Ni durante el franquismo, la cultura española había alcanzado el nivel de estulticia y burricie putrefactas, inyectadas con premeditación, a golpe de decreto, por los desgobiernos pseudodemocráticos. De todos, el Zapateriano ha sido, de lejos, el que ha logrado el mayor éxito en esta labor de zapa, acoso y derribo de la cultura entendida como el peor enemigo electoral posible. Ni Franco pudo soñar con someterla de esta manera.
En su objetivo de hacer sumisos votantes a toda costa, antes que ciudadanos críticos y escépticos, han aplicado a rajatabla el credo estalininista del Estado jardinero lysenkiano-lamarckista, que poda y selecciona los brotes culturales que luego serán las ramas sobre las crecerá la hidra del régimen y del oligopartisdismo. Es en este ambiente de Cultura Degenerada y Putrefacta (CDP), ideal abono para toda clase de partitocracia, en el que hay que analizar, si quieren psicoanalizar, el fenómeno del chiquilicuatrismo. Es que acaso el pueblo "soberano" se las deja meter dobladas, expresando su sumisión al poder lobotomizador, sacando a un Chikilicuatre cualquiera?.
No, ningun pueblo ha cedido jamas ante esta entartete Kultur, la CDP no es creación de la sociedad civil, del pueblo, sino del Estado sometido a la dictadura de los partidos. El chikilicuatrismo es el anticuerpo tomado por el pueblo ante la toxina estatal del pensamiento plano, del pseudoigualitarismo, de los zapateriles mundos de Alicia, y del to er mundo e güeno, también los terroristas. La reacción inmuno y lógica busca la cura con el similia similibus curantur de los homeópatas, combatiendo al veneno con veneno. Eso es el chikilicuatrismo, lo que pone en evidencia, vía la reductio ab absurdum, el sinsentido y la vaciedad flatulenta del zapaterismo verborreico.
En el siglo XVII una reacción así supuso el Quijote, que no es sino un chikilicuatrismo elevado a la quintaesencia del arte superior, con la mira puesta en la monarquía de los habsburgo españoles: España araba en huertos estériles y gastaba fortuna y hacienda combatiendo contra los molinos. En aquella época la censura obligaba a la sublimación en la obra de arte; en la actual, es el Estado quien se encarga de seleccionar y negociar, buscando la complicidad del pueblo que vota en libertad. Y siendo las de este festival eurotísico, antimusical, hortera, kitch y del peor gusto imaginable, las únicas posibles elecciones libres en España, es lógico y comprensible que el pueblo busque la libertad riéndose y poniendo en evidencia al poder que lo somete y descerebra, al poder que le hace la mamola zapateril.
No hamijos, es díficil que un pueblo se equivoque, porque de él ha partido siempre la creatividad del arte y la cultura; y sabe diferenciar, cuando se lo ofrecen, el bueno y suculento manjar, de la mierda. ¿Quién era el público del Globe de Shakespeare? ¿Y el que acudía en tropel a escuchar y emocionarse con la Flauta Mágica de Mozart? ¿Y el que se agolpaba en las corralas para entretenerse con Lope de Vega? Pues hamijos: el mismo que responde ahora con el chikilicuatrismo. Hay poder cultural en España, lo sabemos porque lo hemos visto. Todo es evitar, pinza en nariz, los pesebres subvencionados, los sepulcros blanqueados del Estado de partidos, para encontrarlo. Mozart no hizo su mejor obra inmortal para los palacios versallescos del poder empolvado, sino para un teatro del suburbio vienés, donde el chikilicuatrismo se emocionaba oliendo a embutido encebollado.
En su objetivo de hacer sumisos votantes a toda costa, antes que ciudadanos críticos y escépticos, han aplicado a rajatabla el credo estalininista del Estado jardinero lysenkiano-lamarckista, que poda y selecciona los brotes culturales que luego serán las ramas sobre las crecerá la hidra del régimen y del oligopartisdismo. Es en este ambiente de Cultura Degenerada y Putrefacta (CDP), ideal abono para toda clase de partitocracia, en el que hay que analizar, si quieren psicoanalizar, el fenómeno del chiquilicuatrismo. Es que acaso el pueblo "soberano" se las deja meter dobladas, expresando su sumisión al poder lobotomizador, sacando a un Chikilicuatre cualquiera?.
