que denominaremos “Suprahumanos”. Así, hasta que del caldo primordial sembrado de elementos prebióticos, comenzó a surgir ésta. Primero, supermoléculas gigantes, activadas por fuerzas telúricas en el momento preciso, ya previsto por aquellos visitantes. Después, de aquella “sopa” prebiótica molecular surgieron las primeras y rudimentarios células. Los primeros rudimentos de seres unicelulares.

...PERO AQUELLO ERA YA LA VIDA.


III
Era el comienzo. Luego el Tiempo, aliado con la Evolución que guía siempre el desarrollo vital, junto a las condiciones y características del planeta, hicieron lo demás. Los organismos, comenzaron a diversificarse y a hacerse cada vez mas complejos. Casi simultáneamente, la vida se ramificó en los medios acuático y terrestre. El mundo marciano “terrestre”, se pobló de un manto verde y exuberante de especies vegetales. Plantas extrañas
y gigantescas, coexistían junto a árboles inmensos, pero a la vez y simultáneamente, había lo que nosotros llamaríamos hierba y flores de raros y exóticos colores y perfumes nunca percibidos por los sentidos de especies animales. Nunca durante muchos millones de años, hasta que finalmente.....

Aparecieron los primeros organismos del que podríamos definir como reino animal. En el inmenso Océano primordial, sus aguas comenzaron a poblarse de una enorme variedad y multiplicidad de especies. Primero pequeñísimas, simples, surgidas de la agregación de aquellos “organismos” unicelulares. Luego cada vez más complejas, cada vez mayores. Y así durante centenares de millones de años marcianos. Los estadios evolutivos, dieron por resultado especies gigantescas como jamás se enseñorearon en el medio acuático de nuestro planeta. Aparecieron y evolucionaron incluso especies “inteligentes” que dieron lugar a “civilizaciones” marinas. Los antiguos creadores supra-humanos volvieron, contemplaron su obra. y luego regresaron Primero, en períodos de tiempo que en principio, podíamos estimar en millones de años. Luego cada pocos milenios. Después, cuando vieron que la evolución en el cuarto planeta, se aceleraba, cada pocos siglos. Pero siempre, siempre, contemplando, analizando, catalogando la Vida, aquello que millones de años atrás, habían “sembrado”, pero nunca guiándola ni interviniendo en su desarrollo. Su “Código ético”, como podría decirse a escala de nuestro conocimiento y valores, les impulsaba a no intervenir, ni interferir.

IV

Pero aquellas primeras civilizaciones marcianas, estuvieron condenadas al fracaso. Desaparecieron a consecuencia de catastróficos cataclismos naturales más o menos cíclicos que asolaron esta parte de nuestro sistema estelar a lo largo de su devenir Impactos, relativamente frecuentes de pequeños asteroides, de “pedruscos estelares” girando en órbitas erráticas e inestables, situados en el “cinturón”, entre el cuarto y quinto planetas solares, tuvieron consecuencias devastadoras para casi todas las especies vivientes.

Avances y retrocesos. Tiempo hubo en que parecía que las fuerzas de la naturaleza cósmica iban a acabar totalmente con la vida marciana. Así había ocurrido con innumerables sistemas estelares “sembrados” también por la especie supra-humana, sin que estos intervinieran. Pudieron haberlo hecho, ya que su desarrollo tecnológico era más que suficiente para desviar el curso de cualquier cuerpo celeste, para evitar aquellos terribles cataclismos estelares, pero no lo hacían porque ellos “sabían” que no podían o no debían hacerlo a menos que.....

