LA IDENTIDAD POR TODA POLÍTICA. XIX: Libertad política e identidad

La Constitución española de 1812 se promulgó en el Oratorio
de San Felipe Neri (Cádiz) el día de San José (19 de marzo)



He percibido, de anteriores entradas y comentarios a las entradas, cierto confusionismo, incluso cierta ofuscación conceptual en algunos participantes en este blog y visitantes, en cuanto a la relación entre identidad y libertad política. Creo que merece la pena contrastar un momento ambos conceptos y ver qué ocurre entre ellos.

Aquí hay quien piensa que lo primero es la libertad política. Que lo demás vendrá dado por añadidura, una vez conseguida la pieza principal. Sería algo así como la mano invisible de Adam Smith, que vendría a regular el mercado como por ensalmo con la única y aparentemente facilísima condición de que cada uno se deje llevar por su propio interés personal. Sólo que en este caso sería al revés: la libertad política vendría a eclosionar con la sola condición de que cada uno se deje llevar por el interés común, por el bien de todos, que se dice, algo sustancialmente más dificil de conseguir que la libertad de mercado, me malicio.

La libertad política la comprenderíamos, de acuerdo con lo que en este blog se ha venido diciendo, como una cualidad más de la libertad en sí misma considerada, esto es, la libertad que ya posee el individuo en su estado natural, tal como la establecieron los grandes filósofos del Derecho natural racionalista clásico, que dieron lugar a la conocida teoría del contrato como origen de toda sociedad política: la libertad política sería el procedimiento por medio del cual los individuos conservan o garantizan su libertad primigenia una vez que han decidido organizarse en un Estado. Y esa forma o procedimiento se vería sustanciado a través, fundamentalmente, de dos pilares básicos de la democracia como son: uno, la representatividad política (vía sufragio universal, sistema de partidos democráticos, ley electoral, conformación de distritos, etc.) y, dos, la separación de poderes (básicamente entendido como que el poder ejecutivo pierda su hegemonía actual, de modo que el legislativo legisle sin interferencias, mandatos imperativos o disciplinas de voto, y de modo que el judicial deje de verse interferido también por el ejecutivo, en forma de elección del Tribunal Constitucional, magistrados del Tribunal Supremo y órganos directivos del Consejo General del Poder Judicial).

Pues bien, yo planteo que sin una consideración previa de lo que yo entiendo por identidad no hay libertad política que valga. Y me explico. Todos los mecanismos que pueden garantizar la libertad del individuo, aun viviendo en un Estado político (representatividad y división de poderes) sólo pueden funcionar si previamente hay un consenso en cuanto a qué individuos formamos dicho Estado político. En cambio, si hay colectivos humanos, organizados en partidos políticos, que cuestionan los límites territoriales de ese Estado político o que cuestionan las condiciones que los individuos deben cumplir, en cuanto a fidelidad a un colectivo previo, lealtad a un colectivo previo o en cuanto a cuestionamiento de ese colectivo previo, entonces o una de dos:

* o pensamos, como hay quien piensa aquí, que la libertad política tiene que tirar para adelante con lo que hay, y en la creencia de que esos individuos y colectivos se anularán o quedarán reducidos a anécdota si la libertad política funciona como tiene que funcionar

* o pensamos, como pienso yo, que quien de antemano no se considera perteneciente al colectivo previo no utilizará nunca la libertad política que se le ofrece y el sistema de representatividad y de división de poderes impecable que se le ofrece para ser leal y ser fiel al colectivo humano y político en el que vive, sino que más bien todo lo contrario: utilizará la libertad política para horadar las bases políticas del sistema que se le ofrece, para boicotearlo siempre que pueda, para poner palos en las ruedas a la mínima ocasión que se le presente y siempre actuará en la creencia de que el colectivo en el que vive es imperfecto, indeseado e indeseable porque no es “su” colectivo.