No, ningun pueblo ha cedido jamas ante esta entartete Kultur, la CDP no es creación de la sociedad civil, del pueblo, sino del Estado sometido a la dictadura de los partidos. El chikilicuatrismo es el anticuerpo tomado por el pueblo ante la toxina estatal del pensamiento plano, del pseudoigualitarismo, de los zapateriles mundos de Alicia, y del to er mundo e güeno, también los terroristas. La reacción inmuno y lógica busca la cura con el similia similibus curantur de los homeópatas, combatiendo al veneno con veneno. Eso es el chikilicuatrismo, lo que pone en evidencia, vía la reductio ab absurdum, el sinsentido y la vaciedad flatulenta del zapaterismo verborreico.
En el siglo XVII una reacción así supuso el Quijote, que no es sino un chikilicuatrismo elevado a la quintaesencia del arte superior, con la mira puesta en la monarquía de los habsburgo españoles: España araba en huertos estériles y gastaba fortuna y hacienda combatiendo contra los molinos. En aquella época la censura obligaba a la sublimación en la obra de arte; en la actual, es el Estado quien se encarga de seleccionar y negociar, buscando la complicidad del pueblo que vota en libertad. Y siendo las de este festival eurotísico, antimusical, hortera, kitch y del peor gusto imaginable, las únicas posibles elecciones libres en España, es lógico y comprensible que el pueblo busque la libertad riéndose y poniendo en evidencia al poder que lo somete y descerebra, al poder que le hace la mamola zapateril.
No hamijos, es díficil que un pueblo se equivoque, porque de él ha partido siempre la creatividad del arte y la cultura; y sabe diferenciar, cuando se lo ofrecen, el bueno y suculento manjar, de la mierda. ¿Quién era el público del Globe de Shakespeare? ¿Y el que acudía en tropel a escuchar y emocionarse con la Flauta Mágica de Mozart? ¿Y el que se agolpaba en las corralas para entretenerse con Lope de Vega? Pues hamijos: el mismo que responde ahora con el chikilicuatrismo. Hay poder cultural en España, lo sabemos porque lo hemos visto. Todo es evitar, pinza en nariz, los pesebres subvencionados, los sepulcros blanqueados del Estado de partidos, para encontrarlo. Mozart no hizo su mejor obra inmortal para los palacios versallescos del poder empolvado, sino para un teatro del suburbio vienés, donde el chikilicuatrismo se emocionaba oliendo a embutido encebollado.
4 COMENTARIOS:
Y VENGA CHIMILIKUATRES SUBVEBCIONES
Muy buen articulo Pepe. Enhorabuena.
¡AH, SI TUVIERAS RAZÓN!
¿Reacción o asunción de la idoneidad de la burricie para sobrevivir?
La propaganda es sencilla: ¡Los españoles somos los mejores! Viene utilizándose siglos y siglos y siempre funciona. La reserva espiritual de Occidente sabe la ignorancia imprescindible como elemento de conservación de la tal reserva.
Pero bueno, el artículo es estupendo.
Gran Pepe:
Me alegra leerte otra vez. Dices que es difícil que un pueblo se equivoque. Puede ser. Sin embargo, yo sólo veo cómo se equivoca una y otra vez. Un 75% de participación en la última farsa no es precisamente lucirse... pero, todavía soy optimista y sea por una razón (crisis económica) o por otras (las guerras político-mediáticas del tipo Pedro J. vs. Rajoy) esto tarde o temprano se irá al carajo. Lo que venga detrás, eso ya no lo sabe nadie.
Lo dicho: un placer volver a leerte.
La cohesión social tiene un hilo finísimo y frágil que la atenaza. La ceremonia, el ritual, los "modales", la forma del comportamiento social, todo eso es un necesario corsé para contener el instintivo deseo de retroceder, coger impulso y degollar al "otro" para hacer abluciones con su sangre.
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