V

Luego finalmente, nuestro Sistema estelar, se estabilizó. Pareció alejarse el peligro cósmico. Y las especies animales acuáticas del cuarto planeta solar, siguieron su evolución y desarrollo cada vez mas acelerado. Hasta que de una de ellas, parecida a lo que aquí llamaríamos “delfines”, abandonaron el medio marino y se convirtieron primero en anfibios y después en únicamente “terrestres”. Y fue en esta especie donde en un momento dado de su estadio evolutivo surgió el “chispazo de inteligencia” que les llevaría en el lapso muy corto a escala cósmica, de algunos miles de años, a un desarrollo científico y tecnológico cada vez mas acelerado. Desarrollo rápido, con logros increíbles, pero .... contemplado con escepticismo por sus “creadores”. Ellos habían sido mucho más lentos y acompasados en sus logros, tecnológicos y científicos. Cada avance de su ciencia y luego de su correlativa tecnología, supieron acompasarlo, con un sucesivo y armónico avance de “humanidad”, de estabilización racional y emocional. Supieron a tiempo, los grandes y acelerados avances materiales, sin su equivalente grado de humanización, de logros en el “ser”, acompasándolo al “tener” y al “saber”, podían llevar a consecuencias aun mas catastróficas que los cataclismos cósmicos que acechaban y a veces terminaban con la Vida en aquellos planetas aptos y “sembrados” para su aparición y desarrollo.

VI

Aquella especie surgida del medio acuático del planeta, tras su mutación inteligente, colonizó toda la extensión “terrestre” del mismo en el transcurso de unos pocos siglos. Dominaron y colonizaron todas las tierras, todos los océanos y mares. Su poder se extendió sobre todas las demás especies animales. Surgieron formas de organización social en las que primaba el dominio de los más aptos, mas fuertes o más inteligentes. No conocieron la esclavitud de manera institucionalizada, pero en múltiples sociedades sólo hubo dos verdaderas clases de seres: dominadores y dominados. Los primeros muy pocos y poderosos; los segundos la inmensa mayoría.

Tampoco supieron de ciencias o artes “humanísticas”. Nada de Filosofía, Religión, o Arte. Y cuando algunos de los mejores, quisieron ocuparse de “algo” que se pareciera a lo que nosotros conocemos como humanidades o ciencias sociales, fueron relegados, ignorados y arrojados al ostracismo. No hubo progreso alguno en las ciencias del espíritu.
Surgieron multiplicidad de organizaciones que para simplificar y a escala humana podemos llamar estados nacionales. Durante milenios, se hicieron la guerra unos a otros. Luego cada vez se fueron agrupando en entidades mayores, mediante alianzas o por simple conquista de las más fuertes sobre las más débiles. Finalmente, solo hubo dos Imperios. Grandes, poderosos tecnológicamente desarrollados casi por igual, pero, .... enemigos. Cuando llegaron a aquel estadio de organización, cesaron las guerras, mas no por convicción, si no por el miedo a la destrucción mutua.

Los aliens supra-humanos volvían una y otra vez y contemplaban aquella forma de desarrollo y organización con escepticismo y desaprobación, pero no intervinieron pese a que intuían o mejor, sabían que los seres que habitaban el cuarto planeta estaban abocados a un callejón sin salida.

VII

Así aquella civilización “marciana”, coronada y organizada en dos monstruosos Imperios, continuó su desarrollo vital como si en realidad se tratara de dos mundos distintos. Dos mundos que en lugar de cooperar, sentir, y saberse hermanos filogenéticos como eran, se miraban con recelo y temor, temiendo que en cualquier momento se produjera el choque. Un choque que en sus circunstancias podría producir un desastre de consecuencias más terribles que los antiguos cataclismos cósmicos sufridos por su mundo.

Durante muchos años, ambos Imperios continuaron ignorándose y desarrollando cada vez una Ciencia y tecnología más y más sofisticada y perfeccionada. Llegaron a descubrir la energía nuclear, pero casi simultáneamente, desarrollaron otra energía totalmente “limpia”: la energía solar. Su Ciencia y aplicación tecnológica hicieron que la “sucia” energía atómica, quedara arrinconada y desechada pues el dominio a que llegaron en la basada en el astro rey, la volvía inservible. Pero en su aplicación, no solo la utilizaron en forma técnica e industrial pacífica, sino que ensayaron y perfeccionaron armas terribles, mucho más mortíferas y poderosas incluso que las que aquí son ahora “sucias” bombas nucleares.

VIII

No obstante, no eran mundos estancos e impermeables. En los lugares claves, uno y otro siempre tuvieron situados agentes propios. El espionaje científico-técnico, se convirtió en una difícil e imaginativa actividad, mediante la cual ambos monstruos conocían e imitaban los logros del contrario.

