EL SÚPER HOMBRE Y EL UNIVERSO

Si hay algo positivamente indudable entre las leyes que controlan el comportamiento del Universo es la exactitud del Segundo Principio de la Termodinámica, que se expresa, entre otras muchas maneras, así: “En un sistema cerrado, ningún proceso puede ocurrir sin que de él resulte un incremento de la entropía total del sistema”. La entropía, cociente entre la cantidad de calor transferido y la temperatura a la que se ha realizado esa transmisión, siempre aumenta, y su medida establece el nivel de desorden de un sistema. El Universo, como sistema cerrado, desde su “origen” hasta su “final”, sigue la ineluctable pauta de un aumento progresivo del desorden y el caos. Por eso vemos vasos que caen de mesas y se hacen mil pedazos, pero nunca miles de pedazos de cristal que ascienden a mesas y se recomponen en un vaso incólume. Pero eso no tiene por qué ser, en principio, necesariamente malo.

Quizá el “ser” más elemental sea el virus, a caballo
entre lo vivo y lo inorgánico. Capaz de ser una sal en el medio ambiente y de activarse dentro de un ser vivo, donde es capaz de transmitir su ADN a las células de éste y reproducirse. Podemos imaginar, como en cualquier fábula, una conversación entre dos virus, orgullosos de la plantación reproductiva que acaban de originar, sin saber que esa plantación está sobre el hígado de un animal que morirá al poco por su causa, arrasando con el la vida de sus descendientes-virus. Pero a los virus de nuestra fábula, como a cualquier otra clase de vida, eso no les importa, porque su quimera es sobrevivir a toda costa y reproducirse, les traiga las consecuencias que les traiga a ellos mismos o al Universo entero.

Una de las ideas más fuertemente establecidas entre los seres humanos es la que pretende que la vida sigue un cierto camino de perfección, porque eso es lo que parece indicar la evolución descubierta por Darwin. No resulta raro, pues, que el hombre sea considerado un perfeccionamiento del mono, y éste de otros mamíferos; y que se espere la aparición, más o menos lejana, del súper hombre del que ya hemos hablado en otros artículos, como consecuencia de la radiactividad. No resulta raro que las religiones hayan inventado a los dioses, seres mucho más perfectos que los humanos; y que el perfecto o heroico comportamiento de ciertos hombres les lleve a convertirse en semi-dioses. ¡O que, por lo menos, haya un Dios que nos espere a todos los humanos (quizá sólo a los creyentes) en alguna especie de Cielo! Parece algo hasta lógico y coherente con la idea de la "bondad intrínseca" de la vida. De ahí vienen las guerras santas o las penitencias y las meditaciones, que se supone sirven para acelerar todo perfeccionamiento. La duda lógica es que ¿cómo va Dios, un ser infinitamente perfecto, a interesarse por una caterva de energúmenos como nosotros? ¿Acaso nos interesamos nosotros por la suerte de las hormigas de un hormiguero? Este razonamiento, sin embargo, no altera el hecho de que la religión sea el mayor negocio humano y el que mayor poder otorga. No es nada raro.

Lo que sí nos parece muy raro es que los científicos, buena parte de ellos agnósticos y aun ateos, piensen de la misma manera: que, desde el propio humanismo, la vida sea vista como un modo de perfección y que del humano del futuro sean esperados grandes logros, morales y materiales, a base de perfeccionamientos sucesivos; que sea deseado y esperado incluso que el ser humano acabe, por fin, por poblar y dominar el Universo. Lo raro es que a ninguno de esos científicos se le haya ocurrido jamás que la excelencia sea un universo en el que las partículas estén infinitamente separadas unas de otras, sin interaccionar entre sí, a –273ºC, cero absoluto, temperatura a la que las vibraciones de las partículas alrededor de sus posiciones de equilibrio se detienen. Dicho de otra manera: que un proceso evolutivo del Universo, tan largo y tan preciso en sus leyes y parámetros de contorno, sea el único y verdadero camino de perfección. Lo raro es que hayan pensado siempre los hombres de ciencia que es el inmenso Universo el que está equivocado en su evolución, siguiendo fiel al Segundo Principio de la Termodinámica, en vez de nosotros, que nos oponemos al mismo con todas nuestras fuerzas. Y creemos que es así porque el hombre sabe que, en esas condiciones de perfección del Universo, frío e infinito, el tiempo no existe. Y el tiempo es la condición indispensable de la vida, su razón de ser. De hecho, la verdad es que sólo la vida percibe el paso del tiempo. De ahí el rechazo de los humanos, científicos o no, a todo concepto de perfección que ningún ser vivo (e inteligente) pueda contemplar.

