¿SERÁ POSIBLE QUE SOLBES NOS HAGA CASO?

¿Lee Ácratas Solbes? ¿O lo lee alguno de los cientos de asesores que tiene? Porque, en efecto, finalmente ha hecho caso a nuestra recomendación —que nadie más había hecho, ningún otro diario o cadena de radio o de televisión, antes que nosotros— de que, si no quiere que se hunda la economía de las pymes y de las familias, debía salir a competir con los esclerotizados bancos y cajas, ofreciendo crédito a través del ICO. ¡Ya era hora, Solbes! El Ministro de Economía lo hace (si es que se decide por fin a hacerlo, si es que le dejan los bancos y cajas; y Zapatero, su lamedor infame) con 6 meses de retraso, pero más vale tarde que nunca.

Claro que no procede mediante el mecanismo idóneo, que era la apertura de sucursales propias, adquiridas a bancos y cajas en quiebra técnica —es el que proponíamos—, sino que concederá los créditos gestionados a través de los bancos de siempre, que se cobrarán una pequeña comisión por la gestión. En todo caso, ha comprendido que la medida de regalar 50.000 millones de euros a la banca, para que concediera créditos a las empresas y particulares, no conduce a otra cosa más que a que repartan beneficios con total tranquilidad a final de año.

La cuantía implementada por el Gobierno para que las pymes puedan seguir funcionando en esta coyuntura de crisis, para salvarlas del asombroso caos del endeudamiento bancario apabullante que asuela la economía española, será de 19.000 millones de euros, que se destinarán a créditos de capital circulante (pólizas y préstamos), dinero que utilizarán esas empresas para cubrir las puntas negativas de movimiento de caja que todas las empresas han de asumir en su proceso productivo. No se trata, pues, de los típicos créditos ICO para inversiones estratégicas (según el Gobierno), como ampliación de infraestructuras, compra de máquinas herramientas, informatización u nuevas tecnologías o eco-sostenibilidad. Para estas cuestiones, la línea será de 10.000 millones de euros, más o menos la cifra de siempre.

Mientras, el Banco de Santander abre la veda de la reconversión con la ampliación de capital en 7.200 millones, a través de los que trata de cubrir los riesgos de su cuota parte del agujero financiero creado por bancos y cajas españoles. Cada uno a lo suyo. La Banca no piensa, en estos momentos, más que en salvar su propio culo. No pierde ni un minuto en preocuparse de sus clientes, a los que está sometiendo a planes de restricción de sus líneas de crédito habituales, obligándolos a ajustarse el cinturón, aunque ello les lleve a la quiebra técnica. Es la consigna de bancos y cajas ahora: “Primero yo, y luego yo; y, si queda algo, para mí”.

Hará bien Solbes en olvidar los cantos de sirena de Botín y sus secuaces pidiéndole más y más dinero, porque de nada servirá que arruine a todos los españoles para salvar el bajel del pirata. Y lo único que va a conseguir así Solbes es que la credibilidad financiera del Estado español acabe por verse seriamente comprometida y que la codicia bancaria acabe por arrastrar al Estado a la suspensión de pagos. Y no es una broma: asumir las deudas de esa banda de delincuentes acabará por ser fatal. Solbes debe pensar en la economía productiva del país, y olvidarse de los intereses de las entidades financieras. Puede que aún estuviéramos a tiempo de apagar el gran incendio, si aplicase los 50 millardos de euros, prometidos a la banca, directamente a las empresas. ¡Que se aprieten el cinturón los piratas, no los saqueados tras el abordaje, los españoles de a pie, que ya tenemos bastante con sostener al Estado con nuestros impuestos!

ÁCRATAS