Sólo 3 personas en el mundo, 3, habían tenido ocasión de leer el manuscrito de la nueva novela de Dan Brown, El símbolo perdido, antes de que fuera entregado a la imprenta. Esto, al menos, proclamaba la prensa, entre asombrada y fascinada por tamaño secretismo. Tres personas que, según también indicaban algunos medios, cuando el libro viese la luz serían encerradas de por vida en las cámaras acorazadas de Random House, como hacían los faraones con sus arquitectos, para que no trasmitieran nunca el secreto de la composición.
Para completar la parafernalia, en aquellos países en que el texto no iba a salir en su lengua original la traducción se repartió entre varios equipos distintos, incomunicados entre sí para que el uno no le soplara su parte al otro y de esta manera acabaran reconstruyendo el cuadro final. Y lo que era peor: ¡se lo comunicasen a los periodistas antes de la premiere mundial! Aislados, pues, en diferentes
edificios cercados con vallas electrificadas, guardias con perros en continuas rondas, y sometidos a exhaustivos cacheos para que nadie pudiera deslizar fuera un solo papel, así tuvieron que trabajar los traductores. Para que luego digan que la industria editorial no se preocupa por la calidad del producto.
El caso es que, impresionado, e intimidado, con todo este aparato, compré el libro apenas llegó el trailer a las librerías y descargaron de él el primer pallet. El símbolo perdido, la novela más esperada después de El código Da Vinci. Ansiosamente me lance a leer la primera página donde había letras, pág. 9. Se titula “Los hechos” y comienza así: “En 1991, el director de la CIA ocultó un documento en su caja fuerte. Hoy en día el documento todavía permanece allí dentro”. ¿Habrase visto alguna vez suceso parecido? Desde luego, la nueva novela de Dan Brown promete desde el primer momento una acción espectacular.
Pero entramos ya en el prólogo, pág. 11. Se inicia así: “Casa del Templo.20.33 horas”. A mí esto me suena un poco raro, quiero decir lo de situar la acción en un espacio como religioso y metafísico y luego consignar las horas de esa forma cronometrada y digital, como con un reloj Casio. Sería algo así como decir: “Interior de la catedral de Burgos, 14.16 horas” o “el sol se filtraba por las vidrieras de Notre-Dame con extraordinario colorido a las 12:22”. A mí, ya digo, me suena un poco chapucero, pero es cierto que la literatura ha cambiado mucho y quién soy, piltrafilla, para discutir los métodos más vendidos de narrar.
En esta misma página, al final, se nos dice respecto a unos individuos que “de sus cuellos colgaban joyas ceremoniales que brillaban cual ojos fantasmales”. Y apenas llevo leídas quince líneas. Sin embargo, ya entiendo que al lector no le interesan estas cuestiones estilísticas, que él se pregunta por la chicha, por cuándo saldrá el malo, habrá un primer asesinato o se descubrirá algún Santo Grial. Consciente de ello, pasaré de largo ante estos grumos gramaticales; entre otras cosas también porque temo que, de detenerme en ellos, me podría eternizar.
Lanzo un suspiro de alivio en la página siguiente, al enterarme de que la citada Casa del Templo se halla en “el número 1733 de Sixteenth Street de Washington”. Lo celebro, de verdad. Celebro que Dan Brown se haya ceñido a una ciudad donde supongo que camina sobre seguro y no tendrá, pues, que recurrir a gansadas como las de El código Da Vinci, donde el malo se hallaba preso en un presidio de Andorra hasta que llegó un terremoto, lo derribó, y el hombre aprovecho la confusión para escapar y llegar andando hasta Oviedo. Ningún lector, que yo sepa, se quejó por esta trabucada, pero aun así el editor debió decirle a Dan Brown: “Tú, por si acaso, no te compliques demasiado. De Sixteeenth Street a Twentieth Street y para veinte euros que cuesta la novela la gente va que chuta”.
Total, que estamos dentro de la Casa del Templo, un espacio imponente con cierto aire a santuario y cuyos muros “eran como un calidoscopio de símbolos antiguos: egipcios, hebraicos, astronómicos, químicos, y otros todavía desconocidos”, concluye Brown, cubriéndose hábilmente las espaldas. Que había muchos símbolos, vamos. En este templo, que por lo que parece es un lugar de reunión de la masonería, se está procediendo a la ascensión de grado de diferentes hermanos, de acuerdo al aparatoso ritual del Gran Oriente. Entre los que van a ser ascendidos a la élite, la narración se detiene en un tipo “de musculosa constitución” que mientras bebe vino en un cráneo hueco se felicita porque, dentro de pocos días, la semana entrante a más tardar, llevará a cabo un plan terrible. “Pronto perderéis todo lo que más apreciáis”, se dice para sí.
En el capítulo siguiente, pág. 15, aparece ya Robert Langdon, el héroe de las novelas de Dan Brown. El autor nos lo presenta –¡ingenioso y nunca visto truco!- a bordo de un ascensor de la Torre Eiffel cuyos cables, de repente, se rompen y el héroe se precipita, ¡horror!, en el vacío. Pero no pasa nada: es una pesadilla y Langdon se despierta algo sobresaltado para comprobar que está a bordo de “un avión privado Falcon 2000EX (…) con motores duales Pratt & Whitney”. En El código Da Vinci, Langdon viajaba a bordo de un avión “Hawker 731 con motores Garret TFE-731”, me acuerdo bien. Pero se conoce que el editor, de nuevo, le ha dicho a Brown que en literatura no conviene repetirse y entonces Langdon viaja en otro avión.
Apenas aterrizar el avión en el aeropuerto Dulles, de Washington, sale a recibir al profesor una mujer de mediana edad que desde el principio se muestra impresionada por hallarse en presencia de Langdon en persona, el héroe novelístico hecho carne. A la mujer le sorprende, sobre todo, que Langdon no lleve corbata, a lo que nuestro tipo, siempre tan campechano y progresista, le cuenta en confianza que a él no le gustan las ataduras e informa a la mujer del origen romano de tal prenda, aunque algunos piensan, en realidad, que nació en Croacia, y en esta diatriba se emplea buena parte de la pág. 18. Una vez aclarado el asunto, Langdon se sube a una limusina que le está aguardando para conducirle al Capitolio, donde, al parecer, precisan de sus servicios.
Mientras Langdon el descorbatado va a ver para qué le quieren ahora los del Capitolio, la escena se traslada a un tal Mal´akh que, pronto nos enteramos (pág. 20), es aquél a quien los masones estaban aceptando en la cúspide de su organización. También pronto, nos enteramos de que no trama nada bueno. Es el malo de la novela, en fin; ya me extrañaba a mí que estaba tardado mucho en aparecer y la novela corría el riesgo de perder fuerza.
El tal Mal´akh está tatuándose a sí mismo el cuerpo con símbolos muy extraños de diversas religiones. Con ellos se ha tatuado por completo todo el cuerpo menos un pequeño círculo en su parte más avanzada… que, no te pienses mal, lector, es la coronilla. Después de mirarse ante el espejo, “soy una obra maestra”, procede a darse una muy gruesa capa de maquillaje que oculte su piel y le ayude a pasar inadvertido entre la gente normal, para de este modo llevar a cabo su plan. “Había esperado pacientemente… y esa noche sería por fin completado”.
Entretanto, Langdon está llegando al Capitolio. Ha tenido un día un poco duro, que rememora en la pág. 25. Después de despertarse a las cinco de la mañana y hacerse en la piscina sus cincuenta largos de rigor (en las otras novelas del personaje ya se ha comentado por extenso que fue jugador de la selección norteamericana de waterpolo, experiencia ésta que en un determinado momento de Ángeles y demonios le ayudó a escapar, al tirarse de cabeza desde un helicóptero al río Tíber, en Roma), después, como digo, de su ejercicio natatorio que le mantiene esbelto y apolíneo, estaba moliendo a mano “granos de café de Sumatra” con que acostumbra a desayunarse. Hasta aquí todo normal. Pero justo cuando el café estaba ya hecho, recibe una llamada del ayudante personal de su amigo Peter Solomon, “un prominente académico”, pidiéndole que vaya al Capitolio a dar una charla “a la élite cultural del país”. “Es que me iba a tomar un café”, parece amagar la réplica Langdon. “Venga, ande, hágalo por su amigo Solomon”, le replica el asistente personal de éste. “Bueno, vale, voy”, concede Langdon, y luego “metió algunos granos más de café en el molinillo. Un poco de cafeína extra para esta mañana, pensó. Hoy va a ser un día más largo”. Y con esta frase siempre enigmática acaba el capítulo 3.
Descripción del Capitolio, pero no es Langdon el que llega. Es el malo Mal´akh (pág. 30) con el brazo en cabestrillo y afectando una ligera cojera. Al ir a pasar por el detector de metales, el brazo pita. El malo aduce que tuvo un accidente de esquí y “bajo las vendas llevo un anillo. Tenía el dedo demasiado hinchado para poder sacármelo”. Le pasa entonces el guardia el detector manual y, en efecto, en el escáner se ve que hay un anillo. “Todo está en orden”, dice el guardia, y le deja pasar. Ignora el hombre que, mediante ese truco, Mal´akh acaba de introducir en el edificio “un poderoso objeto”, “Un regalo para el único hombre en la Tierra que me puede ayudar a obtener lo que busco”, concluye en plan misterioso.
Este recurso a la última frase enigmática del malvado donde se deja entrever que está tramando algo fatal ya la ha usado Brown lo menos cuatro veces en lo que llevamos de novela. Me parece a mí una técnica algo burda, algo así como si para crear misterio otro novelista hiciera a su malvado ir mascullando a cada poco: “¡la que estoy preparando!, ¡la que voy a liar!, se va a armar gorda!” Parecido a los feriantes que a voz en grito intentar atraer gente a su tómbola: ¡Siempre toca, siempre toca, un pito o una pelota!
En la pág. 37 es Langdon el que llega al Capitolio. “No era para nada lo que había esperado”, se nos dice en frase, como se ve, de gran enjundia literaria. Pero hemos quedado en que esas cosas de estilo quedan para los snobs, lo que importa es la acción y “Langdon se habría tomado una buena hora para admirar la arquitectura, pero apenas quedaban cinco minutos para el inicio de la conferencia”. Así que pasa dentro. Si por una cosa, y ahora hablo en serio, admiro a Brown y creo que ha hecho una aportación a la Literatura es por su amplia gama de recursos para escapar de las descripciones, como en este caso, como en tantos otros y como en aquel memorable en que, hallándose su héroe en un salón del Vaticano, se apañó con aquello de “era una sala que no se parecía en nada a cualquiera de las que había visto antes”, y trámite cumplido.
Langdon entra en el Capitolio portando una bolsa de deportes (pág. 38), como suele ser lo habitual. El de los rayos X, sin embargo, que antes había dejado pasar al malo, no repara demasiado en ella: está atónito por que el protagonista luzca en la muñeca derecha un reloj de Mickey Mouse. Langdon está muy orgulloso de él y el autor no menos: es el recurso que usa para darle al personaje literario un carácter, una identidad. Con lo cual, no llevar corbata, ser apuesto y haber jugado al waterpolo, ya está la personalidad completada en la pág. 39. Podemos seguir.
Camino de la sala donde va a obsequiar a la élite del país con una conferencia, Langdon reflexiona sobre cómo en toda la ciudad de Washington, y en especial en el Capitolio, abundan los símbolos masónicos. Despliega en varias páginas una defensa apasionada de dicha organización y refuta de un plumazo las acusaciones tanto de extravagantes como de conspiradores que se les han colgado a lo largo de la Historia, asegurando que “la verdad, seguramente, estaba en algún lugar intermedio”. Reafirmado en esa irrefutable hipótesis, acelera el paso y, según está dando el reloj las siete (pág. 47) abre las puertas para hacer su irrupción triunfal en la sala central del Capitolio.
Y he aquí unos los primeros grandes sustos de esta novela (pág. 50). En lugar de un amplio auditorio que se pusiera en pie y prorrumpiera en aplausos a la entrada del protagonista, el lector se encuentra con que el Salón Estatuario está vacío, “sólo un puñado de turistas que deambulaban sin rumbo fijo, ajenos a la estelar entrada de Langdon”. Turistas de alpargata y botellín, parece que se queda con ganas de descargar su desprecio el autor, pero no hay tiempo para entretenerse. En aquel momento, poco más o menos, Langdon tiene una conversación telefónica con un tipo que de pronto convierte su voz “en un susurro profundo y melifluo” para decirle: “Usted está aquí, señor Langdon, porque así lo he querido yo”. Y con este yo en cursiva se cierra el capítulo 8.
Yo ya me lo sospechaba, pero el capítulo 9 me lo confirma: era el malo el que llamaba. ¿Y qué quería? Decirle a Langdon que ha secuestrado a Peter Solomon, su amigo, y que sólo lo soltará si (pág. 54) Langdon encuentra y abre para él (para el malo Mal´akh) un misterioso portal. Pero, ¿cómo que un portal?, pregunta, palabra más o menos, Langdon; como no me dé más pistas. En aquel momento la comunicación se corta y en la sala de al lado suena un grito (pág. 55): ¡Ahhhhh! Langdon va a ver qué pasa y de pronto retrocede asustado: “La cabeza le comenzó a dar vueltas al darse cuenta de que estaba mirando [en el suelo] la mano cercenada de Peter Salomón”.