Poco después del descubrimiento y aplicación intensiva de sus inagotables fuentes energéticas, comenzaron el despliegue del viaje interplanetario. Se dispusieron a colonizar los distintos mundos del sistema solar. Incluso llegaron a difíciles acuerdos mediante los cuales consiguieron una suerte de “reparto” planetario por el cual el tercer planeta quedaba en la órbita del llamémosle Imperio “A”. Pronto supieron que solo aquel, nuestro planeta Tierra, albergaba ya la Vida, bullendo en exuberante grandeza animal y vegetal, pero, sin que todavía en su estadio evolutivo hubiera surgido la “chispa” de inteligencia y hominización .

Conocieron a la entonces especie dominante de los dinosaurios enseñoreando no solo la tierra firme, o Pangea si no el inmenso océano y el aire. El Imperio “B”, se sintió humillado y perjudicado por cuanto ninguno de los demás planetas o satélites del sistema importaban para sus aspiraciones de extensión y conquista. Todos ellos eran mundos muertos. Denunció los acuerdos tan dificilmente logrados y pidió su parte del “Nuevo Mundo”. Y entonces .... llegó el final.

IX

El difícil e inestable equilibrio del terror que ya duraba siglos, se rompió. El Imperio A, no estuvo dispuesto a consentir un nuevo reparto. La posesión, conquista y extensión que ya planificaban del tercer planeta, les daría la superioridad que anhelaban sobre sus adversarios y finalmente el dominio y unificación de todos en un solo Imperio. Inútil empeño, cuando un enemigo tan poderoso como ellos mismos, no iba a renunciar a nada, ni a aceptar aquel estado de cosas.

Se rompieron las hostilidades y las energías contenidas en los ingenios y armas solares antes nunca utilizadas, se desataron sobre toda la extensión del planeta. Miles, quizá millones de “miniaturas” de soles, terribles, mortíferos, se abatieron sobre mares, valles, montañas, llanuras, ríos, ciudades .... volatilizando y abrasándolo todo. Todo equilibrio planetario, toda la biosfera, quedó alterada. Los océanos hirvieron, el agua casi en su totalidad “escapó” al espacio en forma de gas y solo algunas reservas del líquido elemento quedó confinada en grutas y oquedades en las zonas mas porosas y profundas del planeta. La envoltura gaseosa, bastante similar en su composición a la que conocemos en la Tierra, quedó rota, quemada o expandida y finalmente diseminada en el espacio interestelar. La Vida desapareció en brevísimos días en su totalidad. Ni siquiera en sus formas más simples y rudimentarias logró sobrevivir y escapar a la catástrofe final. Pero tan terrible cataclismo, no solo afectó al cuarto planeta, sino que a punto estuvo de hacer desaparecer todo vestigio de vida del tercero.

Algunas naves interplanetarias del Imperio A, consiguieron escapar antes del final, hacia la Tierra. Solo eran unos pocos millares de habitantes que esperaban iniciar una nueva vida en un mundo nuevo y prometedor, pero... el “enemigo” lo supo y en su locura no estuvo dispuesto a consentirlo. No podía perseguirlos tal y como se desarrollaron los acontecimientos, pero lograron sin gran esfuerzo fraccionar y desviar de su órbita, partes o fragmentos de un pequeño asteroide colonizado por ellos. Y uno de tales fragmentos, colisionó en el océano terrestre, volatilizando y gasificando enormes cantidades de agua, que sumieron a nuestro mundo en una larguísima noche de siglos. Así terminaron muchas de las especies animales superiores que habitaban la Tierra. Los escasos habitantes marcianos. Los dinosaurios. No les bastó llevar el desastre total y destrucción de todo vestigio de vida en su mundo, si no que a punto estuvieron de conseguirlo en el nuestro.

Así acabo todo, en el que ahora denominamos el Planeta Rojo. Un mundo asolado, quemado y arrasado por sus propios y “civilizados” habitantes


SEGUNDA PARTE: EL TERCER PLANETA

I

Y sin embargo aquellos seres Suprahumanos, ya lo
hemos dicho, no intervinieron. No se inmutaron. Sabían que en numerosos mundos antes “biologizados” por ellos, habian ocurrido hechos similares y seguirían ocurriendo. Unas veces debido a cataclismos naturales, la mayor parte colisiones interestelares. O implosiones de astros dando origen a estrellas neutrónicas, e incluso a agujeros negros con “catástrofes” o, digamos mejor, resultados, inconcebibles a escala humana. Otras veces, la Vida que en su inmensa mayoría tomaba caminos o ramificaciones en su desarrollo evolutivo erróneo llegando a un final previsible por ellos. “Solo” esto, era lo que había ocurrido ahora.

