ROUCO Y LAS EXTRAÑAS PAREJAS

Considera Rouco, cardenal arzobispo de Madrid, que leyes como la del matrimonio homosexual expresan "la rebeldía del hombre contra sus límites biológicos"; que la unión entre sujetos humanos del mismo sexo, es, de eso está seguro, "ir en contra de la realidad". O sea, que Rouco no es partidario. La causa, dice, es que la pareja no puede procrear, cosa que le ocurre también a miles de parejas heterosexuales, sin que ello les lleve a la excomunión.

Considera, en cambio, Rouco, cardenal arzobispo de Madrid, que el celibato del clero no es cosa que demuestre rebelión alguna del hombre contra sus límites biológicos, ni es ir contra ninguna realidad, aunque ésa misma realidad se empeñe en contradecirlo a base de escandalizar cada poco a la sociedad con innúmeros casos de pederastia de curas y hasta obispos. Y aunque tampoco los curas que practican tal celibato cumplan con el sagrado deber de procrear que a todo humano se le supone. O sea, igual que los homosexuales, de cuya condición, por cierto, muchos de ellos son, y de la práctica de cuyos anales ritos muchos de ellos gozan.

Rouco, y su doble rasero. Rouco y su ley del embudo. ¡Pero qué pedazo de #¡@#!! es Rouco!

POSTDATA:

¿Quiere que hablemos de extrañas parejas, monseñor? ¿Qué le parece si hablamos de la extraña pero fidelísima pareja que formaron el Glorioso Movimiento Nacional y la Iglesia Católica durante 40 años? ¿Por qué no nos explica qué hacía el General Franco bajo palio, detrás de la Sántísima Hostia Consagrada en cada procesión del Corpus durante todos esos años?

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