Justo es reconocer que esto no está mal, y si no de gran estilo literario, por lo de la cabeza giratoria, para los niveles de entretenimiento en que nos movemos la cosa resulta bastante divertida. Pero el crítico sabe que no debe confiarse, porque quedan todavía casi 600 páginas y estamos hablando de Dan Brown, un profesional del bestseller.
Al poco nos enteramos (pero era fácil de suponer) que quien ha introducido aquella mano cercenada en el Capitolio y la ha dejado en medio de la sala ha sido el hombre con el brazo en cabestrillo de varis capítulos atrás. Fíjate, lector, que lo que tapaba el yeso en realidad era esa mano amputada… pásmate; y aquí Brown se recuesta en el sillón, orgulloso de su ingenio. Pero ¿dónde estaba entonces la otra mano del malo?, ¿a la espalda? ¿Cómo?, se despereza Brown. Y si ambas manos estaban bajo la escayola, el guarda, al pasarle el escáner y mirar la pantalla, ¿no advirtió por rayos X que allí había dos radios, dos cúbitos, y al menos cuarenta huesos, entre falanginas y falangetas? Ah, bueno, protesta Brown, si vamos a empezar a fastidiar con detallitos, y a sacarle punta a todo, y no estamos por colaborar, así no hay novela que prospere.
La mano luce, al parecer (pág. 69), varios tatuajes que representan símbolos ancestrales, propios de “un mundo de antiguos misterios y sabiduría oculta”. Y de este modo misterioso (no vale reír) concluye el capítulo 13.
La novela pasa ahora a centrarse en Katherine Solomon, hermana del amigo súbitamente manco de Langdon. A Katherine se le ha habilitado una gran sala como laboratorio en el Museo Smithsonian, cercano al Capitolio. Un poco antes se nos ha presentado dicho Museo como un “pantagruélico edificio” (¡!), y uno estaría tentado de pedir cuentas por esto al traductor si no fuera porque sospecha que es traducción literal, que Brown no tiene la menor gracia literaria para definir un espacio. En este sentido, se avecina ahora uno de sus capítulos más “gloriosos” (pág. 73). Ocurre que Brown otra cosa no, pero es plenamente consciente de sus limitaciones, de su indigencia para describir un lugar con sentido literario, para buscar algo significativo más allá de la simple enumeración de objetos. Por ello ha desarrollado unos cuantos trucos con que disimular esta carencia. El que emplea en esta novela supera todo lo anterior. Resulta que, para ahorrarse descripciones (su punto flaco), Brown pinta el laboratorio de Katherine como “un cubo sin ventanas” situado al fondo de un espacio oscuro, oscurísimo, la tiniebla total. La mujer tiene, encima, prohibido dar la luz para llegar hasta él, así que, todos los días, Katherine debe dirigirse a su laboratorio a tientas. ¿Qué hay en aquella sala del Smithsonian que precede al laboratorio?, ¿cómo es?, ¿qué podemos encontrar de sugerente? Pues no se sabe. Como está todo oscuro.
El caso es que, en su laboratorio, Katherine está investigando sobre la ciencia noética. Dicha ciencia es calificada como “el eslabón perdido entre la ciencia moderna y el antiguo misticismo” (pág. 76). En resumen, quiere demostrar que nuestra mente tiene un potencial enorme y que si sabemos canalizar nuestra energía podemos cambiar el mundo. Porque resulta (yo no lo sabía) que estamos interconectados con todas las cosas y nuestro pensamiento, bien canalizado, puede influir sobre la materia y determinar incluso los sucesos y transformar nuestro destino. Dice Brown que esto lo ha leído en un libro de una tal Lynne McTagart y que es verdad. ¿Quién soy yo para contradecirle?, o mejor ¿para contradizcarle?
La ayudante de Katherine Solomon se llama Trish Dunne y es una mujer inteligentísima. Ambas, doctora y ayudante, son dos cerebros privilegiados. Eso dice Brown, claro, pero en realidad, cuando se juntan, como en la pág. 91, pueden estar páginas y páginas hablando sin decir nada inteligente. Se alaban su sabiduría y, un poco, su belleza; se recuerdan una a otra las últimas novedades tecnológicas y comentan lo mucho que ha cambiado el mundo en los últimos años gracias a Internet… En general, vaciedades. Nada dicen que nos demuestre su inteligencia, su cultura, su potencial superior. Y es que esto es algo que a Dan Brown de seguro, y a tantos otros escritores de best sellers seguramente, se le escapa, aun con ser la primera ley de la novelística: el autor no tiene que proclamar si los personajes son listos, tontos, sensibles o cínicos, lo que tiene que hacer es “mostrar” su manera de ser, que el lector la deduzca de sus conversaciones, de sus actuaciones, de sus pensamientos si quiere.
Volvemos al Capitolio y a la mano cercenada. Hace algunas páginas que se ha presentado en el lugar la CIA. Su directora fuma, por lo que enseguida se echa de ver que no es persona muy de fiar, y encima se porta muy bruscamente con Langdon, el apuesto waterpolista. Éste intenta explicar a la nicotínica mujer que eso del portal se ha usado mucho a lo largo de los tiempos pero a modo de metáfora, como la puerta que da acceso a la sabiduría ancestral del ser humano, un saber supremo que puede convertir a los hombres poco menos que en semidioses. “Buscar un portal `literal’ sería como buscar las puertas del cielo”, acaba por desesperarse Langdon en la pág. 105. La directora de la CIA no acaba de creérselo. Esta gente de la CIA nunca se cree nada.
Tras un largo rato en que Langdon, la directora de la CIA y el jefe de la seguridad del Capitolio han estado observando la mano amputada, descubren (pág. 125) que en ella hay tatuado lo siguiente: IIIX 5B5. ¿Qué podrá significar?, se preguntan inquietos. Después de un largo rato aventurando significados, cuarenta páginas en concreto que Brown aprovecha para largar toda su documentación sobre los masones, advierten que si dan la vuelta a la mano lo que pone es SBS XIII. ¡El trastero numero 13 del subsuelo del Capitolio! Los tres salen para allí más que deprisa, orgullosos de su poder de deducción.
Durante todas estas páginas, el malo Mal´akh ha estado insistiendo al bueno Langdon en que él tiene algo muy importante que le puede abrir la puerta que está buscando. Langdon, así de pronto, no cae en qué puede ser. En la pág. 132 he aquí que el protagonista se acuerda de pronto que hace un tiempo su amigo Solomon le dio una cajita que decía contener un objeto poderosísimo que podía transformar el mundo, y le pidió el favor de que se lo guardase. Langdon accedió y luego, con tantas cosas como tiene un protagonista en la cabeza, se le olvidó. Menos mal que en aquel momento lo lleva encima.
De camino al sótano, Langdon le va explicando a la directora de la CIA cómo los constructores egipcios de pirámides atesoraron una sabiduría inmensa que, a través del tiempo, ha acabado por recalar en los masones. Como esa poderosa sabiduría, de caer en manos inadecuadas, podría provocar la destrucción del mundo, “los masones construyeron (pág. 166) [aquí, en Estados Unidos] una fortaleza impenetrable, una pirámide oculta diseñada para proteger los antiguos misterios hasta el día en que toda la humanidad estuviera preparada”. Dichos misterios, sin embargo, aclara Langdon, “sólo son comprensibles para las almas más ilustradas”. ¡Ainnnh!, responde la directora de la CIA.
Entretanto, el malo Mal´akh se ha maquillado bien para disimular sus muchos tatuajes y ha adoptado la personalidad del doctor Abbadon, el psicólogo que trata a Solomon. Disfrazado así se nos ha dicho en páginas anteriores que tuvo un encuentro hacía poco con la inteligentísima Katherine Solomon. Él le había dado las señas de una mansión (otra de las características principales de los personajes brownianos es que todos viven en “mansiones”, con lo que, además de conferir a toda la novela un tono impostado de lujo, al autor le basta con aquello de las amplias cristaleras y los suntuosos jardines y el recinto vigilado con cámaras de seguridad para crearse una plantilla aplicable a toda vivienda que aparezca en la novela), adonde Katherine Solomon se presentó y… ¡ojo a la descripción del tal Abbadon!: “El hombre que salió a recibirla era apuesto, excepcionalmente alto. Iba impecablemente vestido y llevaba su espesa cabellera rubia inmaculadamente peinada”, Más abajo se señala también que “su tez era inusualmente suave y bronceada”. Quiero decir, más abajo del texto. Cuestiones de traducción aparte, nótese, como Brown suele confundir el precepto literario de crear un buen personaje con crearlo guapo y (he aquí la palabra clave de la estética de Dan Brown): apuesto.
El caso es que el doctor Abbadon (que es el malo Mal´akh disfrazado) llega al Museo Smithsonian (pág. 169), le dice al guardia que viene a ver a la Dra. Solomon, y como el guardia está viendo la final de la Super Bowl o algo así en la tele, pasa sin problemas. Sale a recibirle y a guiarle hasta el laboratorio la Srta. Trish Dunne, ayudante de Katherine, de la que ya se ha dicho varias veces es muy inteligente, además de apuesta. Trish va guiando al recién llegado por los pasillos del museo, y, en actitud muy propia de una anfitriona en el tal trance (pág. 183), le va indicando a la visita dónde están las cámaras de seguridad, su ubicación, la frecuencia con que graban, etc. ¿Y en este cuarto hay cámaras?, le pregunta el desconocido en un momento del paseo. No, justo ahí no, responde Trish, lo que aprovecha Abbadon/Mal´akh para empujar a la mujer a ese cuarto, el más discreto de todo el edificio, y finiquitarla.
En medio de esa tensión, pasamos (pág. 185) a los tres personajes de los que depende la seguridad del país: Langdon, el jefe de seguridad del Capitolio y la directora de la CIA. Han llegado por fin al sótano XIII (sobre el que Langdon nos informa que está según se pasa el XII), pero con las prisas y los nervios se les han olvidado las llaves, así que tienen que forzar la cerradura de un tiro. Cuando finalmente consiguen abrir la puerta, retroceden espantados. Dentro hay una mesa con calaveras, relojes de arena, velas apagadas, Marcas atrasados… Langdon tranquiliza a sus dos compañeros y les dice que eso no es más que una cámara de reflexión masónica, donde los franquis (los francmasones, en confianza) se retiran a reflexionar sobre la brevedad de la vida. En un registro minucioso de la cámara, descubren que hay una cortina en una pared, y detrás de ella… ¡Díos mío!, exclama Langdon (pág. 203): una pirámide de piedra, pero así de pequeña.
Luego no es mentira, concluye la directora de la CIA, existe de verdad una pirámide donde se guardan los antiguos misterios. Siento decepcionarla, replica Langdon, pero esta pirámide es muy pequeña y aquí no caben los antiguos misterios. Eso es verdad, señala el jefe de seguridad, tiene que ser una pirámide más grande. Y éste es más o menos el nivel de los diálogos en esta parte de la novela.
De pronto, e interrumpiendo aquel electrizante diálogo (pág. 213) aparece en la cámara, de improviso, “un elegante afroamericano, alto y esbelto” (además de apuesto) que, cogiendo un fémur de encima de la mesa, pone fuera de combate a la directora de la CIA y al director de seguridad y le ordena a Langdon: “¡Rápido! ¡Coja la pirámide! ¡Sígame!” “Voy”, dice Langdon, y entonces toma la pirámide y la mete en la bolsa de deportes que lleva al hombro. ¡Por fin vamos a enterarnos de cuál era la finalidad de esa bolsa que Langdon introdujo en el Capitolio, si recuerdas, lector, en la página 38! Está clara su función: era para meter la pirámide que se iba a encontrar.
Cate el lector el arte de Brown: un tipo va toda la novela cargando con una bolsa al hombro. De pronto, a mitad del libro, encuentra un objeto, y entonces dice: ¡qué casualidad, que llevo aquí una bolsa para meterlo! Conviene en este punto recordar que esta novela está siendo número uno en ventas en no sé cuántos países. Todos, seguramente.
Pág. 214: Langdon sigue “al elegante desconocido”. ¿Y por qué sigue a un tipo que acaba de noquear a la directora de la CIA, en una acción cuando menos reprobable? “Algo le decía que confiara en ese desconocido”. Debo reconocer que las razones de Dan Brown son inapelables.
En la pág. 215, el misterio se desvela. Aquel “elegante desconocido” es el arquitecto del Capitolio y él también opina que esa pirámide es muy pequeña para que quepan en ella los antiguos misterios. Quizás si se los aprieta mucho…, aventura Langdon. Ni aun así, creo yo.
Entretanto, el malo Mal´akh ha entrado en el cuarto oscuro en cuyo extremo, si recuerdas lector, se halla el laboratorio de Katherine. Pero ésta ha recibido una llamada providencial de Langdon que le dice que el doctor Abbadon en realidad es un malo y que tiene que escapar. Y entre ella que escapa, el malo que ha entrado en su búsqueda, y el cuarto que está completamente a oscuras (por la dichosa racanería de Brown en las descripciones), total: que de la pág. 234 a la 240 se organiza un cisco de respiraciones acezantes, crujidos extraños y movimientos contenidos que es todo un monumento a la narcolepsia. Al final la chica escapa y al malo se le ha corrido el maquillaje que cubría sus tatoos (lo digo en inglés para evitar la cacofonía).
Langdon y el arquitecto, a todo this (así también para evitar la cacofonía) se han refugiado de la persecución de la CIA en la Biblioteca del Congreso. Por suerte, como la novela sucede en domingo, está vacía. El día que a los malos les dé por actuar en días laborables y el mundo peligre en temporada baja, las cosas van a cambiar mucho en este tipo de novelas.