II

Proyectaron toda su atención al otro Planeta sumido durante muchos años en la oscuridad o semioscuridad. La luz de nuestra estrella, no conseguía horadar la espesísima capa de nubes que rodearon toda la Tierra, como consecuencia de la brusca evaporación de ingentes cantidades de agua oceánica. Pero la Vida no desapareció. La evolución continuó su curso, tanto en las especies vegetales como animales. Incluso podía hablarse de la evolución planetaria con la deriva de continentes, de las placas tectónicas, dando lugar a la unión o separación de continentes y océanos. Los dinosaurios desaparecieron súbitamente tras haberse enseñoreado y dominado todo el planeta por espacio de casi dos millones de siglos. Pero aquellos reptiles con numerosas especies, algunas de ellas gigantescas, no estuvieron predestinadas pese a su larguísima trayectoria vital, a que surgiera en ellos la “chispa” de la evolución guiada hacia la inteligencia creadora . Sus cuerpos a veces enormes, solo albergaron cerebros diminutos , no aptos para su “salto cualitativo”.

Pero el Tiempo, y la evolución, continuaron cincelando e imprimiendo su sello creador en las especies vivientes del Planeta. Y finalmente muchos miles de siglos después, los Suprahumanos, contemplaron con la curiosidad y espíritu analítico que la Ciencia había impreso en sus mentes privilegiadas, como una de las especies de primates precisamente de las más débiles, comenzaba a presentar ciertos signos para ellos esperanzadores. Su precariedad física en un mundo hostil donde solo era posible la supervivencia de los más fuertes, los más ágiles o mejor dotados, les llevaba a utilizar unas “armas” ignoradas por casi todas las demás: la “cooperatividad”, la unión en grupos suficientemente numerosos para ayudarse mutuamente. Luego conscientes de su debilidad, para sobrevivir al aire libre, comenzaron a refugiarse en grutas y cavernas que les mantenían al abrigo de las inclemencias del tiempo. Siempre en poblaciones suficientemente numerosas para defenderse e incluso atacar a otros iguales o más débiles con los que se alimentaban. . Aprendían, conservaban memoria de lo aprendido y a la vez, comenzaron a transmitirlo a otros miembros de su especie. Observaron el rayo y el fuego y contemplaron aterrorizados su poder destructor, pero también comenzaron al principio temerosos, a aproximarse a sus rescoldos y calentarse al mismo defendiéndose del frio. Aprendieron primero a conservarlo, luego a utilizarlo para asar y comer los productos de su caza comprobando que aquello los hacía mas apetecibles. Y finalmente, aprendieron como producirlo.

III

Aquello supuso el primer salto cualitativo en su proceso de “hominización” . Ninguna especie animal había logrado tales avances. Pero seguían siendo animales, ora cazadores, ora cazados. Hubo avances y retrocesos. La Naturaleza y sus azotes ya en forma de glaciaciones, o de cataclismos telúricos, les llevaron a veces al borde de la extinción. Y luego súbitamente, aquella especie de primates de reducidos cerebros todavía, experimentaron otro salto gigantesco: aprendieron el manejo de las armas, y contemplaron fascinados su poder sobre y contra las demás especies que poblaban el planeta. Al principio solo fueron “armas naturales”. Piedras y palos, que utilizados con fiereza y en grupos compactos y aguerridos, les hicieron sentirse poderosos.

Mas tarde, aprendieron a perfeccionarlas. Primero, toscas piedras afiladas, mas puntiagudas, con las que pudieron herir y matar a sus piezas de caza. Aprendieron a sujetarlas atándolas a sus palos en forma de mangos con lo que surgieron rudimentarias hachas. Los palos a su vez, se convirtieron en mazos mas pesados en un extremo. Luego largas y rectas estacas afiladas en un extremo, se convirtieron en mortíferas lanzas.....