Este es el problema que veo yo entre identidad y libertad política. Y esta desintonía entre identidad y libertad política en España tiene unos orígenes muy claros:

En España la libertad política sólo empezó a funcionar muy imperfectamente con las Cortes de Cádiz. Y digo muy imperfectamente, como saben los estudiosos del constitucionalismo, mucho más expertos que yo, porque allí se ponía una condición sine qua non para el Estado político que se fundaba: la Religión Católica sería la única y exclusiva del Estado por siempre jamás (artículo 12). Cuando el constitucionalismo significaba ya (en Estados Unidos y en Francia) la incorporación de la ciudadanía a una identidad laica y estatal, en España seguíamos mirando al Papa para ver cuál era su última palabra. Y entonces la ciudadanía española, por muy liberal que fuese, con ese artículo 12 cogida por el talón, nunca podría adquirir la libertad de conciencia que significaba pensar y actuar por sí misma y en función de los intereses de su propio Estado. La fidelidad política, la lealtad, la identidad en definitiva, seguía condicionada por la Iglesia. Y así siguió en España hasta prácticamente hoy. Este aspecto no lo veo yo considerado en la obra de don Antonio García-Trevijano, y me gustaría que Lluviaen, por ejemplo, que la conoce bien, me indicara dónde la trata.

Porque de esta cuestión (relaciones Iglesia-Estado en España) derivan, nada menos, que las guerras carlistas, la desestructuración política de España en el siglo XIX y su sangría económica en guerras y pronunciamientos. Por no hablar del teocratismo originario del nacionalismo vasco (el catalán en esto fue menos reaccionario pero también tiene su ramalazo). No estoy diciendo con esto, como piensan los nacionalistas tan cómodamente, que el nacionalismo procede del carlismo (no se lo creen ni ellos, es más, ellos rechazan su relación con el carlismo, les ofende pensar que sus ancestros defendieran las opciones de una alternativa al trono español). El nacionalismo, ya he explicado aquí mogollón de veces que procede de la exclusión racial de los inmigrantes españoles que fueron a esos territorios. El teocratismo y la intransigencia religiosa del nacionalismo vasco, en este sentido ahora considerado, no fue sino el salvavidas que se procuró el colectivo más reaccionario del País Vasco (con la comprensión de gran parte del clero de dentro y de fuera) para garantizarse la salvación eterna, visto que el carlismo (anterior banderín de enganche) se estaba secularizando ya peligrosamente.

Saludos maketos.
Dedicado a Lluviaen

11 COMENTARIOS:

Santiaguerrere .

Señor Chacón la identidad española se va perdiendo cada vez mas por el sistema politico ¡que es su causa y no su consecuencia! Tiene usted la petera de poner el carro delante del caballo.Si nos estafan durante 70 años seguidos -cuarenta a tiro limpio y treinta a golpes de propaganda- no hay quien tenga identidad más allá del carnet de identidad que es obligatorio. Hombre, por Dios.

Pedro José Chacón Delgado .

Julio Llamazares, hoy en El País:

"Basta asistir al debate sobre la financiación autonómica que está teniendo lugar actualmente para entender que la solidaridad en España ya es un mito.

Así las cosas, uno vuelve la mirada hacia el pasado, al tiempo en el que creía que las autonomías eran un avance, una manera de desarrollarnos todos, cada uno según su idiosincrasia y su cultura, pero desde la solidaridad común, y se arrepiente de haberlo pensado tan siquiera. Perteneciendo como pertenezco a una región olvidada, a un lugar sacrificado tantas veces en aras del "bien común", no puedo menos que compartir la sentencia de un vecino de mi pueblo, ese que Juan Benet borró del paisaje, cuando decía que, cada vez que oía hablar de solidaridad, le daban ganas de salir corriendo."

Saludos maketos.

Fiasco .

Yo creo que cualquier sistema democrático empieza a fallar desde el momento que pones el pie en la calle o tocan a tu puerta. Aqui, todo Cristo, y sea de manera indivivual o escudándose en un grupo (político, empresarial, club de amigos, cooperativa..) intenta arrimar el ascua a su sardina y sacarte el máximo jugo (salvo honrosas excepciones). En este país llamado España, si no te andas con ojo te sacan hasta los calzoncillos. A ese afán picaresco español súmale nuestra ignorancia, egoísmo, paletocentrismo de boina hasta las cejas, falta de educación y de empatía (la vida te enseña a ser un cabronazo alejado de esos nobles sentimientos que tiene el hombre civilizado), mala leche, hijaputez, gusto por el trabajo mal hecho en el menor tiempo posible, parasitismo, puterío (que pa eso somos líderes en prostitución), arrogancia (que digan los Portugueses lo cansaditos que están de los chulitos españoles que llegan como si fueran los nuevos ricos), frivolidad, falsedad conspiranoica...
Habrá que darle la razón al Rosseau cuando creo que escribió que hay pueblos para los que la democracia no sirve. Aqui lo que están pidiendo a gritos, como masocas desesperados, es que vuelva un machote que nos reviente con una fusta hasta calmar a la peña que está bastante desmadrada. Vamos, igual que cuando al niño que está jodilón le mete el padre una chaparreta.

