¿DEMOCRACIA O QUÉ HOSTIAS?

Ya os conté que los que tenemos más años que las cucharas de palo hemos pasado crisis espeluznantes. La de los setenta fue de caérsenos el refajo, con el subidón del petróleo de tres dólares por barril a doce, en el 74 —ya ves, casualmente tras la Guerra de los Seis Días del 67, y de la del Yom Kippur, a finales del 73; y, con la perspectiva que dan los años, hemos sumado dos y dos y nos sale que lo uno estaba ligado a lo otro, que todo (crisis económica y guerras) fue consecuencia del agotamiento del modelo
norteamericano del dólar-oro. En efecto, tras dos devaluaciones del dólar frente al oro, el desmadre crítico lo montó entero la clase financiera norteamericana (o sea, la banca kipada) para acabar con el patrón oro, que les limitaba en su verdadera vocación, que, siendo como es la de magos de oriente, era seguir creando dinero de la nada. Total, que Nixon defecó sobre los acuerdos de Bretton Woods y hubo varios millones de muertos en Oriente Medio, que anda aún más caliente que el pico de una plancha. Nosotros entonces, sin hacerle el más mínimo caso al Generalísimo Paco, que nos advertía que todo era culpa del "contubernio judeo-masónico”, toleramos que la gasolina de nuestros seiscientos se nos pusiera tan cara que, para echar un casquete, en vez de al medio del monte como antes, sólo nos llegaba para irnos a las afueras del pueblo; y teníamos que follar echando en las ventanillas del seiscientos unas cortinas floreadas de rayón. Y claro, éramos el cachondeo de la Guardia Civil, que el coño de mi novia lo tenían ya más visto que la foto de El Lute.

Aquella crisis fue el aviso de que el actual ciclo capitalista acababa su veranillo y caía libremente, tras tocar un primer techo. Con el oro ya a tomar por culo, EEUU fabricó billetes como si fueran prospectos de toros. Y otra vez se hinchó el globo que, con sus más y sus menos, y con el petróleo dándonos más sustos que las cuentas del Ogino, acabó por traernos a todos al siglo XXI. Nada más empezar, en 2001, unos amigos de Bush derribaron las Torres Gemelas; en 2002 se alcanzó el Peak Oil —o límite máximo de producción diaria de barriles de crudo, y otra vez todo está relacionado... ¿o no sabéis que casualmente acaba de descubrirse una gran bolsa de petróleo en Afganistán?— y el modelo energético-financiero entró en crisis, trastabilló y empezó su caída vertiginosa, junto con la economía norteamericana. Aquí, con nuestros media puestos en la tarea de taparle el culo a la partitocracia nacional-falangista-católica, no nos enteramos de nada, claro, entretenidos como estábamos en adjudicarle en 2004 a cuatro moros puteros y drogadictos (o a la ETA) la autoría del 11-M que nos montó el Mossad. Y continuamos endeudándonos poniendo como garantía hasta los pelos del sobaco de nuestras hijas adolescentes.

Por fin, en abril de 2007, la banca internacional tocó el timbre de aviso y empezó la función “Se acabó el cava, volved a sacar el botijo”. Pero los españoles, inasequibles a todo lo que no fuera seguir fingiéndonos acomodados, más contentos que maricones montados en un carro de pepinos, seguimos viviendo de fiado —ahora debiendo ya hasta la punta de la caperuza—, y seguimos pasándonos las alertas por el forro de los cojones. Por eso lloramos amargamente ahora, castañeteándonos los dientes mientras esquiamos cuesta abajo por una pista negra a toda velocidad, con la cabeza metida en una bolsa de papel que nos ha encasquetado esta Monarquía Cocotera, y sabiendo que hasta la empresa de mantenimiento de pistas y remontes ha quebrado.