Los visitantes estelares, contemplaban con curiosidad su evolución, esperaban, esperaban.... Pasaron milenios y aquella especie prehomínida progresaba si, pero de forma muy lenta. Ellos “sabian” que no debían interferir a menos que... A MENOS QUE AQUELLA ESPECIE FUERAN SUS HERMANOS. Y aun entonces, solo y exclusivamente para salvarla, para evitar su extinción.

IV

Su curiosidad e interés hacia la novísima, -para ellos-, especie , se debía a que en los albores de su propia Historia o mejor aún, prehistoria, ellos habían surgido en su su lejano Mundo, de forma similar. Eran el producto casi perfecto, aunque no último, de un grupo de “primates” evolucionados luego hacia una “Humanidad” que a punto estuvo en muchas ocasiones de perecer. También conocieron los desastres y las guerras. . Sabían que en el larguísimo camino hacia un destino todavía no alcanzado por ellos, las fuerzas contrapuestas, las polaridades que rigen los ciclos de la naturaleza universal, se hallan impresas en lo más profundo de la Vida. Que la “chispa” de la inteligencia creadora, surgía en ocasiones en especies que llegaban incluso a un alto grado de desarrollo y “civilización” pero,..... finalmente perecían, víctimas de sus propios errores, de su falta de comprensión de que en lo más íntimo y profundo de todos y cada uno de sus individuos, se encuentran en perpetua evolución, desarrollo y lucha las mismas polaridades que rijen el mundo físico, (aunque para ellos el mundo físico tal y como nosotros lo percibimos ya no tenía sentido).

El bién y el mal, lo bello y monstruoso, lo divino y humano el angel y la bestia....Eran elementos constitutivos de cada uno de los seres vivos en los que la “inteligencia” surgía en un preciso estadio de su peripecia vital y evolutiva. Y aunque la inteligencia creativa y positiva, les llevaba a descubrimientos asombrosos, avances científicos y tecnológicos espectaculares, también la negativa y destructiva, impulsaba las luchas perpetuas, sin fin, guerras, destrucción. La eterna lucha de Eros y Thanatos. Y finalmente, cuando a veces estaban a punto de “volar a las estrellas” y encontrarse con sus posibles hermanos interestelares, los Supra-humanos, ....llegaban a su fin y perecían. Como les había ocurrido a los seres del cuarto planeta solar. Como a tantos otros en lejánisimos, remotos sistemas del Universo local y aún de otros Universos distintos, distantes, infinitos.

V

Uno de aquellos visitantes interestelares, creyó estar seguro de que la especie que emergía en la Tierra, eran sus esperados “hermanos” con quienes tenían que encontrarse en un determinado momento del devenir espacio-temporal. Junto a ellos, habrían de caminar hacia el destino final y esplendoroso que ellos todavía solo intuían. Y aunque su “código” le impedía intervenir, sobre todo cuando la especie solo estaba en los albores de su existencia, plenamente sumergida en su larga Prehistoria, aquel suprahumano, más “joven”, “inexperto” o “impaciente” por la lentitud del progreso de hominización, se dispuso a intervenir para acelerarla.

Descendió al Planeta y su forma inmaterial, al menos en nuestra percepción de la materia, tomó contacto con uno de aquellos grupos de primates en algún lugar de lo que ahora es el Próximo Oriente. Ninguno de ellos fue consciente de estar siendo sometidos a mutación o manipulación alguna ya que nada vieron ni sintieron. Pero el visitante, midió, analizó y estudió las potencialidades físicas y cerebrales de todos los individuos de aquella especie de tribu y con su saber y ciencia dotada de poderes que a escala humana cabría decir “divinos”, aquel “dios” de las estrellas, modeló e imprimió en sus cerebros todas las potencialidades para que se diera en ellos una “explosión de inteligencia”, la humanización deseada por él. “Modeló” aun de forma más perfeccionada una pareja que fueron los “reyes” de aquella pequeña tribu. Luego regresó al lugar donde se hallaban sus iguales que desaprobaron vivamente su conducta, aunque ningún castigo podía serle inflingido. Ellos ya no los conocían ni necesitaban . Al menos como nosotros los percibimos.

