CUENTO DE ECONOMÍA-FICCIÓN

Como no tengo casi ni idea de macro, micro o Economía a secas (como casi el resto de españolitos de a pie, incluidos nuestro dilectos gobernantes), no voy a hacer análisis alguno de nuestra actual coyuntura, crisis, desaceleración o (añadánse los vocablos, palabros o términos económicos que procedan) cosa económica. Pero, como aficionado a la S.F. o Ciencia Ficción, voy a pergeñar un relato o cuento más falso que Judas, pues nada hay de cierto en él . Es un puro —o impuro— “divertimento”.

“Tengo un amigo de cincuenta y muchos años que, desde hace unos cuarenta y cinco, trabaja a pie de obra, es decir, en el hasta hace poco floreciente ramo de la construcción o Imperio del Ladrillo. Después de mas de veinte años en su actual empresa como oficial y, en ocasiones, encargado de obra, ahora dice estar seguro de que será uno de los próximos que pasará a engrosar las listas de parados por mor y gracia de la “desaceleración” del sector. Anda el hombre angustiado, pues, a pesar de que a su edad ya no tiene que pagar hipoteca u otras obligaciones económicas, tiene una hija de unos treinta y pocos años, universitaria brillante, luego profesional e independizada, con buen empleo, que se compró un piso de más de sesenta millones hace unos dos años, y ahora también está en paro, y es muy posible que no pueda hacer frente a sus obligaciones hipotecarias. Él quería ayudarla si fuera necesario pero... ahora dice estar seguro que también lo van a mandar “a la puta calle y sin contemplaciones”, según propia expresión.

Dice mi amigo, que a veces lee Ácratas en casa y muchas cosas no las entiende, pero hay algunas, como las que escribo yo, que luego, al explicárselas, las asimila bien. Que le gustaría poder escribir él mismo una cosa que le ha ocurrido hace pocos días, en que, preocupado por su situación, se durmió y tuvo un sueño, o mejor, pesadilla, en el que se mezclaban cosas ciertas con otras que le gustaría fueran falsas. Me dice que por qué no las escribo yo mismo. Después de relatar su sueño, o lo que fuera, lo cuento —ya lo digo antes— como un “cuento” en que cualquier parecido con la realidad, tal vez sea —o no— pura —¿o puta?— coincidencia.


Empresa Ladrillo S.A. (LADRILLOSA), de ámbito nacional. Trabajan en ella unos 1.500 peones o “currantes” de baja cualificación, que ganan unos 1.500 euros al mes. Otro número igual de oficiales albañiles —o “paletas”— con sueldos de 2.200 euros; 200 encargados o capataces de obra a 2.500 euros/mes; 300 administrativos o personal de oficinas con 1.600 euros de sueldo; otro grupo de 100, técnicos medios y superiores —aparejadores, arquitectos, ingenieros, etc.— ganan unos 6.000 euros mensuales. En todos los casos y grupos, como promedio. Unos ochenta y cinco millones y medio de euros al año, aproximadamente.

Luego está el “Liberal y Alto Consejo de Sabios” —LA COSA—, es decir, el Alto Mando o Consejo de Directivos, compuesto por veintitrés individuos; veinte de ellos, ingresan (estos ya no “ganan”, sino que tienen ingresos) por valor promediado de tres millones de euros cada uno. Y los tres Altísimos (que no son las tres Personas de la Santísima Trinidad, sino dos vicepresidentes y el Presidente o Supremo) ingresan cinco millones cada uno de los dos y diez millones el Gran Jefe. En total, los veintitrés altos mandos, ingresan 80 millones de euros, algo menos que el primer grupo de 3.600 individuos .