Tras observar la pirámide atentamente, el arquitecto y Langdón descubren que tiene letras grabadas y, además (pág. 245), que le falta el vértice o, dicho sea en términos técnicos, la punta. Langdón recuerda entonces que su amigo Solomon le confió para que la defendiese, llegado el caso, con su vida una pequeña cajita que casualmente lleva encima. La abre y, ¡oh!, es el vértice (o por hablar de nuevo científicamente: el cacho) que le faltaba a la pirámide. Todo va ya cobrando sentido.
“Esta noche las piezas se han acercado peligrosamente. Es nuestro deber asegurarnos de que está pirámide no llegue a ser montada”, le dice al arquitecto a Langdon (quien, no conviene olvidar, fue jugador de waterpolo de la selección USA) en la pág. 264.
Impresionada por el intento de asesinato que acaba de sufrir, Kaherine Solomon, mientras escapa “con su Volvo por Suitland Park a más de 140 kilómetros por hora”, pasa revista a los principales hechos de su vida. En especial, recuerda una Navidad de hace diez años en que estaba con su hermano y su madre “en su gran mansión de piedra en Potomac” (¡cómo no!) hablando sobre el hijo de Peter Solomon, que llevaba una vida un poco disipada y había muerto en una cárcel turca (esto es verídico, así es en la novela) cuando, de repente, apareció un desconocido que, armado de una pistola, le pidió a Peter “la cajita” (ésa que, corriendo el tiempo, le daría a Langdon para que se la custodiase). Forcejeo, confusión, puñetazos… un tiro que se escapa y mata a la patriarca de los Solomon. La rememoración de Katherine se ve interrumpida por un estruendo que sacude a todo Washington, y es que el malo Mal´akh ha hecho saltar el laboratorio de la científica por los aires.
Esta explosión casi coincide con el momento (pág. 271) en que la científica llega a la Biblioteca Nacional donde se ha escondido Langdon, baja sofocada del Volvo y se pone a aporrear la puerta de la Biblioteca (que, como es domingo, está cerrada). ¿Quién será a estas horas?, parecen preguntarse los dos hombres refugiados dentro y que están descifrando el secreto de la pirámide. No sé, ve a abrir. Y Langdon va a abrir y entonces Katherine “entró por la puerta… directamente a sus brazos” (pág. 273)
Buen momento sería éste para el asombro y las explicaciones de rigor: ¿Qué haces tú aquí? Ya ves, descifrando; ¿y tú? Huyendo de un malvado. Pero todo esto pasa a un segundo plano porque lo que importa ahora es encontrar a Peter.
Es la noche de las explosiones. Los de la CIA han descubierto, al fin, que Langdon y el arquitecto se han escondido en la Biblioteca Nacional y fuerzan su puerta (pág. 283) mediante el explosivo Key-4, “consistente básicamente (la cacofonía es del traductor) en ciclotrimetilenetrinitramina con plastificante dietilhexil”, con el que mandan la puerta a tomar por culo. Luego entran con una gafas de visión nocturna y gritando cosas como “¡Señal térmica! ¡Convergencia de flancos!” Entonces el arquitecto, Langdon y la chica se retiran –hay que admitir que prudentemente- a otra habitación.
“Nunca conseguiremos escapar a no ser que nos separemos. (…) Yo haré que me sigan hacia las estanterías, así los alejaré de vosotros”, dice el arquitecto en la pág. 289. Un hombre colegiado como él, al que le suponía cierta seriedad…
Como era de esperar, al arquitecto lo entoligan, pero Langdon y Katherine han aprovechado la confusión para subirse a una cinta trasportadora que, “cruzados los brazos sobre el cuerpo, como si fuera una momia dentro de un sarcófago” los lleva por un agujero en la pared hasta, es de suponer, un depósito de libros. Los guardias que les siguen con sus gafas de visión nocturna no se dan cuenta de que la cinta está funcionando, pese a ser domingo en la Biblioteca. Ellos van a lo suyo.
Aprovechando aquel tiempo muerto en lo que viajan en la cinta transportadora, Langdon pone al día a Katherine sobre sus experiencias de esa noche (pág. 302) y le cuenta eso de que a su hermano le han amputado una mano. “Langdon deseó poder abrazarla y consolarla, pero estar echados en esa estrecha oscuridad lo hacía imposible”. Es que Langdon, tú también, el momento que has elegido para decirle a la chica que su hermano se ha quedado manco…
Sea como sea, al final llegan al final de la cinta y saltan de ésta “justo a tiempo”. Una vez ya a salvo de los guardias, se ponen a descifrar la pirámide. Pero parece ser que, de momento, importa más la caja, donde la chica ha descubierto que hay una inscripción: 1514 AD (pág. 314). Langdon, tras no poco cavilar, infiere que las siglas se refieren a Alberto Durero, conocido masón en su época, y que 1514 alude a un cuadro que pintó en tal año y donde aparece un cuadrado mágico, que es algo así como un sudoku renacentista donde se encajaban números de tal modo que en horizontal, vertical y diagonal venían a sumar lo mismo. Durero, en uno de sus cuadros, pintó un cuadrado de estos en que, para mayor mérito, las cifras de las casillas de abajo eran la fecha: 1514. El caso es que, siguiendo el modelo del cuadrado de Durero, colocan la inscripciones de la pirámide y surge: Jeova Sanctus Unus (pág. 328), “Dios es Uno (o Único, depende de si el que lo dice es gran admirador de Él). Aunque antes ha habido unas pequeñas dudas (¡verídico!) porque ambas mentes privilegiadas no sabían muy bien a quién o qué se refería ese Jeova. Hubo, de hecho, un delantero del Sporting de Gijón que se llamaba así. O muy parecido.
Pero de nuevo les han vuelto a descubrir en el depósito de libros (pág. 333). Tienen entonces que “cruzar el patio a la carrera en dirección nordeste” y luego cogen un taxi. Les sigue un helicóptero “UH-60 modificado”. La persecución es larga y enrevesada de contar, baste decir que finalmente Katherine y Langdon despistan a todo el mundo subiendo al metro y, en vez de tomar la línea azul, como le habían dicho al taxista y todo el mundo esperaba, tomaron la roja (pág. 363). La directora de la CIA queda convencida entonces de que se las está viendo con unas mentes superiores.
A propósito de la CIA, los de Inteligencia están interrogando al arquitecto del Capitolio y descubrimos, ¡sorpresa!, que ha estado colaborando vía telefónica con el malo Mal´akh, pero lo hacía “para seguirle la corriente”, porque el malo de esta novela está muy loco y es muy peligroso. Prueba de ello lo tenemos en la pág. 370, en que Mal´akh está preparando un complicado ritual con un pergamino viejo, velas, la sangre de Peter en un tintero y en una caja de marfil “el cuchillo más famoso de la historia”. Luego nos enteraremos que fue el cuchillo con el que Abraham a punto estuvo de sacrificar a Isaac. A Mal´akh, palabras literales, “le había costado lo suyo conseguirlo”. Y es que ya se sabe: el que algo quiere, algo le cuesta.
Pág. 373, comienzo del capítulo 82. Estamos en la catedral de Washington, “la sexta más grande del mundo, su altura supera la de un rascacielos de treinta pisos. Ornada con más de doscientas vidrieras, un carillón de cincuenta y tras campanas y un órgano con 10.647 tubos, esta obra maestra gótica puede acoger a más de tres mil fieles”. Aquí estamos ante la auténtica esencia de Dan Brown, un escritor auténticamente negado para la descripción sugerente, el detalle significativo, la nota mágica y literaria. Él se rige por el número y la mole, la cifra y la estadística, el aluvión y la catástrofe. El caballo grande, ande o no ande. En este sentido, me pesa admitir lo que muchos sugieren: que si Dan Brown tiene tanto éxito es porque, de algún modo, conecta con la mentalidad predominante en nuestros días.
El caso es que están hablando con el deán de la catedral sobre la inmensa capacidad de la mente humana y a ver si, en una de ésas, les puede ayudar a descifrar el misterio de la pirámide, cuando de pronto son descubiertos por el helicóptero aquél UH-60 modificado, con lo que otra vez (pág. 398) tienen que salir por piernas sin conseguir salvar a la Humanidad. Pero descuida, lector, que estoy seguro que en cuanto les dejen un rato tranquilos…
De la catedral pasan al Colegio Catedralicio, donde, inspirados por el deán de la catedral, deciden poner la pirámide al baño María (pág. 405). No te asustes, lector, la cosa no es tan absurda como parece: resulta que han descubierta que si tomas las letras de Jeova Sanctus Unus y las colocas en otro orden se forma: Isaacus Neutonuus, o sea, Isaac Newton. Recuerdan entonces que Newton, que era un masón del grado 33, el máximo, trazó una escala de temperatura cuyo máximo grado asimismo, el de la ebullición del agua, era 33. De ahí lo de poner a cocer la pirámide.
Todo esto podrá parecer, sin duda alguna, un prodigio de pensamiento y deducción, pero, mirado en frío, y pocas veces mejor dicho, no pasa de un ardid intelectual, de un pasatiempo dominical. Sobre la base cierta de que Newton era masón y creó una escala calorífera cuyo máximo grado era el 33, Brown toma las letras de su nombre y monta toda esta película. Pero no hay más que eso, al fondo de todo. Newton, la masonería y el 33. ¿Querrá hacernos creer Brown que cuando un médico le dice a un enfermo en su consulta que diga tal número le está transmitiendo un símbolo masónico? ¿Se habrá parado a pensar Brown que 33,33 periodo es la cifra resultante de dividir el todo entre las tres personas que, en muchas religiones místicas, componen la Santa Trinidad, religiones cuyos preceptos, vagamente, amalgaman los masones? Pero callo aquí, no vaya a darle más ideas a este hombre para una nueva novela.
De todos modos, para el lector realmente interesado en la masonería le aconsejo la lectura del maravilloso Episodio Nacional de Galdós: El Grande Oriente, visión clara y meridiana de la francmasonería con la que yo estoy muy de acuerdo.
Una vez ya la pirámide al dente (pág. 410), el vértice de oro se pone a brillar y puede leerse entonces: “Ocho de Franklin Square”, que da la casualidad que está allí al lado, a veinte minutos andando, todo lo más (el libro incluye un mapa de Washington en sus solapas, por si el lector se pierde con tanto ir y venir). Ya se van a poner en marcha hacia allí cuando reciben una llamada de un segurata, anunciándoles que han encontrado a su hermano en una casa de Kalorama Heights. Cambio de planes. Van a salir hacia Kalorama Heigths cuando de pronto (pág. 415) en la puerta les está aguardando la CIA, con directora tabacuna al frente. Cambio de planes otra vez. ¿Dónde vamos?, parecen preguntarse, dubitativos, los personajes en la pág. 416.
Vamos a hacer una cosa, parece decir la directora de la CIA, en absoluta molesta con Langdon porque huido con el tipo que le dio con un fémur en la cabeza y por haber estado persiguiéndole más de 400 páginas. Vamos a hacer una cosa, dice, porque la gente de la CIA siempre ha sido muy comprensiva, Katherine y tú vais para Kalorama Heigths y nosotros vamos a Franklin Square, ¿vale? Vale. Y así se arregla el asunto en la pág. 423.
Ojo a la escena en Kalorama Heigths (pág. 427), una de las más gloriosas del libro. “Era una mansión espectacular” (cómo no, y atiende, lector, de paso, a lo literario del término “espectacular”). En su puerta hay varios coches aparcados de cualquier modo, como con prisa, y al fondo se oyen voces. Irrumpen, pues, en la vivienda confiados y… ¡todo ha sido una trampa! El malo ha cogido todos los coches que tenía en la casa y los ha desperdigado por el jardín; luego ha puesto la tele a todo trapo y de este modo es como ha cazado en su red al apuesto Langdon y a la inteligentísima Katherine.
Entretanto, la pirámide, que Langdon lleva a todos lados consigo porque ya que la tiene en la bolsa… la pirámide, digo, por efecto de la cocción, ha soltado una capa de cera y debajo han aparecido unos símbolos. Paso por encima de diez o doce larguísimos capítulos en que los dos protagonistas son sometidos a torturas literarias por el malo para que descifren para él los citados símbolos, y retorno a la acción en la pág. 483, en que el helicóptero “UH-60 modificado” aterriza en Kalorama Heights y libera a los dos protagonistas. En el ínterin, Langdon, sumergido en un tanque de fluido, ha recordado todo cuanto sabe sobre masonería.
Paso por encima también de los diez o doce capítulos que tardan los de la CIA en reanimar a los dos protagonistas.
En la pág. 507 nos encontramos al malo Mal´akh que entra en la Casa del Templo de los masones, aquel lugar donde, si recuerdas, lector, empezó esta novela a las 20.33 horas. Conduce a Peter Solomon, que va en silla de ruedas. “El secreto más sublime de los masones, un secreto en cuya existencia la mayor parte de la hermandad ni siquiera creía, estaba a punto de ser revelado”. Te confieso, lector, que con estas cosas yo también estoy impaciente. ¿Cuál será ese secreto? Y lo que es más importante: ¿será o no será una chorrada?