El Universo, dejadme decíroslo, no es perfecto del todo, porque tiene un a modo de enfermedad que es la gravedad. Si no fuera por ella, la perfección, tras el Big Bang que se supone que originó el Universo, se hubiera alcanzado mucho antes. Pero las partículas de hidrógeno y helio, desde su misma formación, pesan y gravitan en forma de nubes sobre su centro de gravedad, alrededor del cual se concentran mientras giran hasta que, debido a la compresión derivada de la gravedad, estallan en el interior de las tremendas bolas concentradas las reacciones de fusión y aquellas nubes se convierten en estas estrellas. Esa extraña capacidad evolutiva dará lugar a la principal secuela de la enfermedad gravitatoria del Universo, ésta mucho más leve, como veremos luego, que se llama radiactividad. Porque dentro de los núcleos de las estrellas se forman los elementos necesarios para la vida: el carbono, el oxígeno, el hierro y otros minerales, incluso tan pesados como el uranio o el torio. Una parte de las estrellas de primera generación, las más grandes, estallan en forma de súper novas y forman, tras concentrarse en nuevas nubes de partículas bajo la acción gravitatoria, soles con planetas, formados estos últimos por los elementos más pesados. Los planetas, incandescentes al principio, acaban por enfriarse superficialmente y dan lugar, en un brevísimo lapso de tiempo de su existencia total, a las condiciones idóneas para la aparición de la vida.

La vida, siempre en ese sentido, contradice, aparentemente, el Segundo Principio de la Termodinámica. Hasta el ser más elemental, una bacteria, obtiene energía de su entorno y consigue orden en sí misma, disminuye su entropía, a pesar de que, si se hace un balance energético y entrópico, el Segundo Principio no es vulnerado: la bacteria crea más desorden que orden consigue para sí. ¡Cómo se parece, pues, la bacteria al ser humano! El humano, en efecto, en todos sus actos: nacer, comer, reproducirse o morir, destruye más que construye. Y lo más curiosos es que la aseveración es cierta hasta en sus macro actuaciones políticas -en el mundo Occidental se vive bien a costa del desorden de los países que producen las materias primas, en donde el crimen de estado es común y los genocidios están a la orden del día- o económicas -se talan bosques donde perecen especies únicas para cultivar cereales para generar bio-diésel-. Pero sírvanos de consuelo el pensar que toda vida, incluidos la de bosques tropicales o la de negros de África, es insignificante, igual que la nuestra. Una parte de la misma enfermedad transitoria que tan sólo desacelera el camino de perfección que recorre el Universo.

La vida, según nuestro razonamiento, es una imperfección natural transitoria de ciertos lugares, escasísimos, del Universo provocada por la que señalamos más arriba como secuela de la enfermedad gravitatoria del Universo: la radiactividad. Una imperfección tal que ha provocado seres pensantes que se plantean asuntos y preguntas sobre la perfección del propio Universo, y ven nacer al súper hombre, mientras vulneran en su entorno más cercano, a costa de lo que sea, de cualesquiera sacrificios, incluidos los humanos, el Segundo Principio de la Termodinámica.

MIGUEL UÑA DE QUINTANA
(14 DE MARZO DE 2009)

8 COMENTARIOS:

Anónimo .

no salimos de crear paridas ultimamente.
¿Por qué no hacéis referencia en alguno de vuestros artículos, ya que está cercano el aniversario del 11S, a toda la gran mentira de ese atentado que sirve como excusa a todo lo que está sucediendo y queda por venir?

Anónimo .

A mi me parece cierto, no me cabe duda, que gracias a la radiacion se den esas mutaciones que a veces son benignas y a veces no, esas que son perjudiciales, en forma de malformaciones o enfermedades. Luego se supone que la seleccion natural hace el resto.

Sin embargo me preocupa una cosa, la mutacion que persistira sera aquella que favorezca la integracion en el grupo, y esto no significa en mi opinion que nos haga mejores, puede que hasta mas mediocres e imbeciles, y por tanto no se deje desarrollar al autentico genio, un espiritu aristocrata, y por tanto incompatible para desarrollarse entre la manada.

Aquella mutacion especial, aquella que cree un genio esa debe regir los destinos, aunque no le guste al creador del articulo.

Ayer dije que era certero el articulo, pero ahora pongo en duda que a mayor radiacion mayor numero de genios, no se, quizas es porque hay mas personas con posibilidad de poder exponer sus ideas.