Y así finalizó la larga noche de la prehumanidad y dio comienzo la Humanidad propiamente dicha. La silenciosa “explosión” de inteligencia creativa, nos llevo a transitar de la prehistoria a la Historia. Los avances y descubrimientos ahora, se sucedieron con rapidez vertiginosa si se comparan con los largos milenios de avances y retrocesos anteriores. En solo unos pocos milenios, se transitó de desde los descubrimientos del fuego, las hachas de piedra o la rueda, a la energía nuclear y los viajes espaciales aún en sus inicios.

VI

Surgieron Imperios y civilizaciones. Desaparecieron. Primero en lo que ahora llamamos Oriente Medio. Luego Egipto, China, Grecia, Roma, Bizancio, Arabia, ..... Y ya en la época “moderna” España, Francia, Inglaterra. Y casi ahora mismo, los EE.UU y la ya extinta U.R.S.S. Otros dos grandes Imperios, uno de ellos casi derruido por sus propios errores. Pero siempre en todos y cada uno de ellos el ying y yang, lo positivo junto a lo negativo. La guerra, la destrucción siempre, por cualquier causa o sin causa aparente. Seguida por escasos períodos de paz. Vida y Muerte. Espléndidas creaciones en el arte, la cultura, la religión, la filosofía, la ciencia, iban acompañadas del oscurantismo, el fanatismo religioso..., y ahora, la aplicación tecnológica errónea y desequilibrada de los avances cientificos, dando lugar a la posible enfermedad y muerte incluso de nuestra “Madre Tierra”.

VII

Los Suprahumanos, seguían, -siguen-. contemplándonos con curiosidad e interés. Ahora están seguros de que somos sus hermanos. Aquellos que esperaban durante millones de años y junto a los que esperan seguir su trayectoria vital hacia... no podemos decir donde. Pero ya no siguen aquella línea de no interferencia, aunque si continúan con intervenciones indirectas, sin hacerse presentes de forma indubitada, expresa. A lo largo de muchos siglos de nuestra Historia, después de la autoaniquilación del Planeta Rojo, han estado y continúan aquí de forma indirecta, velada. Han tratado de evitar que la especie, llegue a la aniquilación, a la autodestrucción total como tantas veces han contemplado a lo largo de su historia, esta si, Historia Universal o mejor “Multiuniversal”. Su intervención, ha consistido a algo parecido a la de aquel “impaciente” que en los albores de la Humanidad, hizo aparecer la “chispa de inteligencia” en aquella tribu primitiva, antes, mucho antes, de que por si misma, hubiera terminado por aparecer.

Durante el transcurso de nuestra Historia conocida, siempre han aparecido personajes singularísimos, como si estuvieran “fuera de su tiempo”. Líderes religiosos, grandes filósofos, científicos .....creadores en fín, que parecen haber surgido y desarrollado su obra al margen de las corrientes imperantes de su tiempo. Son aquellos sobre los que nuestros visitantes estelares han actuado sin que ni ellos mismos lo hayan sabido. Han conformado sus mentes, su espíritu, su cerebro, (que en definitiva, es todo uno y lo mismo), para que sirvieran de guías a la Humanidad. En ocasiones, algunos de ellos, se han manifestado de forma portentosa, “milagrosa” para las gentes y la cultura de su tiempo. Pero “solo” fueron la imagen especular de nuestros hermanos de las estrellas, aunque jamás hayan sido concientes, ¿o si?, de ello.

VIII

Solo, decimos, han intervenido así, de forma indirecta, no manifestada, pero ahora.....

Han experimentado un cambio sustancial desde hace algunos años. Agosto de 1945.