Poco a poco se van descifrando algunos enigmas. En la pág. 526 descubrimos por qué la CIA tiene tanto empeño en encontrar al malo. Resulta que el hombre, cuando le admitieron en el grado más alto de la masonería, llevaba una microcámara escondida en una peluca y con ella grabó a todos los participantes en la ceremonia ritual, en la que entre otras cosas se bebió un líquido rojo en cráneos humanos y cosas así. Allí había senadores, congresistas, directivos de importantes empresas, y a todos los grabó el malo en tal trance con su cámara camuflada en una peluca. Si se difunden esas imágenes, puede ser una catástrofe nacional, de ahí el interés de la CIA en capturar al malo Mal´akh. Este mismo, sabedor de la importancia de su grabación, amenaza a Solomon con difundirla por la Red si no hace lo que le ordene. Ya le ha dado, de hecho (pág. 531), al “send”, pero “Tranquilo, Peter –susurró Mal´akh-. Es un archivo enorme. La transmisión durará varios minutos”. Y de ahí en adelante, durante muchas páginas, se interrumpirá el relato para contarnos como va la transmisión: 4% completado, 8% completado, 29% completado, y así en un clima de tensión difícilmente soportable.
Ya no aguanto más, viene a decir, efectivamente, Peter, en la pág. 537. ¿Qué es lo que quieres tur, cobarde? El hombre lo que quiere es que Peter agarre el cuchillo de Abraham, ese que tanto le había costado conseguir, y le mate con él. Sí, eso mismo, porque resulta que Mal´akh es… ¡aquel hijo de Peter que creían que había muerto en una cárcel turca! Pero no, no murió, había estado todo este tiempo planeando la venganza contra su padre por haberlo dejado abandonado en aquel presidio y no sobornar a los guardias para que le soltaran o algo.
Este golpe de efecto es muy similar a aquel con el que acababa Ángeles y demonios (ver crítica acompasada anterior, amigo lector, no hace falta que consumas la novela). Entonces el malo resultaba ser… ¡el hijo del Papa! Para mayor sorpresa, ¿un hijo que el Papa, para no violar su voto de castidad, había tenido mediante inseminación artificial! Glorioso final aquel para los que disfrutamos con los libros de Dan Brown. A propósito de esto, un vecino, realmente aficionado a estos libros, me comentó una vez que, diga lo que diga la crítica, Ángeles y demonios era mejor y más sorprendente novela que El código Da Vinci, aunque ésta hubiera tenido más repercusión. Le dolía decirlo, pero…
-Esa es la verdad. Por mucho que escueza.
Pero a lo que íbamos, que ya que queda poco. A causa de su rencor, Mal´akh se había convertido en un fanático y lo que pretende es que Solomon complete en su persona aquel sacrificio que Dios le pidió a Abraham de matar a su propio hijo. Peter insiste en que no, el otro en que sí, no se ponen de acuerdo. Entonces, de pronto, llega el “UH-60 modificado”, que siempre aparece en los momentos más oportunos, rompe con sus aspas la cristalera del templo, un cristal cae sobre el malo y éste muere en la pág. 556.
Así todo parece haber quedado solucionado. Pero no: todos miran hacia el portátil y observan, aterrados, que marca 100% completado. ¡La película que grabó el malo con senadores y congresistas haciendo el ganso ya está en la Red y puede verla todo el mundo! ¡Horror! Pero no hay que temer, les dice la directora de la CIA, que llega en esos momentos (pág. 561): “[el piloto del helicóptero] ha bombardeado el nudo de relés con un pulso concentrado de energía electromagnética que lo ha hecho saltar de la red, apenas segundos antes de que el ordenador portátil completara la transmisión”. Ah, bueno, pues mejor así, coinciden todos. Bueno, pues nosotros ya nos vamos, dicen los de la CIA. Encantados, adiós, tanto gusto. Y, efectivamente, la gente de la CIA desaparece de escena.
Quedan solos Langdon. Katherine y Peter, que tiene el brazo amputado pero aun así se resiste a ir al médico hasta no aclarar todo ese lío de la pirámide y la sabiduría perdida de los antiguos. Descifrando ahora ya tranquilos los distintos símbolos que han aparecido en la novela descubren que… agárrate, lector. Pero agárrate bien. ¡Es la Biblia que los masones fundadores de Estados Unidos enterraron al poner los cimientos del Capitolio! Hay, en la Biblia, está guardada la sabiduría antigua del hombre, y en ella está la respuesta a todas las preguntas “si se sabe leer entre líneas”. Desde aquí, pág. 593, hasta el final, pág. 616, Brown insiste en que leamos la Biblia, porque en ella está todo lo que necesitamos saber para hacernos hombres de provecho, igualarnos a los dioses, ser felices y desarrollar todo nuestro potencial mental. Allí, en la Biblia, está todo lo que necesitamos leer… bueno, allí y en el próximo libro de Dan Brown que saldrá a la venta seguramente para Navidad de 2010. Pero aparte de eso, si leemos la Biblia abriremos nuestra mente, canalizaremos nuestra energía, bla bla bla.
En realidad, en estos momentos me debato, como crítico literario y como persona humana, entre varios sentimientos. En primer lugar, el sopor inevitable que produce leer todas estas sandeces: en segundo lugar, el sentimiento de estafa al haber sido arrastrado durante más de 600 páginas detrás de un “gran secreto” que al fin no era sino ser buenos leer la Biblia, y en tercer lugar un sentimiento profundo de vergüenza ajena, porque con Brown ocurre igual que con Coelho, que si escribieran sus novelitas pata hacer negocio y sacar un dinerillo, quizás al fin podrían disculparse sus chorradas y aquí tendrían, llegado el caso, a un amigo. Pero lo malo es que ¡se lo creen!, que no hay aquí ningún sentido del humor ni siquiera un deje de cinismo que salvaría el conjunto, ¡es que están convencidos de que la humanidad necesita “entrar en una nueva Era” y ellos lo van a posibilitar por medio de sus páginas! Lo peor no es que digan estupideces; lo peor es que ejercen con orgullo la estupidez.
Pero en fin, no desespere el lector, que alguna sabiduría puede obtener, no obstante, de esta novela. La principal, que es bueno llevar siempre una mochila encima, por si surge alguna eventualidad literaria en forma de secreto de las pirámides, Santo Grial, manuscritos del Mar Muerto… alguna de estoas asuntillos sobre los que tratará la próxima “obra” de Dan Brown.
CLANDESTINO MENÉNDEZ
Cuadernos Críticos
NOTA DEL EDITOR: Es Navidad y sabemos que andáis buscando regalos para vuestros parientes y amigos más queridos. No se os ocurra, pues, matarlos de aburrimiento. Suerte.
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79 COMENTARIOS:
En vez de este truño danbrowniano, regalad algo decente: El mirón, de Alain Robbe-Grillet, pongamos por caso. U otra buena novela cuyo autor tenga alguna visión propia del mundo, una filosofía y unos principios, por raros que sean.
Esta crítica es demoledora. Y leerla es mucho mejor que leer el original de Brown. Y más divertido. Me ha ahorrado varias horas de lectura decepcionante (y 20 euros de vellón). Gracias.
Joder, menuda bazofia de libro, la gente se ha vuelto loca comprando una solemne mierda. ¿Por qué la crítica de los medios la da como un gran libro? Pues por lo mismo de siempre: porque los medios no dicen nunca nunca nunca una sola verdad. Jamás.
Absolutamente brillante, me refiero a la crítica, por supuesto.
Recomendaciones para un regalo perfecto por el mismo precio(e incluso menos):
1.Ana Karenina, Leon Tolstoi
2.Madame Bovary, Gustav Flaubert
3.Guerra y paz, Leon Tolstoi
4.Lolita, Vladimir Nabokov
5.Las aventuras de Huckleberry Finn, Mark Twain
6.Hamlet, William Shakespeare
7.El gran Gatsby, Francis Scott Fitzgerald
8.En busca del tiempo perdido, Marcel Proust
9.Cuentos, Anton Chejov
10.Middlemarch, George Eliot
11.Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes Saavedra
12.Moby Dick, Herman Melville
13.Grandes esperanzas, Charles Dickens
14.Ulises, James Joyce
15.La odisea, Homero
16.Dublineses, James Joyce
17.Crimen y castigo, Fedor Dostoiesky
18.Rey Lear, William Shakespeare
19.Emma, Jane Austen
20.Cien años de soledad, Gabriel García Márquez.
qué divertida crítica¡¡¡ Saludos de uno que ya seguro que ni se molestará en leer las primeras 60 páginas para comprobar la nulidad de esta novelucha.
http://www.abc.es/20091223/opinion-firmas/peor-mismo-20091223.html
Gabriel Albiac dice la verdad
Pero si la crítica tiene más texto que el mismo libro¡¡¡¡¡¡
El Símbolo Tumbado……. por La Dama de Rojo:
http://www.youtube.com/watch?v=1xoC3ycvSqw
“Principio y fin, se dan las manos” (Ouroboros)
Siete menos dos, son cinco. En otra intervención, se hacía referencia al Terrorismo Semiótico, en relación al lenguaje mágico-simbólico. También se hablaba de un proceso de desmantelamiento o mutación de lo que hasta ahora se ha conocido como “la Cristiandad”. No hay que frecuentar al Oráculo de Delfos para ver que esto está en vía de ejecución avanzada. En fase “reloaded”.
La Hermética dice que la casualidad es una Ley Universal no demostrada. Yo tampoco creo en la casualidad. Creo que las casualidades están “llenas de sentido”. Maese Bochaca dice que la mejor forma de hacer que se cumplan las Profecías es poniendo todos los recursos disponibles en su consecución. Su “Santidad” ha sido derribada por una “Dama de Rojo”, (una “desequilibrada” según falsimedia), previo a la Misa de Gallo. ¡Mmmmm!, misa de medianoche “ad praesepium”.
En Navidad, niños y adultos rinden culto al “PAPA NO-EL”, repito, NO-EL, (la grey católica habla mayoritariamente castellano), cuando precisamente la navidad simboliza la venida de “EL”. Sincrónicamente, el Sumo Pontífice es “derribado”, y la noticia se hacía portada de toda la prensa mundial. Esto fue un golpe Simbólico, pero directo a la Subconsciencia Colectiva, ya muy debilitada, que conforma la Cristiandad Católica. ¡El puente celestial ha rodado por los suelos! Metafórico acontecimiento.
Sind eigentlich ihrer sieben!
¿Está contra las cuerdas el Vaticano? El rifirrafe del Obispo Williamson no fue otra cosa que un pequeño despliegue de musculatura, en un viejo pulso: “sabemos toda la verdad sobre el Holocuento, y podemos abrir la caja de los truenos, queremos nuestra parte del pastel, y que no nos fastidien más con el tema de la pederastia”. Habrá dicho algún representante de la Gran Ramera ante el Sanedrín Supremo… representante del Gran Satán, alias Jahvé. O no.
Salvando las distancias semióticas, no hace mucho se supo que el derribo “espontáneo” por parte de un grupo de irakíes, de la Estatua de Sadam Hussein en Bagdad, televisado “live and all over the World”, fue un montaje perfectamente calculado. Su objeto no era otro que “simbolizar” el fin del régimen. Esta imagen tuvo un gran impacto en la “opinión pública”, que en verdad es la “opinión publicada” (Bochaca dixit).
---
Me imagino la carcajada de Los Inmortales, sonora y a coro, una carcajada del otro mundo, terrible, omnisciente, helada, y apenas soportable para los hombres.
Cinco más dos, son Siete.
Johann Dietrich Eckart
Con Dan Brown, se confirma la máxima de que ningún escritor puede crear un personaje más inteligente que él mismo.
Felicitaciones a don Clandestino Menéndez. Junto con Miguel Baquero, Miguel Uña de Quintana, los poemas de Potnia y el mismísimo Patalete, elevan varios grados el nivel de este libelo acrático.
Os deseo que el 2010 no sea peor que el 2009. Con eso ya os vale.
Joder, lo que me he reído. Qué grande.
Nombre:ZParo...
Cualidades:Ninguna...
Defectos/Muchos...
Profecion/Embustero...
“Pueblo Cretino”: pega un pasquín y comenta “Gabriel Albiac dice la verdad”
Es difícil encontrar tanta coherencia entre la significación de un nick y el contenido del mensaje que ese nick expresa. Este marrano (Albiac), es un marxista “arrepentido”, o sea, un alma en pena, mutado en vehemente sionista (no es tonto sabe quien paga mejor). Es un pigmeo a sueldo de la Ramera mayor del Reino, y de quien le suelte las monedas, que cita los escritos de un prominente traidor, mentiroso y falsificador. Hermann Rausching no fue otra cosa que eso: UN FARSANTE que tuvo que largarse de Alemania acusado de alta traición. Sus supuestas conversaciones con Hitler son pura fantasía y propaganda. Nadie las ha tomado en serio jamás, pero prenden entre los más idiotas del orbe. Se nota que la columna liberal-conservadora paga con moneda pesada a toda esta cuadrilla de pobres tipos. Solo otro FARSANTE puede citar al impresentable de Rausching. Y solo un CRETINO (auto-calificativo), puede citar a alguien que cita a Rausching.
Johann Dietrich Eckart
El Malo "se ha tatuado por completo todo el cuerpo menos un pequeño círculo en su parte más avanzada". ¿Y cómo se tatúa él solo el espacio que media entre los omóplatos? Es para partirse el culo y tatuárselo uno después...
Johann Dietrich Eckart... es usted un •clarividente, sagaz, astuto, intuitivo, agudo, inteligente, 'perspicaz' también aparece en estas entradas
agudo - águila - avisado - avispado - clarividente - ingenioso - inteligente - lince - listo - lúcido - penetrante - psicólogo - sutil - talentoso - tardo - vivaracho - vivo MIOPE
Ozú, no veáis el desgaste que le habéis infligido a la rueda de mi pobre ratón. Lo siento por Dan Brown, pero paso de leer hasta las críticas.