Anónimo .

Hasta donde yo sé, la evolución no es un fenómeno de perfeccionamiento, sino de adaptación biológica a los cambios del entorno.

Copio y pego parte del comentario de un foro http://foros.softonic.com/debates/vertedero-radiaktivo-70174
"Ayer mismo colgaba en Ácratas su primer artículo Miguel Uña de Quintana, un zamorano casado y padre de dos hijas, que imparte lecciones de Física en una reputada escuela técnica; y tan sólo un día después aparece una escandalosa noticia en El Confidencial que pone de actualidad su aportación.

En efecto, hoy mismo ha llegado a la opinión pública la evidencia de que una empresa española —Fertiberia— lleva años realizando vertidos de residuos tóxicos radiactivos en las marismas del Tinto y el Odiel de Huelva, muy cerca de las poblaciones de Palos y Moguer. Junto a los vertidos de fosfoyesos radiactivos —para cuya continuidad ha solicitado la empresa la oportuna autorización ambiental integrada—, hay enterradas más de 7.000 toneladas de residuos contaminados por Cesio—137 procedentes del accidente de la fábrica de Acerinox de Algeciras, en 1998, e ingentes cantidades de sustancias cancerígenas como Polonio—210, Radón—222 o Radio—226.

La retirada del vertido radiactivo —¡al aire libre y a menos de 500 metros de poblaciones!— y su traslado al cementerio nuclear de El Cabril, en Córdoba, ha sido considerada irrealizable —lo que significa antieconómica; todo es realizable— por el Consejo de Seguridad Nuclear, mientras Bruselas se escandaliza y denuncia que se trata del mayor caso de contaminación industrial radiactiva de Europa, cuya consecuencia incuestionable es que Huelva registra la tasa de mortalidad por cáncer más elevada de toda España."

Si esto es cierto, aconsejo que el autor nos hablase de estos hechos concretos.

Salu2, Álex.

Anónimo .

La mutación en la organización politica y social a lo largo de la Historia, nos la han presentado por ciclos, como si de una fase de la naturaleza se tratára, acaba un ciclo y empieza el otro. Desde el Paleolitico hasta la globalización, pasando por los Faraones, el imperio romano, la Edad Media, el Renacimiento o el marxismo, todas las etapas de la Historia parecen estar divididas en ciclos, cuando la realidad, los ciclos son parte de la evolución del ser humano en su aspecto tanto colectivo como individual. El anticiparse a una de estas etapas o ciclos es lo que parece que no se ha dado todavia puesto que la ruptura del ciclo no entra en las leyes de la naturaleza.

Hoy, la realidad nos dice muy a las claras que se están produciendo mini-ciclos y que estos son creados desde un poder económico y social dificilmente descriptible pero que se deja notar y sentir. Es por ello que creo que estamos en los albores de un proximo ciclo de la Historia que vendrá dado por la insurreción de unos pocos ciudadanos queromperan con las reglas autoimpuestas y que han degenerado en una conciencia borreguil y aletargada de la civilización. Estamos en el punto crucial donde dos lineas están llamadas a una lucha titánica por encontrar el camino a seguir en el futuro, una de ellas es la que está manejada por los grandes poderes y que pretenden el control sobre la población para hacerla más servil todavia y sobre todo adaptarla como zombies mediante la implantación de microchips de la nueva era donde absolutamente todos seremos dependientes del gran Poder, y la otra linea es la de los ciudadanos valientes que estén dispuestos a la lucha para desmontar el tinglado y lograr por fin, una sociedad de individuos. Ese es el dilema. El triunfo de una de estas formas de organización social será el triunfo del hombre racional o la extinción de la especie para el resto de los siglos.

Anónimo .

Quien os ha visto y quien os ve. Ácratas está tocando fondo. He leído muy buenos artículos aquí, pero últimamente me estoy empezando a desconectar por razones obvias. Una pena.

Anónimo .

http://www.vozbcn.com/2010/08/09/28420/estados-unidos-discriminacion-linguistica/

EDIT .

Anónimo de 8/8/10 21:53:

Te rogamos encarecidamente que desconectes de manera definitiva de Ácratas y que no te volvamos a ver el puto pelo por aquí.

Gracias.

Vicente .

Vaya idiota ese anónimo. Que asco de partidarios con su carnetito y su empleito en la diputación provincial. ¿No podríamos meterlos en la cárcel a todos en cuanto llege la república constitucional?

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