Primeras explosiones nucleares. Primera ocasión en la Historia de la Humanidad en que la decisión de un solo hombre, llevó la muerte y destrucción de cientos de miles de personas de forma instantánea. Dos ciudades arrasadas por una causa, -paradógico horror-, “noble”: acabar la Segunda Guerra Mundial. Hasta entonces, todas las guerras, toda la destrucción, habían sido limitadas. Crueles, terribles, pero siempre limitadas por las propias posibilidades del desarrollo científico y técnico. Nunca hubo peligro de autodestrucción total. Pero a partir de este hecho, se rompieron todos los límites, todas las barreras. Tiempos recientes ha habido en que los dos colosos imperiales, la U.R.S.S. y los E.E.U.U. siguieron una política aberrante de equilibrio del terror ante la seguridad estratégica de la “Destrucción Mutua Asegurada”. Algo similar a los dos Imperios del cuarto planeta. Sus ingenios atómicos cada vez más potentes. Posibilidad de ser disparados y dirigidos hacia cualquier parte del planeta. No solo capacidad de acabar con todo vestigio de vida, sino tal capacidad, multiplicada varias veces.

IX

Desde quella fecha, primeras explosiones nucleares, primera aniquilación masiva de unos seres humanos por otros, nuestros visitantes supra-humanos, decidieron intervenir de forma mas directa que nunca antes hicieran. Agosto 1945. Ahora ya, la peor de todas las hipótesis, la aniquilación total de la especie humana podía llegar en un futuro no muy lejano. Solo quedaban .... unos pocos años.

Comenzaron su labor callada, invisible. Intervinieron aparentemente como habían venido haciendo a lo largo de la Historia. Un niño humano recien nacido en algún lugar del Planeta en la década de los años sesenta, fue transformado en uno de ellos. Pero ni él mismo ni su entorno familiar, fue conscientes de ello. Creció, y se formó como cualquier otro niño de su ciudad, de su país.... Su cerebro, su mente, su espíritu, habían sido transformados, acondicionados, pero.... había de permanecer igual que cualquier otro, sus potencialidades estaban en él si, pero solo de forma latente. Ni en el fondo ni en la forma, “pareció” nunca diferente del cualquier otro ser humano. Llegado el momento, serían “despertadas”, pero mientras tanto fue un miembro más de la especie humana, incluso, anodino, corriente, sin aparentes dotes especiales. Los visitantes de las estrellas, sabían como ocultar a su enlace con la Humanidad. Solo siendo un niño de pocos años, tuvo consciencia o intuición de ser diferente de los demás niños. Conoció o vislumbró lo que era la Eternidad y el Infinito. Su mente en ocasiones se asomaba a una especie de pozo sin fondo, ante el que debía retroceder presa del vértigo, porque no estaba preparado para asimilar aquellos conceptos. Luego, ya hombre, dejó de “sentir” o experimentar aquellas extrañísimas sensaciones de las que estaba seguro, ningún otro niño compartía. Y se sumió en la corriente de “normalidad” común a todos los hombre de su tiempo. Hasta que un día...

X

Tras el equilibrio del terror instaurado por los dos grandes “imperios” modernos, la U.R.S.S. y los E.E.U.U., desmoronado el primero de ellos, pareció que podría ser inaugurada una nueva y larga era de paz planetaria. . Pero aquello resultó un fugaz espejismo. Una nueva y tal vez mas insidiosa forma de “guerra potencial” sustituyó al difícil e inestable equilibrio anterior.

Se fomentaron y surgieron en distintos puntos organizaciones terroristas que comenzaron una especie de guerra más insidiosa que todas las anteriores. Ahora los Estados o mejor dicho los dos grandes imperios anteriores, sin un enemigo a quien cargar los “males” de sus propios errores e insidias, por un lado, favorecían o directamente creaban aquellas organizaciones terroristas a las que por otro, convertian en el peligro actual, en el enemigo sustitutivo del “enemigo” anterior. Asi el control de los monstruos estatales o imperiales sobre todos y cada uno de los ciudadanos –súbditos-, se va acelerando progresivamente hasta hacerse asfixiante. Una nueva etapa de esclavitud y dominio de unos pocos sobre todos, se ha iniciado y parece imparable, cuando no hay ya enemigo estatal o imperial. claro y visible a quién combatir. Pero la Caja de Pandora está a punto de ser abierta. La catástrofe, el genocidio, puede surgir o estallar en cualquier lugar del mundo. El hundimiento de las Torres Gemelas en Nueva York inauguró una nueva concepción de guerra no declarada, dirigida contra el único Imperio existente como tal. Indonesia, Madrid.... , el terror difuso pero terriblemente presente en cualquier pais, de cualquier forma.