Yo recomendaría la lectura de "Emphyrio" de Jack Vance
http://www.tercerafundacion.net/biblioteca/ver/ficha/1089
Sr. Potnia, si en algo no tengo dudas, es que D.Miguel es el número uno en cualquier lista de escritores, D. William el segundo y muy de cerca el Sr. Joyce...
Potnia(*) es una joven voluntaria colaboradora de Ácratas, hermosa y encantadora. La lista no está ordenada por categoría de autores, o eso creo.
Salud.
(*) Quizás -seguramente- el nickname de Potnia provenga de Potnia Theron, ‘señora de los animales’, que es un nombre de la diosa Artemisa citado por Homero en la Ilíada, aplicado también a representaciones de diosas de la civilización minoica y a otras diosas olímpicas, si aparecen con animales.
Apreciado Serafín,
Mi lista es sólo esto, una lista, y su numeración no tiene nada que ver con la calidad de las obras, sino con el orden en el que las he recordado. Son veinte novelas (pero podrían ser más) que me parece que pueden ser un buen regalo. Ni tan siquiera he leído la mitad de estas novelas, muchas son deseos de leer, intenciones de leer algún día, firmes propósitos de leer, recuerdos de haber leído alguna vez, recomendaciones para leer, segundas oportunidades para volver a leer... Lo cierto es que me encantaría conocer la tuya…
EDIT,
Gracias, sí, tienes razón con la lista y con el origen de mi nickname.
No es que sea un nombre muy bonito, pero ya que estamos en un lugar donde se prima la esencia de las cosas, de la verdad, de las ideas, Potnia (me guste o no) es el origen de las diosas de la naturaleza y de la vida en la cultura de tradición occidental.
Joder editor-lobete, ¿ahora nos cuelas a tu novia literata? Ta bien ta bien, me alegra como lector que haya féminas listas entre nosotros los ácratas, diversidad... Pero no hagáis desto una reunión de guapos intelectuales, ¿eh?
A lo que iba, la mitad de los libros que hoy se nos venden son pura basura, y la gente los consume como palomitas, ñam ñam ñam. Es parte del sistema, vender, y para vender hay que alentar a comprar, y vendiendo y comprando, es como se produce, y así la economía tira de nosotros hacia el abismo de la estupidez; quiero decir que hacen falta borregos para que se vendan los libros-basura. Y bueno, eso es todo amigos...
Si, como dice EDIT, el nick de Potnia proviene de Potnia Theron, ‘señora de los animales’, el nombre de la diosa Artemisa citado por Homero en la Ilíada, aplicado también a representaciones de diosas de la civilización minoica y a otras diosas olímpicas, cuando aparecen con animales, es muy adecuado para aparecerse por aquí, junto a nosotros. Porque no he visto una banda de animales peor, en cuanto a su comportamiento con las mujeres.
Doña Potnia, aprovechando el parón del foro, a todas luces producido por el “feliz Falsedad” respondo con mucho gusto a tu petición:
En estos momentos, “flipado” por la tecnología y más en concreto con la informática e intentando llevar a término un proyecto de horticultura biológica auto-suficiente no tengo tiempo para gozar de la lectura, pero en la mesilla de noche tengo: A Miguel Delibes, que aunque odie su faceta de asesino de animales, me gusta su prosa Castellana una barbaridad, en concreto ahora le leo su novela: Castilla Habla; y otro libro de Josh Bazell, Burlando a la Parca, me gustó el título y lo que llevo leído me está gustando.
En cuanto a tu lista, no puedo nada más que tacharla de selecta, sólo quise puntualizar en el orden, para mi gusto, D, Miguel es Dios de la literatura, Shakespeare el Apostol y Joyce, el dios más reciente, Cien años de soledad, la novela que más me ha gustado y no desmerece ninguna de la que enumeras, añadiría a esa lista un ciento... pero pocas más y de entre las que te has dejado fuera, mencionaría a Utopía de Tomas Moro, amén de mucha literatura políticos, que en su momento me deleitó... Malatesta. Bakunin...Ostras, ahora se me viene Kafka, que no lo tienes en la lista, te cuento una anécdota:
La última vez que me hube de mudar (problemas económicos) me vi sólo para hacerla y te aseguro que el capítulo libros fue el monto que más pesaba y me juré que si me viera en la necesidad de volverlo hacer, dejaría los libros atrás, son escasos o nunca he releído un libro, exceptuando al Quijote que tiene un lugar prominente en casa en su atril.
Señor Gato:
Incluye usted a demasiada gente en su "junto a nosotros" y nos convierte en una mayoría peor que animales en cuanto al trato con el otro género.
Aunque cualquiera puede tener un mal día, creo que los que solemos frecuentar estas páginas le tienen tanto respeto al prójimo como desearían que el prójimo lo tuviera con uno, y ello seguramente sin pensar siquiera que fuera adecuado separar y discriminar ese prójimo por sexo o por cualquier otra condición.
A mi me gusta destripar ideas para evaluar la congruencia de su contenido, y quisiera poder hacerlo con un conjunto de ellas lo más ponderado posible, incluyendo todas las que valgan la pena y por supuesto suficientes de origen femenino, aunque no me gustan nada las cuotas por géneros ni la discriminación positiva.
La poca presencia de féminas tiene un componente histórico y cultural que no nos honra, así que hagamos lo posible por ser dignos compañeros de aquellas que se nos acercan, en lugar de intentar meterles miedo o incluso espantarlas, menos aún encasillarlas en un patrón de conducta que les inhiba presentarse entre nosotros como iguales.
No somos animales, por mucho que tengamos que lamentar que no pocos se comporten como tales.
brillante
La mejor y más divertida critica literaria que he leío jamas. Muchas gracias por esta obra de arte y que vengan muchas más.
Me descargaré la pelí con el emule cuando la hagan. Espero reirme tanto como ahora.
Para Johann Dietrich Eckart
que susceptible en cuando alguien se mete un poquito con tu dios. ¿Lo de que sólo tenía un huevo es cierto?
Y dale!, la gente otra vez metiéndose con las ovejas. Que sepáis que fueron vitales para Europa hace muchos años y que puede que lo vuelvan a ser en unos cuantos.
¡Bones festes per a tothom! (O sea, buenas fiestas para todo el mundo)...
Y cómo pude olvidar a Saint-Exuspery? con su Principito: una cita inolvidable: "El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe a dónde va"
Pero, qué haceis ahí en medio¡¡¡¡¡¡ que mancho....
Genial la crítica, estoy de acuerdo en que es divertida y te ahorras tiempo y leuros.
El Sr. García Viñó tiene un artículo reciente en la Fiera (http://www.lafieraliteraria.com/index.html)que le ha de gustar a nuestros Neonazis
Para los que no lo hayan visto, interesantes datos del señor juan carlos, quien dicese nombrado rey por arte de dios y ha saber que otro grupo de hijos de puta.
Para enervarse y sobre todo para mostrar a aquellos que se digan monarquicos.
http://www.youtube.com/watch?v=EmL48mXKF3s
Dan Braun o como se escriba me importa un pimiento y toda su obra también. No he podido leer ni siquiera el resumen de este texto, me he ido al final.
Dan Braun está para lo que está, dar palos de ciegos para que las den todos sus seguidores. Una media verdad que yo creo que ni eso entre mil millones de mentiras. La New Age la promocionan los AMOS DEL DINERO, MONEY MASTER, y estas mierdas de libros, también. Todo un plan orquestado para que se lo crea el borrego de turno y que la humanidad no haga nada y acepte con devoción el NWO y su New Age.
Si tanto queréis la verdad, escuchad a Salbuchi o leeros al menos el resumen, y si ocurren dichas 12 AMENAZAS, que ya están ocurriendo IR PENSANDO EN LUCHAR SI QUERÉIS ÉTICA ARMONIOSA EN EL MUNDO O SU CAOS.
http://servicios.invertia.com/foros/read.asp?idMen=1019834356
SOLUCIÓN FINAL PARA LLEGAR AL PARAÍSO.
http://cambiaelmundodespiertate.wordpress.com/2009/12/24/solucion-final-para-llegar-a-la-alegria-del-paraiso/
Se necesita esfuerzo como en todo, pero las recompensas son mayores de lo que uno en su mente limitada puede imaginar
Y... a los que como yo, que no son ni neo ni nazis, nos podrá gustar ese artículo Serafín?
El Mundo se divide en dos clases de personas,los neonazis,y el mundo de los idiotas.
No busquen,que no hay mas.
Estimados amigos, espero que en este próximo año 2010 la honestidad intelectual, que no es precisamente lo que os falta, os abra los ojos a una amplia mayoría, de modo que se os vuelva obvio el más obvio de los enigmas, que todavía tratáis de descrifrar: y es que toda estructura de poder conllevará siempre, antes o después, una oposición y resistencia, o cuanto menos, una amplia disidencia, porque toda estructura de poder, toda forma de gobierno, implica el sacrificio de unos por otros, su explotación, su derrota para la victoria ajena, y en consecuencia, la amenaza constante de un ajuste de cuentas.
Perdonad esta incursión acrática.
Salud y anarquía.
En su discurso de despedida, el presidente americano Eisenhower alerta contra las principales amenazas futuras: (1) el complejo industrial-militar y (2) el control de la política por una élite científico-tecnológica.
(3) Eisenhower advierte también contra la deuda ocasionada al consumir los recursos de las generaciones futuras, lo que puede convertir a la democracia en un "fantasma insolvente" y llevarse con ella "la herencia política y espiritual" de nuestros nietos.
(1) "Sin embargo, las amenazas, nuevas en especie o grado, constantemente surgen.
De ellas, menciono sólo dos.
Esta conjunción de un inmenso establishment militar y una gran industria de armamentos es nueva en la experiencia americana. La influencia total - económica, política, incluso espiritual - se siente en cada ciudad, cada edificio oficial, cada oficina del gobierno federal. Reconocemos la necesidad imperativa para este desarrollo. Sin embargo, no debemos dejar de comprender sus graves implicaciones".
"En los consejos de gobierno, debemos cuidarnos contra la adquisición de influencia injustificada, sea solicitada o no, por el complejo militar-industrial. El potencial para el desastroso aumento de poder fuera de lugar existe y persistirá.
Nunca debemos dejar que el peso de esta combinación ponga en peligro nuestras libertades o los procesos democráticos. Tenemos que dar nada por sentado. Sólo una ciudadanía alerta y bien informado puede obligar al buen encaje de la gran maquinaria industrial y militar de defensa con nuestros métodos y objetivos pacíficos, de modo que la seguridad y la libertad puedan prosperar juntas".
(2) "Similar a ésta, y en gran parte responsable de los cambios radicales en nuestra postura militar-industrial, ha sido la revolución tecnológica durante las últimas décadas.
La perspectiva de la dominación de los investigadores de la nación por el empleo Federal, las asignaciones para proyectos, y el poder del dinero está siempre presente - y es grave para ser considerado.
Sin embargo, respetando la investigación científica y el descubrimiento, como debemos, también debemos estar alerta ante el peligro opuesto de que la política pública podría convertirse en cautiva de una élite científico-tecnológica".
(3) ...nosotros - usted y yo, y nuestro gobierno - debemos evitar el impulso de vivir sólo para el día de hoy, para el saqueo, para nuestra propia comodidad, de los valiosos recursos del mañana. No podemos hipotecar los activos materiales de nuestros nietos sin que eso traiga también la pérdida de su patrimonio espiritual y político. Queremos que la democracia sobreviva para todas las generaciones que vienen, no para convertirse en el fantasma insolvente del mañana.
Estimado Repúblico, ningún monárquico puede negar que de todas las formas de jerarquización social, la Monarquía es la más clasista. Que en el reino cocotero de Hispanistán sea defendida a capa y espada, de modo que se busque asociar a los republicanos con antidemócratas, neogolpistas, etc., demuestra el afán de dominación y poder de nuestras ACTUALES clases dirigentes, en las que incluyo, por supuesto, a los banqueros, sindicatos y ciertos empresarios, entre los que D. Ferrán es la última fruta podrida del cesto (¡el caso es que aquí no dimite ni Dios!).
La crítica a la Monarquía sigue siendo atajada por los demagogos con el clásico argumento: "hoy hay otros problemas más graves". De este modo se separan "monarquía borbónica" y "realidad española", como si todo lo que representa y determina el actual régimen posfascista fuera una especie de florero olvidado en un atestado salón.
Pero en esta página, todos, a excepción de los insistentes nacional-socialistas, saben que es precisamente el origen FASCISTA de nuestro sistema político el resorte desde el que se impulsan el servilismo, el espíritu de vasallaje y la miseria moral de una sociedad adocenada y corrupta.
Feliz año
Hola. Dos preguntas:
1.¿Qué opinión os merece el sindicato USO?
2.¿Y lo de la guía para okupar casas del diario gratuito BCN Week?
Gracias. Un saludo.
¿Feliz año, Lobo Estepario? ¡Ojalá, joder, ojalá! Pero nos parece que no va a ser nada feliz. A ver si, por lo menos, lo es para ti, y te reconocen de una vez tus méritos en la Universidad. Si no lo hacen así es que son idiotas, porque la mejor manera de neutralizar un doloroso divieso es agrandar la bota y hacerle sitio.
Salud.
