MAYO DEL 68



Hace ya cuarenta años, nada menos. ¡Y han pasado tantas cosas desde entonces! Los dos bloques no están ya enfrentados; por defunción, de muerte natural, de uno de ellos. El papel del malvado comunismo lo ha heredado un inverosímil Al-Qaeda cargado de poderes terroríficos subrepticios y de demoledoras tecnologías de punta, poco probables —increíbles— entre los habitantes de los desiertos lejanos.

Sorprendentemente, los habitantes de Occidente están renunciando a importantes libertades individuales a cambio de seguridad (aunque se trate, estoy convencido de que muchos piensan así, de la insólitamente relativa seguridad de que sus propios gobiernos dejen de atentar contra ellos para, falsificando así una amenaza exterior, tener excusa para poder invadir ricos y estratégicos territorios del orbe todo.)

El mundo necesita, sin duda, otro mayo como aquél, pero no tiene quien lo lleve a cabo. La enorme diferencia es que la proporción de jóvenes en la pirámide de edades era entonces muy favorable a las revoluciones. Pero aquella multitud de jóvenes son precisamente los mismos que, al mando, están hoy fastidiando el mundo. Y sus hijos, no sólo son pocos en el arbustillo —no pirámide— de edades, sino que holgazanean vendidos al poder a cambio de entretenimiento sin fin.

La siguiente revolución, si tiene que haberla, habrá de ser la de los ideales. Pero ¿qué ideales? No lo sé. Pero si estos no incluyen la ilegalización del sistema bancario mundial, en manos de unos cuantos criminales que endeudan personas y hasta países enteros prestándoles dinero inventado y, como consecuencia, hunden cíclicamente la economía mundial; si no comprende la ilegalidad de cualquier clase de ataque preventivo contra países soberanos; si no incluye la marginación comercial de aquellos países que no suscriban los acuerdos internacionales sobre derechos y libertades fundamentales; si no abarca el escrupuloso acatamiento del derecho internacional; y si no se acompaña, en fin, del respeto por el ecosistema planetario, será una revolución que no servirá para nada. Más valdría entonces no mover un dedo y conformarnos con legar a nuestros hijos un mundo en el que prevalecerán la desigualdad, la esclavitud, la muerte y, seguramente, la dictadura.

7 COMENTARIOS:

pepe fernández .

Eh Mess, mira a ver que pasa que no me deja publicar artículo alguno en Àcratas, mándame otra invitación, please

. .

Te he mandado otra invitación al mismo e-mail. No tengo otro. Ya sabes, a pepitos. Y te he mandado un e-mail. No sé qué pasa. Pero solucionémoslo ya. ¿Tiene problemas Castuera? ¿O Tony?
Salud.

patalete .

Hola MessajeInOut. Yo también te he escrito a lo que creo era tu correo en mixmail después de decirme en "ciutadanslliures" que me enviaría una invitación, pero no he vuelto a tener noticias. Por si has perdido mi e-mail:

patalete(arroba)gmail.com

Saludos

Mariona .

Este periodicucho rezuma machismo primitivo.Si el Ministro de Defensa fuera un hombre y desfilara revistando las tropas con la misma barriga pero llena de comilonas a costa del contribuyente, en vez de una mujer embarazada, todos tan contentos, no?

Abate Marchena .

¡¡Muy acertado lo tuyo Mariona!!

Este periódico rezuma testosterona, qué es lo necesario en el macho, para la acción.

Anonymous .

Un ministro barrigón que revista las tropas no merece más respeto que la Txotxona. Verdad.

Anonymous .

LA INTERNACIONAL

Arriba, parias de la Tierra.
En pie, famélica legión.
Atruena la razón en marcha,
es el fin de la opresión.

Del pasado hay que hacer añicos,
legión esclava en pie a vencer,
el mundo va a cambiar de base,
los nada de hoy todo han de ser.

Agrupémonos todos,
en la lucha final.
El género humano
es la internacional.

Ni en dioses, reyes ni tribunos,
está el supremo salvador.
Nosotros mismos realicemos
el esfuerzo redentor.

Para hacer que el tirano caiga
y el mundo siervo liberar,
soplemos la potente fragua
que el hombre libre ha de forjar.

Agrupémonos todos,
en la lucha final.
El género humano
es la internacional.

La ley nos burla y el Estado
oprime y sangra al productor.
Nos da derechos irrisorios,
no hay deberes del señor.

Basta ya de tutela odiosa,
que la igualdad ley ha de ser,
no más deberes sin derechos,
ningún derecho sin deber.

Agrupémonos todos,
en la lucha final.
El género humano
es la internacional.

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