A los habitantes del Hispanistán nos van a dar la del pulpo, con un cambio de valores espeluznante para todo aquél que se autoconsidere “progresista" o "solidario”: nuestros otrora amigos y compañeros de trabajo, los inmigrantes, se están transformando a la velocidad del rayo, en el imaginario público, en “la chusma que se come nuestros garbanzos” y en “la horda delincuente que asuela nuestras calles, por las que una española honesta no puede circular al anochecer” —Ah, pero ¿quedaba una española honesta y yo sin enterarme?—. La Intelligentia del país, llamadla tercio laocrático si queréis, debe tomar cartas en el asunto cuanto antes, o emigrar al Camerún. En particular, la modesta Intelligentia de Ácratas lanzó a tiempo (claro que eran otros los tiempos) una propuesta para esta época de cólera morbo: la regeneración democrática que está, puesta en negro sobre blanco, en la web de la Plataforma Cívica para la Modificación del Artículo 99 de la Constitución de 1978. Que no es por darnos pisto, pero aquí, sobre la gestación de la crisis, hemos echado más cuentas que el tío de la tiza, aunque no sirviera para nada. Mientras vosotros, tranquilos como ojos de vidrio, habéis seguido votando a la PSOE sin hacer caso a la bombillita de peligro —se os encendía en la nuez en que es vuestra sesera, tras la reducción jibárica de treinta años de fascismo encubierto— que os indicaba: “¡Quieto, saca la mano del puesto de las papeletas, que estos huelen al yugo y las flechas, que son la antigua Falange tuneada de gran turismo democrático!”.

Pero, en España, “conciencia política” es un oxímoron. Aquí no son los partidos los que representan a los ciudadanos, sino que, al revés, son los ciudadanos los que acaban por representar la farsa de los partidos. Como sé, lector, que tal apotegma te ha dejado expectante como un condón en el bolsillo de un cura, te diré que los partidos actúan como sus cúpulas de poder dictan en cada momento, haciendo caso omiso del criterio de sus votantes, que quien arrea burros no lleva la carga. Por eso no nos ha servido de nada advertiros que ni el régimen español ni el europeo son democracias, sino regímenes orgánicos de poder único. De nada denunciar que Zapatero es más execrable que el que le pasó la navaja al ciego y le pidió que tocara la armónica, y que tiene hartos hasta a los propios socialistas con sus incongruencias legislativas y sus caprichos paritarios. De nada hacerle ver que los españoles andan de dinero más apretados que la chapa de un submarino, que tienen que acudir varios cientos de miles de ellos a los comedores de Cáritas para pagar la cuota hipotecaria con el subsidio de paro. De nada avisarle de que el sistema financiero mundial tiene un futuro más negro y hediondo que el ojete de un manco, excepción hecha de la banca internacional y del Imperio Rockefeller, claro. De nada recordarle que el mundo se ha quedado sin referentes de toda la vida, como la URSS, que limitaba el bandidaje del capitalismo montaraz. De nada analizar cómo el Estado ha estado inyectando a bancos y cajas nirvánicos chutes con nuestro dinero futuro (no presente, porque no tenemos una gorda), a pesar de que para la súper deuda de la Banca sean como, tras una gran cagada pegajosa y garbancera, tratar de limpiarse el culo con un post-it. De nada evidenciar que el tejido productivo español está más quebrado que una galleta en el bolsillo de un borracho. De nada constatar que la ciudadanía deambula angustiada a la busca de crédito  como los yonkis de caballo, en una gran mora española que ronda el 20%. De nada denunciar las fechorías de la banca kipada, que imprime dinero sin límite con objeto de hacerse con el poder absoluto de las finanzas internacionales, como evidencian unas tasas de interés prácticamente nulas. De nada avisarle de que todo apunta hacia ciertos cambios en el equilibrio mundial, con una cotización del dólar que se derrumbará estrepitosamente en los próximos meses. De nada la confidencia de que las grandes economías emergentes andan tratando de sustituir a su socio preferente, EEUU, por otro más solvente, más formal y más trabajador, como China, cosa mala para el sistema de valores en vigor. De nada prevenirle, a pesar de su estulticia militante, de que todas las grandes crisis históricas han acabado en una guerra. Y de nada explicaros que ahora, más que nunca, es imprescindible recuperar la Democracia.