Curiosa chochera demagógica parece haberle asaltado a Dwight David Eisenhower, alias Ike, al final de su largo e invalorable servicio a la causa de los Usureros Internacionales. Este adalid de la democracia y de la libertad, nieto de don Jacobo y de doña Rebeca, judíos alemanes emigrados a los EEUU, accedió a la comandancia suprema del mando aliado por el dedazo político de otro medio-judío como él, Roosevelt. El paralítico más famoso de la historia promovió a su consanguíneo Ike, de teniente coronel a general de división en corto plazo, sin atender ni a servicios ni a escalafón.
Es un hecho desconocido para los ciudadanos de las democracias occidentales, que Ike ordenó, al terminar la SGM, que un millón de prisioneros alemanes no fueran tratados como prisioneros de guerra, sino como “enemigos desarmados”, clasificación inventada por él, para violar los Tratados de Ginebra y de la Haya respecto a los prisioneros. Este millón de prisioneros fueron internados en ochenta campos de concentración delimitados por alambradas, totalmente a la intemperie, sin servicios sanitarios, sin cocinas, ni comedores.
La Cruz Roja, (quien tiempo atrás había verificado científicamente que en los campos de concentración y trabajo alemanes, se cumplía estrictamente con todas las convenciones internacionales), intentó suministrar víveres y medicamentos a estos prisioneros, pero Ike, el héroe americano, lo prohibió, alegando que la Cruz Roja no tenía jurisdicción sobre “enemigos desarmados”. Ike, el demócrata, también prohibió el acceso de observadores internacionales a los campos.
Después de siete meses (noviembre 1945), Ike deja el mando y regresa a los EEUU como un Héroe. La única batalla que había librado personalmente, ya que las verdaderas las habían ganado sus generales, había ocasionado la muerte por hambre y enfermedad de 900.000 soldados alemanes, incluidas miles de esposas e hijos de muchos de ellos. Esto fue solo parte del Holocausto Alemán, el verdadero. Muchas de las fotografías de cadáveres esqueléticos y de prisioneros famélicos que se le han estado mostrando al mundo dentro de ese famoso Show Business que es el Holocausto, son las fotos tomadas a estas, y tantas otras víctimas alemanas de la devastadora coalición judeo-demo-bolchevique.
El Movimiento Revisionista ya ha desenmascarado todas estas falsificaciones, pero la información es inaccesible al “gran público”. Demasiada gente quedaría muy mal parada.
¿Para cuándo una película….?
Johann Dietrich Eckart (Excepcional e Insistente)
Lo de "feliz" es un decir, claro. En el 2010 se maquillarán las cifras, pero otro "enigma obvio" es que, como no se ha apostado por ningún modelo de crecimiento, "sostenible o no", como se ha destruido el único hasta entonces existente (el "ladrillo", según la jerga al uso), el paro juvenil seguirá siendo altísimo, también la precariedad, y no menos el tono de la demagogia con que se pretenderá ignorar a todos aquellos que han perdido su empleo. Se habrá dejado de destruir empleo, pero eso será todo: son las crisis cíclicas del sistema: cientos de miles, millones de personas ven cómo sus vidas se van a pique, mientras la soga de la deuda pende sobre sus hijos.
No quiero jugar a Nostradamus, pero tampoco arriesgo mucho si presagio que el "terrorismo" volverá a abrir los informativos, y es que los medios de comunicación moldean la opinión pública a su antojo: estos discípulos de Goebbels han superado con creces a su maestro. Apuesto a que en el 2010 la amenaza terrorista volverá (al más puro estilo Gran Hermano) a convertirse en el plato principal del venenoso menú-papilla que nos sirven a diario (exactamente igual que en la Alemania nacional-socialista, que abrió la senda del control de masas, en competencia con Stalin, inaugurando la cultura del miedo, que hoy nos atenaza).
La globalización, que es el nombre bonito con que bautizan hoy a la centralización económica y al neo-imperialismo, tiene esto: que, más allá del viejo Estado-Nación, millones prosperan mientras, a un lado, millones se arruinan por la gran causa general. La ciudadanía paga los platos rotos de los errores de su clase dirigente, en nombre de la falsa representatividad de la partidocracia. Yo creo, editor, que, por ejemplo, tu lucha es contra un espejismo, contra una superstición: si la barrera fue un día el tiránico dios semítico, hoy lo es la fe ciega en una voluntad popular que sistemáticamente violan los intereses creados. La ciudadanía es como una puta que, maltratada por su chulo, sigue amándole.
En cuanto a mí (ya que me alientas) te diré que me encuentro en la misma situación que cientos de miles de jóvenes: el problema no es el "no-reconocimiento" de los "méritos", sino la imposibilidad de que te permitan disputarlos. He ahí la clave. Si los Estados Unidos (obviemos por un momento su terrorista política exterior), han desarrollado más que Europa, creo que ello se debe a que han sabido brindarle oportunidades a los que llegan de atrás: allí, como suele decirse, de una semilla, hacen un árbol; aquí le talan las ramas.
Con todo, lo que debería preocuparnos, en un sentido práctico, es la capacidad que nosotros, a título individual, tenemos de cambiar las cosas. Y pienso que lo primero es no mentirnos a nosotros mismos. Por ejemplo (como tantas veces hemos hablado aquí), reconociendo que depositar un voto en una urna no es participar del gobierno popular, sino aplaudir el nepotismo. Si 6 de cada 10 ciudadanos llegaran a esta conclusión, la insurrección popular, la rebelión cívica, estaría servida. Y los críticos nos liberaríamos de las tentaciones nihilistas que nos hacen buscar la causa de vivir en estoicos ejercicios de resistencia o unas piernas bien torneadas.
Por último me gustaría hacer notar que, aunque en España gobierna la Banca, algunos de cuantos lo denuncian, proponen como alternativa... al Partido. Son nostálgicos de los años 30. En realidad, fascistas, nacional-socialistas, estalinistas y "neo-liberales" caben todos en el mismo saco: todos son antidemócratas. Es decir, escollos en MI camino de liberación.
Salud(os).
Para Lobo que dijo "porque toda estructura de poder, toda forma de gobierno, implica el sacrificio de unos por otros, su explotación, su derrota para la victoria ajena, y en consecuencia, la amenaza constante de un ajuste de cuentas".
Cierto, e inevitable, incluso con la anarquía se crearían estructuras de poder porque la raza humana es asín, como el jurgol.
Siempre habrá anti-sistema como los de esta página, pero hay que buscar el sistema menos malo, en el que todos, si cumplen las reglas, pueden obtener unos mínimos de nivel de vida decentes.
Eso espero Sr. @normal,que te guste tanto como a mí lo ha hecho, pero de lo que estoy seguro es que ellos lo magnificarán y les gustará más.
Ya lo he dicho el hallazgo de la Fiera y en concreto del Sr. García-viñó ha sido de lo más gratificante en mucho tiempo.
Por cierto uno de los libros que en este momento leía y que lo mencioné en una entrada anterior: “Burlando a la Parca” de Bazell, es una auténtica bazofia... gracias a que he aprendido a sacarlos de la Biblioteca Municipal.
¡Show must go on!
Creo que Rosemberg tenía razón cuando decía que los pueblos latinos eran decadentes y que estaban muy debilitados. En España hay que llevar a la gente a remolque, y ni hablemos por estas fechas. La anemia del blog en estos días, no parece traslucir que el país esté en graves problemas. Y todo dios sigue al pie de la letra con su rutina burguesa. Hasta los hipotéticos “resistentes” se echan en el sofá, exhaustos…
Me cae bien Herr Steppen Wolf, no por todo lo que dice, sino porque es un guerrero. Y las guerras, que deben ser caballerescas, son un natural mecanismo de purificación, donde los más débiles y timoratos son desechados por la Madre Naturaleza. Esta es la Ley. El problema es que el guerrero puede, sobre todo en la sociedad burguesa, degenerar en camorrista o en picapleitos. Entonces el Guerrero se caricaturiza. Y esto agota energía y tiempo preciosos en un momento de turbulencias y de Acción.
Me tomo el atrevimiento (a ver si se anima un poco esto) de ensayar una pequeña exégesis de la última intervención de Herr Steppen Wolf:
La descripción que hace de la situación actual es notable, pero visita un lugar lastimosamente común. El Sistema ha patentado al Nacionalsocialismo como el mal absoluto. Como es insuperable en su maldad, nadie puede superarla, lo cual es un cheque en blanco, sin fecha de caducidad, para las supuestas víctimas de ese Mal. Esto es una “Marca Registrada”, es una construcción mental, con efectos esterilizadores para todo el Inconsciente Colectivo Occidental. Nosotros, casualmente.
Quien invoca a este espantajo, esta dándole poder al Sistema. Por dos razones básicas, la primera es que legitima la Mentira Oficial, y segundo, porque cierra la puerta al análisis de los acontecimientos y la doctrina del único movimiento político (aunque fue mucho más que esto, claro) que le ha plantado cara genuinamente a lo que ahora (cayéndose tarde de la higuera) se conoce como Sistema Financiero Internacional. La guerra, la exterminación y la proscripción del NS son la prueba inexcusable de que esto fue así. El marxismo, (un homúnculo del propio Sistema), concentró, en la práctica que es lo que cuenta, su arsenal revolucionario contra la burguesía terrateniente y productora, así como contra la Religión. Ahora está a la vista de todo el que lo quiera ver, cual era la naturaleza de toda la jugada global.
(sigue)
Creo que Herr Wolf le tiene un poco de manía a Goebbels, un hombre que mantuvo su compromiso de lealtad para con su Patria hasta el último momento. Goebbels era un artista, un escritor, que como Hitler, que era pintor, en un momento determinado sintieron la irresistible vocación de actuar, de entrar en escena, para salvar a su familia, a sus amigos, a sus vecinos, a sus símbolos queridos, de la humillación y de la decadencia. Todos estos “afectos” se pueden agrupar en un concepto: Patria. Y este es el punto exacto donde deben actuar los Grandes Hombres, como ellos. Y desgloso esto porque sé que el concepto de Patria es anatema para ciertas psicologías. El genio de Goebbels fue fundamental para emprender y cristalizar una gigantesca obra de liberación y transformación nacional, a través de la creación de un Hombre Nuevo, un Superhombre. El control de masas no lo inventó Goebbels, ni mucho menos, el pueblo alemán no fue obligado a nada, se cumplió la voluntad de la mayoría.
Actuar exclusivamente en beneficio personal es un acto de individualismo egoísta, y hacerlo en pro exclusivo de la familia o los amigos, es un proceder miope, burgués, y también funcional a la estructura de poder ilegítimo que cabalga al Sistema. Ya saltando de lo micro a lo macro, intentar articular una causa mundial, sin un enfoque nacionalista, es sin dudas una fórmula al servicio de los poderes mundialistas y globalistas. Son demasiados, por desgracia, los tontos que entran en este juego de buenismo universalista.
EEUU se desarrolló más que Europa gracias a que ganó dos guerras que terminaron por someter a Alemania y con ella a todo el continente. Sin olvidar el expolio del tercer mundo y el robo de patentes y cerebros alemanes. El empuje norteamericano se debió a la voluntad y a la ética de trabajo propias de los pueblos genuinamente arios. De haberle permitido seguir su camino en paz (en cuatro años de NS Alemania ya despuntaba en todo), al NS, Alemania y Europa, serían hoy la potencia mundial indiscutida. La derrota de Alemania supuso el sometimiento definitivo de Europa al Materialismo Mercantilista del Sistema Capitalista, cuya pieza maestra, o clave de bóveda, es el Judaísmo Internacional. Hoy el ciudadano europeo es un esclavo de este engranaje, y en vez de un Superhombre como ideal tenemos al hombre robotizado y animalizado, al sub-humano idiota de nuestros días.
Dices: “Si 6 de cada 10 ciudadanos llegaran a esta conclusión, la insurrección popular, la rebelión cívica, estaría servida. Y los críticos nos liberaríamos de las tentaciones nihilistas que nos hacen buscar la causa de vivir en estoicos ejercicios de resistencia o unas piernas bien torneadas”
Se trata de un razonamiento noble, pero ingenuo. Ya puedes esperar sentado. El Sistema se a provisto de medios para que esto no ocurra de forma que lo pueda poner en jaque. Solo a través de una organización vertical, jerarquizada, y con suficiente “masa crítica” se puede asestar un golpe mortal. La diversidad del pesebre está montada, justamente, para engañar al ciudadano, para que crea que se operan cambios y transformaciones en su beneficio. Pero no es así, hay todo un montaje disuasorio, y cuando ocurre algo, iniciativas individuales o de poca potencia, aparentemente audaz, termina también, siendo instrumentalizado.
Los ciudadanos comunes no llegan a ninguna “conclusión”, como tu dices, porque no tienen elementos para construirla. Las “conclusiones” las dictan los medios de masas, y punto. No se puede enarbolar la “razón”, porque la “razón” de una sociedad aburguesada, lobotomizada y afeminada, degenera en “cálculo”. Y, salvo desesperación absoluta, el “cálculo” es como un gas paralizante ante cualquier iniciativa personal de subversión. Además, este “cálculo”, travestido de “razón”, esta convenientemente teledirigido por los dueños de la zanahoria.
(sigue)
Once millones de hipotecas, son la prueba concluyente de que en España, especialmente, el ciudadano común no razona, y cuando lo hace, lo hace en base a elementos y datos falsos que no es capaz de analizar inteligentemente. Esto explica los delirios colectivos, como lo fue sin dudas la burbuja inmobiliaria. Resumiendo: los instintos y las energías populares deben ser encausados en beneficio propio (del pueblo) por las personas de ese pueblo con mayor capacidad y compromiso para llevar adelante una tarea revolucionaria. Estas personas deben organizarse de alguna manera. Ninguna revolución ha surgido jamás espontáneamente de entre las masas obtusas. Siempre han sido manipuladas por intereses ajenos al bien general. Pretender una concienciación y levantamiento espontáneo es equiparable a esperar la venida de los reyes magos el seis de enero. Un ejercicio de infantilismo. Lo de las “piernas bien torneadas”, escapa a mi capacidad de análisis, aunque supongo que obedece a alguna especie de cortocircuito hormonal.