Anonymous .

Al final el maketo qué busca?

una dictadura, seguir con la partitocracia?? aclárate tío

Radicalista republicano .

Al sr. Chacón:

¿Qué es la identidad? y ¿Qué identidad tiene España?

el problema y el mal moderno de muchos pueblos es el nacionalismo. Esto es una doctrina política identitaria y excluyente. Lo es porque busca k sobre un conjunto de individuos, llámese nación, imponer: unas ideas políticas, culturales, sociales, religiosas, en fin cualquier idea, y entonces todo aquel k no se sienta definido con esta identidad no pertenecerá a ese colectivo.
El nacionalismo puede triunfar, como en EE.UU. k antes de la guerra de secesión no eran más racistas hacia los negros k el resto de los blancos, pero como ""x culpa suya"" casi se divide la nación en dos hicieron del racismo y la persecución a los negros la identidad de su nación, como así lo afirmó un presidente americano de finales del XIX o principios del XX (no recuerdo cual exactamente), después también le sumaron a la doctrina oficial nacional americana el anticomunismo.
Mucha gente española no quiere sentirse española porque se asocia el sentirse español con el nacionalismo franquista. Lo mismo decían los militares por la democracia al final del franquismo: ¿ porqué ese ideal político debía abarcar todo el patriotismo y representar la idea de la nación?. Si lees cosas de antes del franquismo verás k la izquierda para nada se aliaba con los independentistas y k eran bastante patriotas, en "la gloriosa": la revolución de 1868 k trajo la 1ª republica el lema era: "Viva España con honra". El problema lo a creado todo el nacionalismo franquista k con 40 años de libertad total para imponer su doctrina consiguió asociar España con anticomunismo y con el régimen autoritario impuesto por él mismo. El mismo dijo de los republicanos k tenía hitler k hiciera lo k quisiera con ellos porque "no eran españoles". Ahora está pasando lo mismo en Cataluña, allí muchísima gente vota al pp pero para la doctrina nacionalista estos votantes a pesar de ser catalanes son anticatalanes.
Para acabar con gran parte de la ciudadanía que no ve con malos ojos el nacionalismo debemos entre todos los individuos de los que emana la nación expandir entre este grupo de individuos una identidad común basada en la cultura individual y social libre en que todos los pensamientos lenguas, etnias, identidades individuales y colectivas caben, en la libertad y en la igualdad, cuando sobre eso se construya el país, este se reconocerá a si mismo.

saludos.

Radicalista republicano .

al Sr. Trevijano no le hagáis mucho caso en cuanto a lo de la identidad, pues sabe mucho sobre teoría pólitica, pero más bien poco sobre teoría social, el mismo dice que la nacion es algo de la que los nacionales no nos podemos librar ya que nos viene impuesta. Si fuera asi las naciones durarían toda la eternidad y históricamente los sentimientos de pertenencia de unos individuos a un conjunto por razones territoriales y cultuarles han variado considerablemente.

saludos.

lluviaen .

Pedro José:

Me parece que mezclas conceptos, lealtad, fidelidad, identidad, libertad política...

Después tocas el tema Iglesia-Estado, etc..sobre esto último, te diré que Trevijano deja fuera el tema de la Iglesia por una razón muy sencilla: es ideológico, cada uno puede pensar lo que quiera. Lo dejamos fuera.

Sabre la libertad política, veo (o eso me parece)que la confundes con la representación y la separación de poderes. Podría haber libertad política y no haber democracia(repres. y sep. poderes); lo que no puede haber es democracia sin libertad política. Por una razón muy sencilla, la libertad po´lítica es lo primigenio, no hay nada que lo supere. Hablas de la identidad, pero la libertad es previa: nos hace hombres; sin ella no somos nada ni tenemos identidad, seríamos como animales o cosas(¿tienen las cosas identidad?)