Pero recuperar la Democracia, con mayúscula, en esta prostituida España, pasa por dar un auténtico Golpe de Estado Democrático en el que el Pueblo Español tome el poder que le corresponde, e imponga una III República Constitucional legitimada para tomar decisiones inapelables, democráticas (sin margen para que los monclovitas dictadorzuelos alternantes vendan vuestros pellejos al capital global), basada en lo siguiente:

UNO: El Parlamento Español será UNICAMERAL, con elección de cada diputado a doble vuelta en su circunscripción unipersonal de 50.000 electores. Libre presentación a esa elección de cualquier ciudadano. El sueldo del diputado debe ser sufragado por la circunscripción a la que representa, y no por el Estado, pues el Parlamento (que hace las leyes) no forma parte del Estado (que debe limitarse a cumplirlas y hacerlas cumplir), sino que es propiedad del Pueblo. Una Comisión de Control del Diputado vigilará el comportamiento del electo y propondrá su dimisión forzosa en cualquier momento, en caso de corrupción o de incumplimiento del mandato electoral de los ciudadanos de su demarcación. Un tribunal especial dirimirá si el diputado ha incumplido y lo depondrá, convocándose nuevas elecciones, en cualquier momento de la legislatura, en su demarcación. ¡¡Esto se llama GARANTISMO, y existe en otros países, que son los civilizados!!

DOS: Desaparición de las autonomías. Cada ciudadano será representado por un único diputado. Otra cosa es que este diputado se coordine con otros por cuestiones que atañen a las demarcaciones respectivas. Estas asambleas pueden llegar a parecerse a los parlamentos autonómicos en algún caso, pero son los mismos diputados los que trabajan en diversos estamentos. Pues la representación política ciudadana sólo tendrá dos ámbitos: el municipal y el estatal.

TRES: El Presidente de la III República Española, Jefe del Estado Español y de su Poder Ejecutivo, será elegido por TODO el pueblo español a doble vuelta y en circunscripción única nacional.

CUATRO: En caso de flagrante incompetencia o de corrupción del Presidente, en cualquier momento de la legislatura, el Parlamento, por mayoría, puede deponerlo, pero ello implicará la disolución también del propio Parlamento, el ir todos de nuevo a unas Elecciones Generales. También el Presidente tiene esa misma facultad disolutoria. De manera que toda controversia entre los poderes Ejecutivo y Legislativo será dirimida siempre por el Pueblo.

CINCO: Los derechos políticos de los españoles no se canalizan exclusivamente a través de los partidos políticos. Se acabó la fiesta, cabrones. Así que toca expulsar  a los partidos y a los sindicatos del Estado, que debe dejar de sufragarlos. Partidos y sindicatos deben funcionar y financiarse con las cuotas de sus afiliados, no con los Presupuestos Generales del Estado, que salen de los impuestos de los españoles.

Con el sistema político que proponemos, ¡que se llama Democracia Representativa y Garantista!, y con representación del Pueblo Español en el Consejo de Dirección del Banco de España, que para eso es de nuestra propiedad, con un consejero electo por el pueblo cada 500.000 habitantes, procederemos a NACIONALIZAR LA BANCA ESPAÑOLA —evitando el riesgo de burocratización infinita y desvío continuado de fondos a manos de los políticos y las clases dominantes— y ordenar la salida inmediata de España de la moneda única europea, saco sin fondo para la extorsión y la servidumbre.

  Si no entendéis esto, o si con la mano dentro de la bragueta no encontráis vuestros cojones; si tenéis en las venas menos sangre que la compresa del chocho de Zerolo; si seguís tirando al monte como cabritillas y os suda la polla la Democracia en realidad, entonces comportaos como lo que sois, unos capones acojonados: sacad todo vuestro dinero del banco, porque vais a pasar más hambre que las ratas de una ferretería. Pues, sin una lucha colectiva y decidida por la Democracia, la cosa se va poner muy mala, y sólo se va a resolver el asunto con una gran tiranía —ésa que ya viene anunciándose subrepticiamente— que os vais a cagar. Eso sucederá en cuanto las dos facciones del post-neo-franquismo, PP y PSOE, se pongan de acuerdo a órdenes de Botín (que es el delegado, vía vaginal(1), en España de la banda de la kipá), y vuelvan al modelo original del Movimiento del que salieron ambas a regañadientes.


MALDITO HIJO DE PERRA


(1) Casado nada menos que con una O'Shea, hija y nieta de banqueros con kipá, marquesa de O'Shea hoy por mor y gracia del felón de pulmones corroídos que funge de Jefe del Estado.