Y como la empresa ha entrado últimamente en una profunda “desaceleración de la aceleración ralentizada”, se imponen las oportunas medidas para hacerle frente. Tras múltiples reuniones, y aceradas —error, quería decir “acertadas”, pero tal vez sea mejor la referencia al acero— decisiones de LA COSA, se ha acordado la reducción de gastos en la remuneración del personal de la empresa. De los 165 millones actuales, hay que reducir hasta que el gasto no supere los 120 millones; o sea, 45 millones menos. Tras los correspondientes y elaborados análisis, se decide que no se puede prescindir más que de unos diez individuos del grupo de Técnicos, que quedará en noventa, en lugar de los cien actuales. Supone un ahorro de 720.000 euros. Los 44.280.000 euros restantes, a prorratear despidos entre los grupos de administrativos, encargados de obra, oficiales y peones. Como, entre todos ellos, el gasto asciende a 84.780.000 euros, la implacable “lógica” directivo-empresarial supone, o impone, que han de quedar reducidos a menos de la mitad. Cosas de las leyes de mercado.

En la última reuníón de LA COSA, sale a exponer su idea el último recién llegado. Se trata de un directivo joven, brillante, con varios “masters” de prestigiosas universidades norteamericanas. Está imbuído de un mesianismo salvador y cree haber “descubierto el Mediterráneo” con otra lógica económica “sostenible”: propone que los objetivos de reducción de gastos se podían conseguir de otra manera y sin despedir a casi nadie. Él esta dispuesto, en ésta época de vacas flacas, a reducir sus ingresos a la mitad; ingresará “sólo” millón y medio de los tres actuales; y si los otros veintidós miembros de LA COSA hacen lo mismo, se ahorran 40 millones. Con esto y algunos pequeños reajustes de plantilla en los demás grupos, se consigue la misma reducción de gastos.

No ha llegado a terminar su disertación, cuando ha sido rodeado por los otros veintidós miembros de LA COSA. Primero, el Altísimo Presidente Supremo; luego los dos vicepresidentes, y después el resto de Directivos, han sacado cada uno de ellos una afilada daga y, como en un ensayado ritual sectario-medieval, todos y cada uno las han ido clavando en el pecho del infortunado, que ha quedado muerto, tendido en un charco de sangre. Luego uno de los veintidós ha ido a buscar a mi amigo y le ha ordenado que saque el cadáver, lo esconda en su propio coche y lo traslade de madrugada a un horno crematorio del cementerio de X, donde el operario de guardia ya sabe lo que tiene que hacer. Si me niego a ello, es posible que yo mismo corra parecida suerte“.

Mi amigo ha despertado gritando y bañado en sudor. Me dice que todos los datos, relativos a los despidos y ajustes económicos son ciertos, o al menos son un rumor y público comentario entre el personal. Que el joven directivo existe, es un antiguo compañero de estudios de su hija. Y que hay convocada una reunión que se prevé dura y borrascosa de toda la Dirección para dentro de cuatro o cinco días donde se concretarán las medidas a tomar definitivamente. Y que la tesis o propuesta del joven y mas brillante Directivo también se comenta como cierta. Y está horrorizado de que la última parte, pueda ser cierta también.

Le animo diciendo que todo eso no son mas delirios oníricos, elucubraciones de su cerebro-mente mas irracional, inducidas por sus miedos y preocupaciones, muy propias de una mala película de terror, pero no de la cotidiana aunque dura realidad económico empresarial y laboral. Pues, ¿acaso hay algún directivo o empresario por muy Presidente que sea, que ingrese diez millones de euros en un año, mientras los empleados inferiores no llegan a veinte mil? ¿Qué para defender sus prebendas sea capaz de usar su afilada daga florentina?. Eso no es más que un sueño, o mejor, una pesadilla.

Y se tranquiliza definitivamente cuando le suelto la antigua sentencia del viejo maestro torero: “ lo que no pue ser, no pue ser, y además es imposible”. O.......

Pues eso.

JUAN PATALETE

1 COMENTARIOS:

Anonymous .

joderrrrr, el "patalete" que se ha desdoblado en multi-nicks, unos que dicen que es el puto amo de la literatura y otros que dicen que no es para tanto.

Aquesta merda és un blog d'un tarat mental :)

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