Y la libertad política-supongo que habras leído lo que viene-, "es la capacidad que tienen los hombres para elegir, ó deponer a sus gobernantes".Es unqa libertad colectiva, la tenemos todos o no la tiene nadie, y en España no se ha tenido NUNCA, ni en 1812 ni en ningún momento. No se puede tener algo de ella como decías: esto funciona como la mecánica cuántica,o se tiene toda, o no se tiene. Y en España no la hemos conocido en toda nuestra historia.

Radicalista republicano .

A lluviaen:

La libertad política no es previa a la identidad, porque si no hasta ahora el unico pais con identidad sería Suiza. En Francia ¿acaso no hay identidad?
Y cuidado, si la libertad política es: "es la capacidad que tienen los hombres para elegir, ó deponer a sus gobernantes"como tu dices, al ser una capacidad si que hay distintos grados. Si durante todo el s. XIX España se ha caracterizado por algo es por la alta capacidad y facilidad con la cual, mediante los innumerables golpes de estado militares conservadores, progresistas o republicanos, el pueblo ha derriado(e intentado) a gobernantes e instaurado a otros.
lo que te quiero decir es que se a lo que te refieres con libertad política es a una libertad no a una capacidad, hay que cambiar la definición. Por culpa de ambigüedades, confusiones y falsedades impuestas estamos donde estamos.

saludos

Pedro José Chacón Delgado .

A ver Lluviaen, esperaba un poco más de tu definición de libertad política.

Si libertad política es lo que tú dices, además de lo que te rebate Radicalista republicano, yo te diría que no puede ser sólo eso. ¿Cómo va a haber libertad política sin representatividad ni separación de poderes? Estamos hablando de cosas diferentes.

Lo que tú entiendes por libertad política, la capacidad para poner o quitar gobernantes: eso es otra cosa. Como muy bien dice radicalista republicano, quitar y poner gobernantes se puede hacer de muchas maneras y no hace falta que haya libertad política para ello, en muchos casos.

Libertad política creo que la confundes con libertad natural: la que todo el mundo tiene para ser quien es en la vida y poder llevar a cabo sus ambiciones de todo tipo, y para que luego nadie pueda venir a ponerse por encima de nadie. Eso es libertad natural. Luego viene la libertad civil y la libertad política.

Y el comentario sobre la Iglesia me ha decepcionado más todavía: "te diré que Trevijano deja fuera el tema de la Iglesia por una razón muy sencilla: es ideológico, cada uno puede pensar lo que quiera. Lo dejamos fuera."

Vamos, por favor, dejar fuera el tema de la Iglesia y pretender entender así la historia de España. Lo que me faltaba por oir.

Saludos maketos. (a radicalista republicano: te anoto en mi agenda de dedicatorias, me han gustado mucho tus comentarios de hoy)

Fiasco .

Propongo la bombocracia.... Esto metemos en el bombo todos los DNI de los españoles y los número que vayan saliendo (como si fuera la loteria de Navidad) van indicando quien se hace cargo de las distintos cargos políticos. Esto se debería hacer cada cierto tiempo y bajo férreo control de un grupo de personas (jueces, contables, tecnócratas...) que garanticen la incorruptibilidad de los gobernantes que a su vez deben ser totalmente transparentes y responder con sus vidas a las posibles irregularidades consentidas.
Creo que cualquiera que saliera, aunque fuera subnormal, lo haría igual o incluso mejor que nuestros políticos. Quien piense que éstos tipos nos van a sacar de la crisis...

lluviaen .

Pedro José:reconozco que contesté superficialmente y sin querer enrrollarme mucho, mea culpa.

Otra cosa, Trevijano lo ha explicado muchas veces. La II república era un sistema representativo, pero no era democrático(pues no había separación de poderes). Ahí tienes el ejemplo de la existencia de libertad política para elegir a tus representantes, pero de ausencia de democracia(pues como se ha argumentado en distintos foros, si no hay separación de poderes no hay ni democracia, ni constitución propiamente dicha).

Puede pues existir libertad política y no democracia. Lo que es imposible es que haya democracia sin libertad política.

De todas formas, si quieres seguir indagando, te sugiero que vayas al blog de Trevijano, apartado 'Todo fue dicho' y busques lo que quieras, que ahí está mejor explicado. Y si no te vale, te aseguro que puedes ir al blog de D. Antonio, y él te lo aclarará mucho mejor que yo.

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