RECUPERAR LOS VALORES

Hoy, el Santander ha bajado a 9,10, tras una nueva caída del -6,47%.

Sin embargo, en la inauguración de la Conferencia de Banca Internacional, en la Ciudad Financiera de Boadilla del Monte, Botín nos regaló unas lecciones de Banca, mientras cargaba contra los nuevos productos financieros tóxicos, las agencias de rating y los reguladores y supervisores: con todos se ha despachado a gusto. Por supuesto, nada de eso ha pasado en España —Botín nos sorprendió al olvidar el tóxico producto de Lehman que colocó Banif por 3 millardos de euros, y que le va a costar una demanda por no haber respondido el Banco de Santander al prometido aval del producto más que “poniendo una oficina legal para que sus clientes reclamen a Lehman”... Menudo avalista nos ha salido Botín. Y yo que pensaba que los fundamentos del aval suponían la reclamación instantánea de la deuda al avalista ante el impago del avalado... Nada de eso parecía ir con él. Es como si Banif fuera algún hijo bastardo del Banco, de esos que le salen a uno crápulas y tarambanas, y de cuyos asuntos nunca habla la familia.

De lo que Botín sí que habló fue de recuperar otros “fundamentos” de la banca. Y pontificó que los ciclos existen; que el crédito no puede crecer indefinidamente; que la liquidez no siempre es pródiga; y que la ingeniería financiera parece no contar demasiado con los riesgos. Me parece a mí I+D en estado puro. Botín concluyó afirmando que el origen de la crisis no estaba en el mercado americano ni en las hipotecas subprime —que activaron la crisis pero no la causaron—, sino en los excesos cometidos (¿excesos de qué?) y en la pérdida de referentes de la banca, que son: el cliente, el producto, la prudencia, el control del riesgo y la atención a los ciclos. Y procurar que los clientes no se vayan a otra entidad, lo que él llama “negocio recurrente” —Y, por supuesto, nada de que el Estado entre a mangonear tras las bambalinas del Banco que ponga en evidencia la parte tóxica de sus asuntos. Nada de nacionalizaciones encubiertas mediante participación accionarial pública en lo privado—. Vamos, que hay que volver a la Banca clásica, de puñetas y escribanos, de colas interminables que permitan una íntima relación banco-cliente. Digno todo ello de Premio Nobel de Economía, ¿a que sí?

Está claro para mí, después de tanta vuelta al fundamentalismo y la decencia: mañana, nuevo rebote del Santander, que subirá un 4% para volver a bajar al punto, y a seguir arrancándole su lana de las manos a los incautos. Porque ése también ha sido siempre el auténtico fundamento de la Bolsa: el esquilado de ovejas churras y merinas.