En el final te muestras lúcido, “en España gobierna la banca”, pero de nuevo criticas los modelos de los años treinta, donde incluyes al neo-liberalismo (¿?). Los “liberales” siempre han hablado de “democracia”, se presentan como sus defensores y adalides, formalmente vivimos en democracias. Los comunistas también hablaban de “democracia popular”. ¿Cómo pueden ser anti-demócratas quienes se definen como demócratas? ¿Cuál es el ejemplo histórico de la “auténtica democracia”? ¿La griega, donde tenían esclavos? ¿La norteamericana, donde el capital tiene la última palabra?. ¿No será un artefacto demagógico al servicio de oportunistas y tiranos, usada como excusa para consumo de espíritus mediocres que confían en nivelar lo no-nivelable?
Solo la creación de Hombres Superiores puede derivar en una Democracia Idílica, pero para crear a estos hombres hay que arrebatarle el poder a los que promueven la multiplicación de los sub-hombres. Y esto, amigo, solo una fuerza espiritual como el Nacionalsocialismo puede conseguirlo. Ya demostrado, y con marca registrada…
Dices al final: “Es decir, escollos en MI camino de liberación”.
Uy, al final me doy cuenta de que todo esto que dices esconde un tremendo conflicto personal, lo que estás haciendo es, verdaderamente, buscar, reafirmar tu YO (MI) a través de una singular individuación. Ahora entiendo lo de las piernas torneadas, estás buscando a Armanda…. Solo ELLA podrá completar tu YO, claro. ¿Cuántas figuritas propias tienes en el tablero de ajedréz? ¿a que es divertida la galería de imágenes? Eso está muy bien Harry Haller, pero luego de conformado el YO, debes transmutarlo en NOS……..
Saludos y buen año para todos
Johann Dietrich Eckart
Anónimo, ese sistema menos malo ya está inventado, se llama República Constitucional.
Johann:
He echado en falta la mención de los bombardeos indiscriminados de la aviación aliada a la población civil alemana, en los que ciudades como Dresde, fueron demolidas hasta los cimientos.
En cuanto al señor Lobo, no hace falta ser psicólogo para ver que la frustración es el motor de su ánimo. Bastaría un hueco en el pesebre, para lanzarse a los brazos del “poder” y representar la vuelta del hijo pródigo. Su mensaje consiste en enumerar recortes de libelo, que ha ido aprendiendo durante su búsqueda y tan fructífera ha sido esta, que no ha encontrado nada que le trascienda a sí mismo. La injusticia del mundo deriva esencialmente de que a ÉL y sus amiguetes se les niegue su lugar en el pesebre y por supuesto cualquier otro pensamiento, desde el comienzo de la civilización, no tiene validez, si no se ajusta, suponemos, a los cánones de su sabiduría y a su dilatadísima experiencia vital y profesional. Reniega de la sociedad actual y para enfatizar la validez de sus conclusiones, llama fascistas a sus oponentes y asunto resuelto, lo cual es el recurso “progre” por excelencia. Conclusión: Él, obviedades e ignorancia.
Ereb
Respuesta al "incansable":
Siento no poder extenderme en la respuesta, puesto que en mi burguesa mansión, tengo visitas, que debo atender burguésmente. Pero te haré algunas (breves) puntualizaciones:
1. Yo no he asociado el nacional-socialismo con el mal absoluto, no lo he propuesto siquiera como el peor de los males del siglo XX, y desde luego no he hablado ni de “bien” ni de “mal”. Eres tú, reiteradamente, el que te sientes aludido y vuelves a la defensa, ya más que manida, de tu ideario, del que yo no he pretendido desengañarte. No tengo intención de entrar en ese debate, porque tu fe en la “Patria”, los “grandes hombres”, etc., me sugiere que sería inútil.
2. Tampoco he integrado yo el “neo-liberalismo” en el contexto de los años 30. Escribí: “nostálgicos de los años 30” y luego dije que los totalitarismos y la última versión del capitalismo son notoriamente anti-demócratas. Me llamas amablemente la atención sobre una supuesta falta de rigor, pero el error es tuyo, al prejuzgar una asociación que te sacas únicamente del orden en la frase, lo que en absoluto es suficiente.
3. No he calificado a Goebbels. He dicho que los actuales manipuladores de masas son sus dignos herederos. Para los que, como tú y los actuales esquilmadores, el orden social debe ser dirigido desde arriba, Goebbels fue, sin duda alguna, un “genio”. Por cierto, tampoco le he negado nunca plena coherencia a Hitler, lo que no me impide considerarlo un fanático de Estado, y el criminal que los hechos demuestran, lo mismo que hacen con Stalin, Mao, Churchill, Roosevelt, Truman, Franco, Videla, Castro, Pinochet, el FMI, la OTAN, etc. (Podemos seguir hasta el infinito nombrando terroristas).
4. Soy, cierto, un egoísta, porque soy sincero. Todo bicho viviente tiene como primer instinto el de su conservación. Yo no lo niego, y por eso no engaño a la gente. Aunque pueda que sacrificara este pobre pellejo por Elena de Troya, llegado el caso, no lo sé. El egoísmo es la causa de uno mismo, y como me considero un anarco-individualista, no tengo inconveniente en reconocer que mi causa soy yo.
5. Creo que tienes razón al criticar el particularismo, al que, sin embargo, llamas “individualismo”, preso como estás de la retórica populista de tu ideología. Yo soy individualista porque niego la propia existencia del pueblo, cuya voluntad es una falacia, porque toda sociedad permanente se construye de tal modo que unos (no necesariamente los “fuertes”) imponen sus intereses al resto. Y sinceramente, no debes asociar ese individualismo con la “decadencia”. Recuerda aquello de “el hombre más fuerte es el que está más solo”.
(Sigue una más).
6. Tienes razón, a mi modo de ver, en tu análisis sobre el crecimiento de los EEUU, pero en absoluto contradice eso aquello que yo dije: a saber, que en los EEUU te brindan posibilidades de desarrollo individual en un mayor grado que aquí.
7. No tienes razón al atribuir el desarrollo económico de los EEUU al “empuje ario”. Los EEUU desarrollan (como todo Occidente) gracias, en gran parte, a la esclavitud de los negros y los trabajadores de las colonias. No existe la superioridad aria más que en sus progresos militares desde el siglo XVI, lo que supone la causa del actual esplendor “ario”. Si sigo tu juego, colegiré que son los chinos el pueblo “superior” o “elegido”, puesto que ostentan el mayor número de descubrimientos de la historia de la Humanidad. Pero volviendo al tema racial, nadie ha podido demostrar todavía la superioridad genética de una raza frente a las otras. Algunos pioneros, aun a su pesar, caso de Curier, del racismo científico (que nace en el siglo XIX como justificante del imperialismo británico) fueron incapaces de aportar pruebas empíricas, y son sobradamente conocidos los casos de investigadores falsarios. Por cierto, la intelectualidad alemana fue, en el contexto de la Europa decimonónica, quien más se desmarcó de las tesis racistas que justificaban el imperialismo: los alemanes, eso sí, se mostraron disidentes mientras no gozaron de las ventajas de un papel colonial. Entonces cambió la cosa. Luego, por supuesto, pagó el nacional-socialismo, consecuencia lógica de la filosofía política europea de las últimas centurias, los platos rotos de ese primer plano atroz de la brutalidad humana que fue la II G. M.
8. Es una visión darwinista, que en absoluto comparto, la que determina tu certeza de que es ley de vida el triunfo de los “fuertes” sobre los “débiles”. Asociar la superioridad a la pervivencia supone una falacia filosófica ejemplar. Tu argumento no es válido. Y basta recurrir a un análisis de la Historia Natural para disentir, toda vez que las grandes especies se han extinguido mayoritariamente. Lo mismo sucede entre los humanos: abundan los aprendices de Alejandro, el sodomita griego, pero escasean los herederos de Diógenes, el perro, un independiente.
9. Estoy de acuerdo con tu exposición sobre la falta de “alma” de esa ciudadanía que no se va a movilizar. Reconozco que lo mío fue un gesto de aliento, más que un acto de fe.
10. Para piernas bien torneadas, querido aprendiz de psicoanalista, me valen las de tu paisana Heidi Klum (no la condenes por haber mezclado su sangre con la de un “salvaje”). Después de todo, últimamente pienso que Keats tenía razón, y que la única verdad es la belleza. A mí, te aseguro, es lo único que me amansa, como la música a las fieras, según dicen.
Magnífica respuesta, Lobo.
Ereb: somos muchos los que no queremos un lugar en este pesebre, sino cambiarlo y que deje de serlo para convertirse en un banquete, con mesa, sillas, cubiertos, viandas y vino, donde todos los humanos participemos por igual.
¿A que temen los españoles, incluso mas que a los nazis?.
Según los pregoneros y cómplices del régimen, la principal preocupación de los españoles es el desempleo. Suponiendo que esto sea cierto, ¿qué puede hacer el atribulado pueblo español?. Me refiero a algo que no sea celebrar tertulias de café mientras nos solucionan los problemas, vamos lo que hacemos siempre. Yo haré mi humilde aportación.
No hablamos de asuntos vanos, porque el trabajo o acción y efecto de trabajar, también llamado ocupación retribuida, es un derecho (es también un deber, pero no entraré en este asunto, sin duda espinoso). Por lo tanto, los individuos que nos gobiernan tienen la obligación de garantizar su disfrute a sus gobernados y para los incrédulos, citaré textualmente:
Constitución española, artículo 35.1: “Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo”.
Para aquellos que no reconozcan la validez de nuestra ley fundamental, tenemos la Declaración de los Derechos Humanos:
Declaración derechos humanos, Art.23.1: “Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo”.
Art. 23.3: “ Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social”.
Nuestros gobernantes, como garantes del derecho a un empleo digno, habrían de ser quienes gestionaran este recurso eficazmente, pero esto no sucede. El INEM debería ser una institución pública a la que ciudadanos, empresas y el propio estado puedan acceder, evitando el despilfarro de recursos y esfuerzos, que todos los actuantes malgastan. Citaremos el sobredimensionamiento de los departamentos de recursos humanos de las empresas, los gastos que provocan los desempleados o las interminables convocatorias de oposiciones de las administraciones públicas.
Al margen de la ineficacia en la gestión de este recurso, es evidente que la situación empeora debido a su escasez. Entendiendo que el trabajo, es un elemento disponible para resolver las necesidades de la población, es lógico considerarlo un recurso mas de los que dispone una nación, como pueden ser los recursos naturales, hidráulicos, forestales, económicos, no en vano les llaman recursos humanos.
Considerando su escasez, es razonable aplicar al ámbito del trabajo, las soluciones que damos a la carencia de otros bienes, como por ejemplo el agua. Como en este caso, es de justicia distribuir o repartir el recurso de que disponemos, evitando que se acapare o monopolice, por ejemplo:
- No permitir la compatibilidad de cargos públicos y privados. No es necesario mencionar los extraordinarios beneficios que produciría esta medida.
- Impedir el pluriempleo ilimitado.
- Evitar que haya familias en las que se contabilicen varios trabajos y otras que no dispongan de uno solo que les garantice la supervivencia.
Sin duda muchos de los que dicen estar preocupados por el desempleo, llegado el caso hipotético de aplicarse alguna de estas medidas, negarán la mayor e invocarán las bondades del liberalismo y la propiedad privada. Cuando se les recuerde que estamos hablando de un derecho, exclamarán: ¡Si, pero yo lo ví primero!. Para seguidamente, continuar con su cafelito y la tertulia.
Salud.
Perdón, he olvidado desearos feliz año, aunque harán falta mas que deseos.
Ereb
Como estáis muy ocupados dando bola a todos los nazis que entran en la web, yo vuelvo a preguntar:
1.¿Qué opinión os merece el sindicato USO?
2.¿Y lo de la guía para okupar casas del diario gratuito BCN Week?
Gracias. Un saludo.
And the show has continued…
1) Es una señal de inteligencia no asociar al NS con el mal absoluto. Tampoco se tiene porqué comulgar con su doctrina, no es mi intención “salvar almas”. Cada maestro con su librito, lo que cuenta es la coherencia y el signo. Lo único “inútil” es la ausencia de Voluntad.
2) Probablemente haya interpretado mal tu razonamiento, no sería la primera vez ni la última.
3) Los actuales manipuladores de masas no son herederos de Goebbels, son los herederos de los Enemigos de Goebbels. Quién además de un genio, fue un héroe.
El orden social debe ser dirigido desde alguna parte. La alternativa es el Caos, que conduce a la Nada. ¿Imaginas tu vida sin un cerebro que coordine a tu cuerpo? Ningún hecho demuestra que Hitler fuera un criminal, (las guerras implican la toma de decisiones que pueden terminar siendo crueles, y esto es inevitable), tampoco fue un fanático, simplemente fue coherente hasta el final con la causa de su pueblo.
4) “no tengo inconveniente en reconocer que mi causa soy yo”: El capitalismo liberal es un sistema perfecto para las personas con egos hipertrofiados. Se puede ser sincero, sin ser egoísta, no hay una complementariedad estricta entre ambos conceptos. Pero sin dudas es un acto de sinceridad reconocerse públicamente como egoísta. Tal vez no lo seas tanto como crees, y no sea más que otra señal de autoafirmación.