Finalmente, una de las más poderosas y tentaculares organizaciones terroristas, llegó a hacerse con el arma definitiva: el arma nuclear. Los supra-humanos vieron claramente que el principio del fin, había comenzado, la hora final sonaba para la Tierra al igual que había ocurrido ya tantas veces, en distintos lugares del Cosmos, del infinito Multiverso.

XI

”Despertaron” a su enlace en la Tierra. Todas las potencialidades de aquel hombre corriente transformado en uno de ellos en los años 60, fueron desplegadas. Tomó conciencia de su ser verdadero en una sola noche. Conoció en una especie de relámpago deslumbrador el saber de sus hermanos del Cosmos. La vana ilusión, la cuasi ignorancia en que se hallaba sumida la ciencia de sus otros hermanos, los hombres en comparación con aquellos. Ahora supo en el breve lapso de pocas horas más, mucho más, que todos los científicos, que todos los filósofos habían aprendido a lo largo del devenir de la Historia humana. Comprendió de golpe que aquellos vislumbres de su niñez, eran fogonazos de un saber latente en su ser, que esperaba su momento para desplegarse en toda su potencia. Vió y comprendió casi instantáneamente conceptos que siempre le habían fascinado sin entenderlos. Mente, materia, espíritu....todo era Uno y lo mismo. Ante el se desplegaba un conocimiento casi infinito. Supo que la Materia y la Energía eran la misma cosa. Vió como ante él se deplegaban con toda claridad teorías científicas como la gran unificación, perseguida tanto tiempo. Las teorías de partículas elementales, átomos, núcleos, neutrones, quarks,... etc...., al legar a un punto infinitesimal, se disolvían, eran...la nada, el “lugar” o “no lugar” donde la materia era “humo” algo borroso...., espíritu. Que el Big Bang y el Big Cruch, eran los latidos de nuestro Universo local y no el comienzo ni final del mismo.

Supo la misión que había de llevar a cabo y se dispuso a acometerla. Sus hermanos del Cosmos, se habían limitado siempre a contemplar lo que ocurría y a veces a lo largo de la Historia habían intervenido, si, pero de forma indirecta. Ahora no, ahora lo harían de forma directa y clara. Pero para ello, tenían que “saber” desde dentro todo el ser y sentir de la Humanidad. Conocer todos sus logros, toda su Ciencia, su tecnología, como los propios hombres los conocían. Sentir como ellos sentían .Ver desde dentro lo positivo y lo negativo de los seres humanos.

Desde un lugar cualquiera, en un domicilio corriente, el novísimo supra-humano, desplegó toda la potencialidad de su cerebro-mente-espíritu, (todo uno y lo mismo, ya lo hemos dicho.). Un ordenador corriente, fue manipulado y transformado en un avanzadísimo supercomputador, (para usar un concepto entendible, ya que “aquello” era otra cosa), más allá incluso de los que los hombres de ciencia trataban de concebir aunque todavía no habían llegado a desarrollar, como “computador cuántico”, ni siquiera experimentado. Su potencia era billones de veces superior a todos los computadores de nuestro planeta unidos. Se conectó a todas las redes, entró en todos y cada uno de los “cerebros” del ciberespacio y absorvió como una gigantesca esponja del conocimiento todo el saber almacenado.

El, a vez, estaba “interconectado” con la extraña y poderosa máquina cuyo “disco duro” no era otra cosa que su propio cerebro. Tenía por una parte, toda la antíquísima sabiduría y conocimiento de sus hermanos estelares y ahora sabía como utilizarla. Por otra, conoció a lo largo de escasos días, todo la que la Humanidad había depositado en todas las bibliotecas, en todos los centros de conocimiento almacenados en las redes informáticas . Y transfirió todo ello al “Centro de decisión” supra-humano. Ahora, estos ya “sabían” lo que había que hacer y como hacerlo. Y decidieron intervenir, de forma clara, expresa, expeditiva, antes de que fuera demasiado tarde. .. El momento ya está fijado para un futuro cercano, muy cercano...

¿CUÁNDO Y COMO INTERVENDRAN? Eso, ya será parte de la Supra-historia de la Humanidad. Aquí, solo podemos escribir sobre la Historia.

PATALETE