5) No estoy preso de nada, ni de nadie, veo al NS como un ejemplo histórico y como una herramienta política. La única retórica populista es la de la Democracia, que promete igualdad pero está al servicio del Dinero. El NS llevó adelante sus propuestas, y esto son hechos, no retórica. Dividir a la humanidad en pueblos es una forma de organización, así como tu cerebro se divide en lóbulos. Toda organización humana debe concretar una Agenda vital, cuando esto no se concreta, es cuando surge fácilmente la manipulación a favor de “intereses” espurios. Hitler y el NS plasmaron en un plan político los intereses de Alemania.
(sigue)
6) Estamos de acuerdo aquí. La libre empresa y el capitalismo a pequeña y mediana escala son positivos. Y esto se defendió y promovió en la Alemania NS. La aberración surge con el supercapitalismo y con el desquiciamiento de las finanzas y del sistema monetario, que es donde están enquistados los judíos.
7) Es un tema complejo y espinoso, políticamente incorrecto en épocas de globalización y mundialismo, y no voy a desarrollarlo aquí, pero negar la superioridad técnica, cultural, estética, de la matriz europea se me ocurre un poco temerario. La estirpe aria ha sido el motor de todas las grandes civilizaciones de la antigüedad, y del presente, salvo las del extremo Oriente. Los Hindúes, Persas, egipcios, griegos, romanos, etc, fundadores de civilizaciones inmortales eran de estirpe aria, y su decadencia a sobrevenido paralelamente a la bastardización racial. Esto es indiscutible.
8) Puede que aquí tengas razón, los caracteres fuertes son por lo general nobles e ingenuos, mientras que los débiles desarrollan la astucia y la traición. La decadencia del mundo es un producto del triunfo rastrero de los usureros y de los embaucadores. Pero la Madre naturaleza es sabia, y siempre termina imponiendo sus leyes.
9) OK
10) Por una noche con Heidi Klum estoy dispuesto a reconocer (pero solo por un rato), que el Holocausto tuvo lugar, y que los nazis hacían jabón con grasa de judíos….
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Mozart - Sea usted razonable por una vez. Usted ha de acostumbrarse a la vida y ha de aprender a reír. Ha de escuchar la maldita música de la radio de este mundo y venerar el espíritu que lleva dentro y reírse de la demás murga. Listo, otra cosa no se le exige.
Harry Haller - ¿Y si yo me opusiera? ¿Y si yo le negara a usted, señor Mozart, el derecho de disponer del lobo estepario y de intervenir en su destino?
Mozart – Entonces, te propondría que fumaras uno de mis preciosos cigarros…
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Johann Dietrich Eckart
Lobo en la universidad ya te apodamos defensor de causas perdidas. Veo que sigues siendo un amigo de los negros y los perdedores. A los tipos como tu siempre les perderá su romanticismo incurable, que es una debilidad. Y el vicio de discutir como a Guillermo de Baskerville. Mejor a cubierto que apechugar, es solo un consejo. Feliz año a todos.
"El pueblo alemán no fue obliado a nada, se cumplió la voluntad de la mayoría.." y por otro lado "El orden social debe ser dirigido desde alguna parte". ¿No ves que tu mismo te contradices? ¿Pero de verdad crees que TODA la raza aria es superior?¿TODOS los componentes de la raza aria pueden ser Super Hombres? ¿los que no sirvan para Super Hombres irán a las cámaras de gas como los judíos? ¿Y que pasa con los pueblo no elegidos? En el fondo, el problema del NS es que son como los judíos, se creen el pueblo elegido y por eso chocan. Los dos son iguales, intentando dominar y por tanto eliminar al otro. Y de momento la raza aria va perdiendo.
Sr. Ereb, es tan fácil como entender que en España no hay un sólo partido de izquierda, tal vez y sólo haya un sindicato (quizás dos) de esa tendencia y al ser tan minoritario pues nos vemos en la tesitura que describes.
Sr. Descartes, no tengo opinión al respecto. ¿no podrá ser lo que le pase al resto?
Sr. Dietrich: “Ningún hecho demuestra que Hitler fuera un criminal””tampoco fue un fanático” Hágaselo ver.
Descartes,
Sobre USO, tengo entendido que es un sindicato independiente, que no acata las directrices del régimen, pero no puedo precisarte mas porque no estoy afiliado, ni a ningún otro.
En cuanto a la guía para ocupar viviendas, me parece de una irresponsabilidad e incoherencia absolutas. Me pregunto que les parecería que al llegar cualquier mañana a su sede para trabajar, la encontraran ocupada o que sus padres, ya ancianos, se quedaran en la calle por culpa de estos descerebrados. Es posible que sea una maniobra para publicitarse, lo cual es todavía más irresponsable.
Saludos
Ereb
Lobo:
Comparto algunos de tus planteamientos, pero disiento de los siguientes:
Afirmas que el hombre más fuerte es el que está más solo. yo diría que, dada la naturaleza y necesidades sociales del hombre actual, el más fuerte es el que puede elegir entre estar solo o estar acompañado, según su voluntad, pudiendo elegir la compañía.
Tu afirmación de que la supervivencia de los fuertes, es una falacia filosófica, creo que es fruto de una mala interpretación. El Darwinismo social, al que llamas falacia, defiende la tesis de que los individuos mejor adaptados socialmente son los más dotados. Puede entenderse que estas dotes no han de ser necesariamente la fuerza física o la inteligencia, sino actitudes mas relacionadas con la seducción, la intriga, capacidad oratoria o la interpretación teatral.
Me parece desafortunada tu apología del egoísmo, que considero motivada por alguna frustración, más que por una reflexión seria. Tú mismo manifiestas tus dudas.
Por último, una pregunta, cuando llamas sodomita a Alejandro, ¿se debe a que eres partidario de la homofobia o a que desconoces que la sociedad griega permitía esta costumbre?.
Salud.
Ereb
Amigo Serafín: así son las cosas. Los españoles somos una banda de gandules que sólo pensamos en trabajar lo mínimo y estar de farra siempre. La mayor parte de los lectores de blogs en Internet entran en los sitios a que los entretengan gratis. Y punto. Y cuando tienen algo másdivertido que hacer, pues no entran. Lodicho: así son las cosas.
Edit te has quedado corto, no sólo la mayor parte de lectores -españoles y del más allá- de blogs usan internet para entretenerse, usan libros para entretenerse, cine para entretenerse, tele para entretenerse (ovbio), radio para entretenerse, teatro para entretenerse, revistas para entretenerse, gacetas para entret... es muy simple la mente humana está siempre parloteando, rumiando y demandando constantemente entretenimiento al precio que sea -grátis en este caso-, con bagatelas o con cosas "sublimes", pero todo eso es lo mismo, pesa lo mismo, mientras se esté con el culo pegado a una silla sin actuar, o como mínimo siendo totalmente consciente de que se está con el culo pegado, TODO son entretenimientos.
Por otra parte hay algo gracioso en ácratas, y que además coinciden casi todos los pensamientos sean nazis, anarquistas o anónimos y és en lo que os gusta atizarle a España y a los españoles (como yo no tengo ningún complejo ni cosas raras lo pronuncio tal cual), cosas malas tenemos ende luego, pero haber, que no semos el culo del mundo, y eso sí, si se escarba un poco hay cosas buenas, como por ejemplo... voy a pensar...
Soy consciente Sr. Edit, pero de eremita no valgo (no tengo capacidad para ello) y al colectivo en el que integrarme no lo hayo... ya no sé donde encontrar la solución, algunas veces me pregunto si en realidad la única que existe es la peor: el puto capitalismo salvaje en el que vivimos.
@normal, hasta tu tienes que hacer bromas con lo bueno que tiene España y los españolas. Mal vamos entonces si no eres capaz de encontrar nada.
Fiesta,si señores,como debe de ser.
Los españoles somos los que nos da la gana.
A los españoles,no tiene nadie que enseñarnos nada;y cuando digo nadie,es nadie.
Ninguna otra civilizacion,ni cultura,tiene nada que aportar a la cultura y estilo español,sin duda el mejor del Mundo mundial,y con diferencia.
Solo nos tienen envidia,y algun que otro pobre hombre,entra al trapo del engaño.
Hay que trabajar para vivir,y no vivir para trabajar.
Es preferible reir que llorar,y asi la vida debe de pasar.
Solo tenemos que ver el Mundo y los paises Hispanos,son los unicos que saben y entienden la vida.
Otros,lo unico que saben es trabajar,acumular,inventar tecnologia,osea monstruos,y tomarse unas vacaciones cuando pueden y les dejan,vamos y aun les convenceran de que son la ostia,los mejores.
Pobres desgraciados,cuando aprenderan.
Los españoles no debemos de tomar nada de fuera,Europa y el Mundo,deben españolizarse en lo que se pueda.
Todos iriamos mejor.
@anormal,en este caso,tu nombre lo dice todo.
No se que haces aqui,largate a Inglaterra,o porque no a Bulgaria.
Alli,creo que saben vivir,y ademas se duchan todos los dias del año,incluso en invierno.
Eso dicen.
Vaya, parece que el Poder del Anillo, irresistible, está atrayendo a Sméagol. Este Poder atrae, atrapa, corrompe y deforma la mente y el cuerpo de los Espíritus débiles.
De ahora en más, Serafín, te llamaré Gollum…
Johann Dietrich Eckart
Vaya anónimo, era un anzuelo tan evidente que casi pensé que nadie picaría pero claro, eso es mucho pensar, era una ligera broma, es que estáis tan tensos... y claro que hay cosas buenas en la gente deste pais, voy a pensar... (7 minutos despues) a sí! esto mismo, somos el pais de la comunidad europea que mas dona sangre y órganos! aunque ahora que lo pienso, uuhhnmm, quizás sea porque despues de donar sangre te dan un paquete de patatas o un bocata y un refresco, joder! estos ejpañoles no hay por donde cogerlos leñe!
Sr.Dietrich, puedes llamarme como te plazca, a todo apodo responderé... pero con el que pretendes bautizarme te advierto que he tenido que recurrir a la wiki, para saber de quién se trataba,(me ha pillado mayor para entretenerme con algo como el “Señor de los anillos”) y aunque no me tenga por un adonis tampoco soy tan feísimo.
Anóoonimo, que no sólo no sabes leer las letras, pues no es @anormal, si no, @normal, además no sabes leer ni un poquito entrelíneas (falta de un alarmante sentido del humor y, o de estreñimiento latente) ay! que ceporrín!
Y no me quieras echar que ya estuve trabajando por inglaterra, y te aseguro que despues de haber andurreado por varios lugares donde mas se suele duchar la gente son en los paises mediterráneos y dentro de estos en las ciudades más al sur.
clandestino para hacer una critica de este libro que tan poco te gusta te molestaste bastante,en ir pagina por pagina escribe alguno tuyo .
Anónimo:
Lo que Clandestino hace se llama "crítica acompasada", y no la practica él sólo, sino todo el Grupo de Fuencarral, el Centro de Documentación de la Novela Española, dirigido por Manuel García Viñó. Es una forma de crítica que DEMUESTRA LO QUE DICE, y no se limita a alabar o destruir sin justificaión, alantojo de los dueños de las principales editoriales, como hacen los críticos convencionales.
Clandestino es escritor, como Viñó, por supuesto. Pero como crítico literario adopta este seudónimo.
Saludos.
Pues a mi me parece absolutamente genial la crítica a la novelucha de Brown. Si todos los críticos fueran así de duros y justos, algunos se ahorrarían una pasta en esa basura (aunque es triste reconocer que la mayoría la seguiría comprando porque es precisamente eso lo que buscan y les gusta...).
Y a los estimados contertulios filo-nazis y amantes de la superioridad racial y demás historias, como no pienso darles una conferencia acerca de las verdaderas razones económico-sociales por las que el III Reich aparentemente vivió una época de prosperidad hasta 1939 (cosa sobre la que se ha escrito mucho y por gente independiente), solo apuntarles que puesto, supongo, que se consideran a sí mismos miembros de la raza "superior" (no conozco ningún darwinista social que se coloque a sí mismo entre los "inferiores") y su procedencia debe ser vasca o catalana (por ser donde esta mas arraigada esta ideología actualmente), convendrán conmigo que, a la luz de su ideología, su teórico sometimiento histórico a las hordas "españolas" está mas que justificado, ya que durante al menos 5 siglos ellos han sido la raza "inferior" y deberían de dar gracias a mis antepasados por no exterminar y esclavizar a los suyos.
Técnicamente, las causas de todas estas historias sobre razas, darwin, etc. se pueden resumir en dos: justificación de la opresión de los demás (imperialismo) y complejo de inferioridad (nazionalismos).
Miguel
El Clandestino Menéndez este es Miguel Baquero, que es otro seudónimo, y para la crítica acompasada de Viñó leed esto:
http://manuelgarciavino.blogspot.com/
Recibe su propia medicina este sujeto.
Ale, no me censures, majo.
Majete a Viñó, que lo atacas, por declararse enemigo de la Gran Estafa Cultural del reino, ¿no? No he leído las novelas de Viñó pero sé distinguir enrte lo que pueda ser su mediocridad como novelist (que no lo sé) de su labor crítica, que me parece muy necesaria. Viñó le toca las pelotas al sistema y el sistema responde con todos sus paniaguados echando mala baba sobre Viñó. Gilipollas que eres anonimete.
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